De tener la alcaldía a quedarse sin representación: el primer fracaso de Aliança Catalana

El partido islamófobo pierde el tercer bastión y ya sólo tiene concejales en Ripoll y Manlleu

BarcelonaDespués de Ripoll, Ribera de Ondara se convirtió en el segundo municipio donde Aliança Catalana ostentó la alcaldía. La logró después de que en marzo prosperara la moción de censura que impulsó Acord per la Ribera, formación vinculada a ERC, con el único concejal de la formación islamófoba, Albert Puig, que se convirtió en el alcalde provisional mientras la republicana Elisabet Jové, que fue expulsada del partido por el pacto, estaba de baja por maternidad. Sin embargo, las cosas no han acabado como se esperaba la dirección de AC, que apoyó a Puig cuando logró la alcaldía con la presencia incluso de su presidenta, Sílvia Orriols, en el ayuntamiento de esta localidad de la Segarra. De tener la alcaldía durante seis meses, Aliança Catalana ha pasado a quedarse sin representación.

En septiembre, el alcalde accidental, Albert Puig, presentó su renuncia al acta de concejal después de que la formación de extrema derecha la expulsara por hacer unas declaraciones homófobas en las redes, en el que tildaba de "cáncer" al colectivo LGBTI. En una publicación en X, Puig decía que plegaba por "el acoso mediático, denuncias y persecuciones" y para preservar a la familia. "Aliança Catalana defenderá siempre los derechos e intereses de los catalanes, independientemente de su sexualidad", remachó en un tuit Orriols para justificar la expulsión de Puig, que nunca ha sido militante del partido de extrema derecha. Tampoco lo es ninguno de los otros siete miembros de la candidatura ni los dos suplentes que cerraban la lista de Ribera de Ondara en las elecciones, que cocinó el propio Puig.

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Los vínculos del exalcalde con los miembros de la candidatura ha hecho que el número 2 de la lista, Antonio Fernández Vargas, haya decidido que no representará al partido de Orriols y será concejal no adscrito. "El partido se ha llevado muy mal conmigo y él no quiere saber nada tampoco. Y el partido también se ha desmarcado", explica Puig. De hecho, en el escrito que el secretario de organización, Oriol Ges, ha enviado a la secretaría del Ayuntamiento, al que ha tenido acceso el ARA, informa que "Aliança Catalana no quiere tener ningún tipo de relación" con el nuevo edil "ni con sus futuras actuaciones" y reclama su baja del partido. Alianza se queda, pues, con la alcaldía de Ripoll y el concejal de Manlleu, Roger Saborit.