Encuesta del ARA: Ventaja del PSC para el 12-M con una mayoría independentista difícilmente operativa

BarcelonaLa noche del 12 de mayo el PSC probablemente podrá revalidar e incluso ampliar la victoria en votos que ya logró hace tres años en Catalunya. Pero ¿podrá gobernar? Ésta es, de hecho, la principal incógnita en una de las elecciones al Parlament más inciertas de la historia. ¿Por qué? Porque los bloques estancos con los que se habían distribuido los partidos desde la eclosión del Procés podrían quedar cortos, todos. La encuesta del ARA, que lleva el sello de YouGov, da las claves para saber hacia dónde va el país después de años marcados por la inestabilidad.

Salvador Illa comienza la campaña por delante con 36 escaños (34-39 en la hoquilla), tres más que en el 2021, superando a Carles Puigdemont, que, eso sí, se impondría en el flanco independentista con 32 asientos en el Parlament, los mismos que tenía hasta ahora. La tercera posición sería para ERC: el actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, perdería siete diputados en su intento por revalidar el cargo y se quedaría con 26 escaños en la cámara catalana. El trabajo de campo, que se cerró por Sant Jordi, no pudo tener en cuenta el anuncio de Pedro Sánchez, que marcará el inicio de campaña al menos hasta este lunes, cuando diga si dimite o no.

La fotografía a dos semanas de los comicios permite constatar la desmovilización en el flanco independentista, en el que la CUP también retrocedería casi dos puntos en porcentaje de voto (podría bajar dos escaños, hasta los 7). Quien se beneficiaría del desgaste de los tres principales partidos independentistas sería la extrema derecha de Aliança Catalana, que irrumpiría en el Parlament con 4 diputados: un 21% de sus votantes vienen de Junts, un 9% de ERC, un 5% de la CUP y un 11% de otros partidos, como el Front Nacional, pero sobre todo un 44% provendría de la abstención.

El modelo de predicción que utiliza YouGov ve especialmente fuerte en Girona y Lleida la formación que encabeza la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, donde se aproximaría al 10% de los votos. Le otorga una hoquilla que iría desde los 2 hasta los 6 diputados, en caso de que consiguiera llegar al 3% de los votos en Barcelona, una situación que por ahora no tiene nada garantizada.

La única mayoría independentista prevista en la encuesta es, de hecho, la única que está descartada de entrada. Aunque sumaran con Aliança Catalana, ERC y la CUP ya han expresado públicamente que no participarán en ninguna operación que tuviera que contar con los votos de la extrema derecha. Según la encuesta, el único en el flanco independentista con opciones de ser investido sería, si los tribunales españoles no se lo impiden, el candidato de Junts, Carles Puigdemont, quien en los últimos días también ha expresado que no negociará nada con Aliança, aunque sus rivales le reprochan falta de contundencia. La encuesta no detecta opciones para Alhora, el partido que encabezan la exconsejera Clara Ponsatí y el filósofo Jordi Graupera.

Sin alternativas al otro flanco

Las opciones en el flanco constitucionalista no son mejores. El PSC sería primero y podría llegar a los 39 diputados, lejos de los 68 de la mayoría absoluta. ¿Con quién debería contar Illa? Con su socio natural, los comunes, que no sacarían réditos de la oposición a los presupuestos y podrían perder a uno de los 8 diputados que tenían hasta ahora. Para cambiar la dinámica, los de Jéssica Albiach vuelven a confiar, entre otros, en la oposición al Hard Rock, la madre de todas las batallas presupuestarias para los comunes. Los comunes descartan sumarse a ninguna mayoría que incluya Junts. Por su parte, la campaña de los socialistas está plenamente condicionada al anuncio de Pedro Sánchez, que abrió la puerta a dimitir por el acoso que considera que la derecha inflige a su mujer.

Con los comunes, Illa no tendría suficiente. Por tanto, como en el Ayuntamiento de Barcelona, su investidura también debería pasar por el PP de un Alejandro Fernández al alza (13 diputados), que basa la campaña en criticar a los socialistas y sus amistades peligrosas. Illa ya ha descartado esta posibilidad, pero, por si fuera poco, para ser presidente, el candidato del PSC también debería quedar ligado a la extrema derecha, en este caso a Vox, otra opción que el líder socialista no considera. ¿Y entonces? Con la fotografía a dos semanas de los comicios (que deja un mapa manchado de azul y rojo), para evitar una repetición electoral sólo habría una opción: romper los bloques. ¿El PSC, Junts y ERC negociarían una investidura? ¿Podría devolver el tripartito o sería posible un acuerdo entre socialistas y junteros?

Pescante abstencionistas

Junts, ERC y la CUP pasarían de los 74 diputados a 65 y "la mayoría del 52%" de los votos, que demostró que era un eslogan no operativo, caería hasta el 42% (excluyendo a Aliança Catalana). De hecho, el principal problema de los partidos independentistas es que no seducen a los votantes que hace tres años se quedaron en casa. Entonces, en contexto de pandemia, las elecciones catalanas registraron su mínimo histórico de participación y todo el mundo era consciente de que ahora, aunque no se esperan los niveles de 2017 o 2015, sería clave recuperar a una parte de los votantes que hace tres años se abstuvieron. ERC sólo convence al 5%, Junts al 3% y la CUP al 1%, cuando, al otro lado, el PSC recibe al 14% de abstencionistas, el PP al 9%, Vox al 6% y los comunes al 5%.

¿Y hacia dónde se van los votantes independentistas? Esquerra tiene una fuga del 5% hacia el PSC, pero la principal es la que va hacia Junts, que le tomaría un 15% de los votantes del 2021. Los de Puigdemont son los que mayor fidelidad de voto tienen de todo el arco parlamentario (76%), pero no crecen en relación a las elecciones anteriores y tienen una fuga intensa en una dirección: pierden un 7% de los votos hacia Alianza. Pese a la entrada de una nueva formación, en el Parlament seguirían habiendo ocho partidos, porque el naranja de Ciutadanos parece condenado a la desaparición. En 2017 superó el millón de votos, un 25% del total, y esta vez todo apunta a que se quedará por debajo del 2%.