Los pronombres débiles de los cirujanos

BarcelonaEste jueves por la noche, La1 de TVE ha ofrecido por Catalunya el debate de candidatos a las elecciones. El resto de España podía verlo a través del Canal 24H. Lo han moderado Gemma Nierga, en catalán, y Xabier Fortes, en castellano. Otro debate con dos presentadores, un recurso innecesario porque el trabajo puede hacerlo uno solo. La dupla sirve para hacer equilibrios entre paridad y entre cadenas. La prueba es que Fortes trajo casi siempre la voz cantando.

TVE ha optado por un modelo convencional, estructurando el debate por bloques temáticos y estableciendo una cuenta atrás a medida que se agotaba el tiempo. La limitación de los blogs a tres minutos por candidato les obligaba a entrar en materia más rápido.

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Los ocho candidatos son buenos oradores y facilitaron un debate bastante ágil donde todos demostraron ganas de increparse y rebatirse. Tanto Pere Aragonès como Salvador Illa evidenciaron un tono más presidencialista en sus intervenciones. Aragonés evitó siempre el contacto visual con Ignacio Garriga de Vox, incluso estando de lado. Cuando le rebatía los argumentos lo hacía sin mirarle a la cara. Isla, con una actitud algo malhumorada, parecía regañar a sus adversarios. Cuando los reproches los dirigía al PP, lo hacía en castellano, quizás pensando en los espectadores de fuera de Catalunya.

El más original en los argumentos, para variar, fue Ciudadanos. Carrizosa reprochaba a los contrincantes que preferían que los cirujanos supieran los pronombres débiles que no abrir un nuevo CAP. Albiach, reivindicando la mejora de las infraestructuras, encontró el pareado que puede servir para denunciar el mal servicio de Renfe: “Pollos todos los días en Cercanías”. Alejandro Fernández advirtió que si en Catalunya hubieran habido siempre los gobernantes actuales "todavía iríamos con tapa-rabos". Sin el Proceso, los debates se han descrispado. La confrontación Ciudadanos y PP fue un momento intenso. "Siempre está bien ver el unionismo quitarse los ojos" apuntó Laia Estrada. Lo inaudito fue el problema con el cronómetro de Alejandro Fernández, que en vez de restarle el tiempo, le sumaba y tuvieron que corregir el error. Pero para los indecisos, el cronómetro quizá sea el de menos. Para ellos, la cuenta atrás para decidir el voto, ese debate tampoco debería ayudarles demasiado.