El ANC aprueba la reforma de los estatutos y enseña la puerta de salida a los críticos
La entidad abre una nueva etapa en la que alguno de sus principios fundacionales pasan a mejor vida
BarcelonaLa dirección del ANC se ha salido con la suya. La cúpula comandada por Lluís Llach quería reformar los estatutos para evitar que el sector crítico siguiera bloqueando la toma de decisiones y la elección de cargos y los socios han validado la modificación con un 73% de apoyo, según ha podido saber el ARA. El aval a la dirección, que requería el sí de dos terceras partes de los votantes, es incontestable: 2.496 socios han votado a favor de la reforma y sólo 859 lo han hecho en su contra. La participación, eso sí, ha sido muy baja.
La movilización del sector disidente, que impulsó un manifiesto para frenar los cambios, no ha servido de nada. Tampoco la llamada a tumbar la nueva normativa de la expresidenta Elisenda Paluzie y del secretario Josep Costa, que ya insinuó a través de la red social X que de aprobarse la reforma podría acabar marchando del secretariado, como ya han ido haciendo muchos de los miembros de la dirección alineados con esta corriente.
La Asamblea abre así una nueva etapa en la que alguno de sus principios fundacionales pasan a mejor vida. Se elimina el requisito de ambos tercios para elegir un cargo orgánico, se abre la puerta a que antiguos secretarios nacionales puedan volver a ser elegidos y se impide que la entidad pueda presentar batalla electoral. En este sentido, los nuevos estatutos estipulan que la ANC se mantendrá independiente respecto a cualquier opción electoral y que, además, "no la impulsará, ni promoverá, ni se implicará y tampoco se presentará ni directa ni indirectamente a ningún tipo de elección".
Este último punto, sin embargo, ya no tensionaba a la entidad. Después del rechazo por la mínima de los socios en la lista cívica, los partidarios de presentarse ya desistieron de intentar dar el salto al Parlamento a través de la Asamblea y secretarios y ex secretarios de la entidad presentaron un nuevo partido, De pie por la Independencia, para erigirse en alternativa al "procesismo". Con la aprobación de la reforma de los estatutos, se espera que haya una desbandada hacia esta formación de los díscolos que todavía se mantienen en la dirección.
Sobre la elección de cargos orgánicos, los socios han aprobado que puedan ser elegidos sólo con la mayoría de los votos si después de dos votaciones no han obtenido el apoyo del 65% de los secretarios nacionales que se requerían hasta ahora. mayoría calificada ante la veintena de secretarios críticos de los 64 que tiene ahora la entidad. La elección de Llach como presidente es el ejemplo más claro del cantautor.
Otro artículo polémico de los estatutos que ha salido adelante es el que habilita a los secretarios nacionales a volver a presentarse después de dos mandatos siempre que hayan dejado transcurrir el tiempo equivalente a cuatro años. el ANC que se han posicionado a favor de Junts. La dirección, en cambio, defiende que hay que aprovechar la experiencia de quienes han demostrado solvencia, especialmente en tiempos complicados para el movimiento.
La reforma de los estatutos ha vuelto a aflorar la fractura interna de la Asamblea, con reproches y descalificaciones entre oficialistas y críticos. La carta que envió Llach a los socios de la entidad el domingo pidiendo el sí hizo enfurecer a los opositores por el hecho de que rompiera con la neutralidad de la dirección. Así lo expusieron las expresidentas Dolors Feliu y Elisenda Paluzie, el exvicepresidente David Fernández y el propio Costa.
La dirección no se ha quedado de brazos cruzados. El más beligerante fue el secretario nacional y ex diputado de la CUP Julià de Jòdar, que cargó directamente contra Paluzie y Costa y los más de 200 firmantes del manifiesto que pedían el voto contrario. "Si estos 200 que firman manifiestos de bloqueo hubieran venido a Montserrat con los independentistas de combate, habríamos sido quinientos", decía hace unos días en un mensaje a X, en el que criticaba que ni Paluzie ni Costa se hubieran sumado a la manifestación contra la visita del rey Felipe VI.
Jódar también acusó a Paluzie de "pasear por el mundo con un cargo de la ANC", en relación a su labor como representante de la entidad y de la Organización de Naciones y Pueblos No Representados (UNPO) en el Comité de Derechos Humanos de la ONU. "¡Y todavía tiene la barra de posicionarse a favor de los bloqueadores, que promueven un partido autonomista!", añadía.
Paluzie le respondió que trabaja en la Universidad de Glasgow, que lleva 35 años activismo y que el lunes representaría a la ANC en el Comité de Derechos Humanos de la ONU pagándose el billete en Ginebra de su bolsillo. Unos argumentos que no convencieron al tesorero Jaume Valls, que le instó incluso a dejar el cargo. La derrota sin paliativos de los críticos, sin embargo, dibuja un futuro sin disensiones en la ANC, con un control férreo de los oficialistas, que desde un principio no han escondido que querían hacer fuego nuevo sin integrarlos en la dirección.