Ciudadanos se juega la desaparición del Parlament

Ciudadanos logró 36 diputados en 2017 y fue la primera fuerza en Cataluña en las elecciones convocadas para el 155 después del referéndum del 1 de Octubre. Ahora bien, seis años y medio después, la misma fuerza política puede desaparecer este domingo de la cámara catalana, después de que en el 2021 se hundieran hasta los seis escaños. Por ahora ninguna encuesta da representación a la candidatura que lidera Carlos Carrizosa –les dan un escaso 1% de los votos–, que ha escogido morir matando en esta convocatoria electoral del 12-M: se plantó ante la dirección del partido en Madrid , que quería que se integrase en la lista del PP, y decidió probar una aventura en solitario con escasas posibilidades de éxito.

Sin embargo, aseguran que han dado este paso por “dignidad”, porque quieren reivindicar su proyecto contra el nacionalismo catalán y “liberal”. Y porque –añaden– no se sienten representados por nadie más. El propio Carrizosa admitió el viernes, el último día de campaña, en una rueda de prensa en el ACN que si lograran representación se trataría de una “heroicidad”.

Su campaña ha sido la demostración del estado precario de la formación: no han hecho mítines públicos con asistentes excepto el acto central. Y la fiesta de final de campaña la han hecho en un hotel y puede convertirse en su despedida en la cámara catalana. Han optado sólo por hacer declaraciones ante medios, evitando la difícil tarea de llenar sillas. Y, en términos de relato, han recurrido a la oposición frontal a Carles Puigdemont. El estilo duro, comandado por el jefe de campaña, Jordi Cañas, ha ido acompañado de declaraciones subidas de tono y de ataques al PP por los pactos con Convergència, contra el PSOE por la amnistía y contra el nacionalismo por sus políticas lingüísticas, que les empujaron a nacer hace dieciocho años.