Barrios pobres y ricos para Vox y de clase media para Aliança Catalana

BarcelonaHace ya cinco años que Vox empezó a hacerse un hueco en la política española: primero en Andalucía, después en el Congreso de los Diputados y finalmente expandiéndose a la mayoría de las autonomías. Es un tiempo suficiente para que se hayan podido estudiar las claves para entender dónde tiene mejor entrada la extrema derecha españolista. Las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo no han hecho más que confirmar que, valga la redundancia, es en los extremos donde Vox se siente más cómodo. En los barrios más ricos, pero sobre todo en los más pobres, es donde el partido de Santiago Abascal e Ignacio Garriga penetra con mayor facilidad.

La novedad de estos comicios ha sido la irrupción por primera vez de la extrema derecha independentista, de la que todavía no había datos suficientes para saber si competiría con Vox por el mismo tipo de votante. La conclusión es claramente que no. Aliança Catalana se nutrió de voto proveniente básicamente de Junts y también de ERC y de la CUP. Pero, además, la relación entre sus votantes y el nivel de renta también es muy distinta al de Vox.

El partido de Sílvia Orriols baja tanto en los barrios más pobres como en los más ricos y se hace fuerte en los de clase media, superando cómodamente el 4% de los votos de media. Tiene todo el sentido, porque ésta es precisamente la distribución imperante entre los votantes independentistas. Los gráficos de dispersión de ERC y de la CUP son, más o menos, calcados al de Aliança Catalana, y el de Junts tampoco es muy diferente, aunque los junteros tienen más adeptos en los barrios ricos.

En cambio, no existe una correlación entre el porcentaje de inmigración y el voto a Aliança Catalana, aunque el leitmotiv de su campaña fue la vinculación entre inmigración y delincuencia. De hecho, tiene porcentajes similares de voto en los barrios que tienen más (3,56%) y en los que tienen menos (3,76%), unas cifras muy similares a la media que logró el partido en la noche electoral ( 3,78%).

Los mapas de intensidad de voto entre Vox y Aliança Catalana también son completamente diferentes. Mientras que los unionistas son más fuertes en las áreas metropolitanas de Barcelona y Tarragona, con un porcentaje más elevado de ciudadanos con origen familiar en otras comunidades del Estado, los independentistas focalizaron sus resultados en las demarcaciones de Girona y Lleida, donde sacaron a sus dos diputados.

Distribución entre el resto de partidos

Más allá de Vox y Alianza, ¿cómo se distribuyen los votantes del resto de partidos en función de la renta? Un vistazo al siguiente gráfico permite observar una diferencia fundamental, por ejemplo, entre los dos principales partidos del Parlamento. El PSC es, con diferencia, el más fuerte en las zonas de renta más baja, pero a medida que sube el nivel adquisitivo de los barrios, Junts cambia la situación por completo.

En los barrios más pobres de Catalunya, los socialistas obtienen un 39% de los votos, seguidos por Vox (13%) y el PP (12%). En cambio, a los más ricos es Junts (29%) quien lidera, con el PSC (21%) y, de nuevo, el PP (16%) de inmediato detrás.