Elecciones municipales

Concejal de una lista fantasma: "Sólo había estado una vez en el pueblo, en la Feria del Abeto"

El PSC presentó a más de un centenar largo de candidatos que no eran del pueblo

Barcelona"Sí que va lento este de delante, ¡será de Barcelona!", rumiaba Toni Tanyà, concejal de Junts en Espinelves, que tenía prisa por llegar al consistorio. Era el 17 de junio del 2023, el día de la constitución de los ayuntamientos y el conductor al que seguía miraba constantemente al navegador para no perderse. El cabreo se convirtió en sorpresa cuando vio que se detenía, como él, frente al ayuntamiento. Poco después sabría que era Francesc Bringueret, el concejal de una lista fantasma del PSC, que entró de rebote, por la renuncia de la cabeza de lista de Junts, Núria Delgado, y de la número 3, que es quien la había de relevar, y por la particularidad de la legislación electoral en los municipios de menos de 250 habitantes. Bringueret admite que sólo había estado una vez en Espinelves. "En el 2017 vine con la mujer y el hijo a la Feria del Abeto". Poco se imaginaba entonces ese militante socialista de Castellar del Vallès que seis años más tarde se convertiría en concejal de este pequeño pueblo de Osona.

"Acepté porque soy un hombre de partido y esta vez no me presentaba en mi pueblo". Y es que en el 2019 fue de número 15 a Castellar y en el 2015, al 18. Tampoco se lo pudo pensar demasiado: "Me avisaron un día antes de la constitución del pleno y en 24 horas debía decidirlo y voy decir que sí por responsabilidad". Tanto él como su familia y sus amigos se quedaron de piedra cuando supieron que sería concejal. "Ya me sorprendió conseguir 21 votos", reconoce riendo. Los precedentes no invitaban al optimismo. El anterior cabeza de lista socialista en Espinelves, Luis Fuentes, que había sido dirigente del PSC-Sant Martí de Barcelona, ​​solo había logrado 7 votos en el 2019 y se quedó fuera del ayuntamiento. Curiosamente, Fuentes fue ahora cabeza de lista en la vecina localidad de Santa Maria de Besora y no sumó ningún voto.

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En Espinelves, como en el resto de municipios de menos de 250 habitantes, Loreg marca que el sistema de votación sea por listas abiertas, en las que los partidos pueden presentar entre uno y tres o cinco candidatos en función de los habitantes. Con el resultado de las elecciones, se establece una lista de concejales de mayor a menor votado, independientemente de su color político. Por este motivo, Francesc Bringueret entró tras la renuncia de dos electos de los junteros.

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Mayoritariamente, el PSC y el PP aprovechan este sistema electoral para probar suerte en localidades en las que no necesariamente tienen implementación. Los socialistas presentaron un centenar largo de listas con esta particularidad de las seiscientas que hicieron y el PP una veintena, en una práctica que Junts o el PDECat también han exportado a algún pueblo. Estas listas, que configuran gente de fuera del municipio, no dan réditos políticos, pero los pocos votos que consiguen sirven para alcanzar el 3% del total de votos de la comarca que es necesario para entrar en los consejos comarcales y, sobre todo, para recibir una aportación extra de 150.301 euros si realizan listas al menos en un 50% de los pueblos de la demarcación.

Bringueret no esconde que las listas fantasma son "una anomalía", pero rebate que "en municipios pequeños hay votantes que no quieren dar el paso". No repetirá en cuatro años. No lo dice por la hora y media que tiene de camino porque sólo va por los llenos, que son cada tres meses. Ni siquiera por la mala marejada que hay en el pueblo después de que dos concejales republicanos desbancaran de la alcaldía a su compañero de partido e hicieran alcalde a Tanyà, el único concejal juntero. "Estaré este mandato sólo porque es una etapa de mi vida", expone Bringueret, que es el único concejal en la oposición, pero secunda todas las iniciativas del gobierno.

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Una concejala que no recoge ni el acta

El PSC también presentó hace un año siete listas fantasma en el Ripollès, con militantes del área metropolitana de Barcelona que la ejecutiva comarcal ni conocía. Y la única concejala que logró el acta renunció a ello. Se trata de Alba Le Azorín, candidata a Gombrèn, que sumó doce votos. Esta estudiante de Santa Coloma de Gramanet cerró la lista de Núria Parlon en el 2019. "El partido presentó la renuncia porque ya han logrado computar votos por el consejo comarcal y recibir subvenciones", critica el alcalde, el republicano César Ollé, quien considera que estas prácticas "deberían eliminarse por ley". Fuentes del PSC aseguran que la renuncia de esta edil es un caso "excepcional", porque "no se veía con corazón" y defienden presentar listas fantasma porque "sigue siendo muy complicado en la Catalunya interior por el Proceso".

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Las mismas fuentes resaltan que las hacen para que sus votantes no se queden huérfanos y que si logran representación intentan "trabajar por el pueblo". En Josa y Tuixén, en un caso poco habitual, el concejal socialista, Cristian Botja, que entró con sólo 4 votos, se ha incorporado al gobierno. "Trabaja en la Diputación de Lleida y se encarga de gestionar las subvenciones", señala satisfecha Marta Poch, la alcaldesa de Junts, después de que Botja haya declinado hablar con el ARA. Sea como fuere, Poch también cree que debería regularse: "Aquí ha salido bien, pero es como una lotería para los partidos, y gana el partido y no el pueblo".