Las relaciones Sumar-Podemos

¿Cuándo empezó la enemistad entre Pablo Iglesias y Ada Colau?

La relación de los 'comunes' y el exlíder de Podemos se degrada después de años de equilibrios

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Ada Colau y Pablo Iglesias ante Gerardo Pisarello

BarcelonaOcho años separan el abrazo que Pablo Iglesias y Ada Colau se dieron en la carrera final de las generales del 2015 y el artículo del exlíder de Podemos este miércoles en el ARA en el que acusa a la exalcaldesa de tener una "frustración autoritaria". Iglesias explotó contra Colau después de que la exalcaldesa avisara a Podemos de que puede quedarse sin el dinero asociado a los resultados electorales si rompe el acuerdo con Sumar, reabriendo viejas heridas en la relación entre sus dos espacios.

Pero hace años que la relación entre los dos líderes está marcada por sus diferencias personales y políticas. La propia Colau lo contaba en Ada, la rebel·lió democràtica (Ara Llibres), del periodista Joan Serra: "Hay un cierto estilo de Pablo [Iglesias] y del núcleo impulsor de Podemos con el que no conectamos. Me hacen sentir más catalana que nunca, siempre lo digo", afirmaba entonces. Notaba, sobre todo, una cierta arrogancia.

Ahora Iglesias le devuelve el golpe: la acusa de ponerse un "sombrero de Napoleón" para recortar la autonomía de Podemos, que lucha por arañar ministerios (piden tres) en el posible futuro gobierno de coalición. No queda nada de la sintonía que los dos líderes exhibían encerrados, por accidente, en el ascensor del Ayuntamiento de Barcelona, en una fotografía que hizo fortuna después de que Iglesias la publicase en Twitter.

Las primeras divergencias se remontan prácticamente a los inicios de la fundación de Podemos y tienen que ver, en parte, con las diferencias entre los proyectos de ambos líderes a partir de 2014. El mismo nombre que Iglesias escoge para su espacio indigna a Colau y su entorno, que ven un intento de capitalizar el grito de guerra de la PAH y de los movimientos sociales del 15-M. También en el 2014, Colau declina la oferta de Iglesias para concurrir con él a las europeas, una cita que marca el boom de Podemos y a partir de la cual se especula con un posible sorpasso al PSOE. La dirigente de los comunes apuesta por quedarse en Barcelona, con la vista puesta en la alcaldía.

Tensiones y equilibrios en 2015

El desembarco de Podemos en Catalunya genera un nuevo foco de tensión ante las autonómicas del 2015. Ada Colau acaba de llegar a la alcaldía y reivindica el espacio de los comunes frente al de Iglesias, también desde el grupo municipal. Varias fuentes explican que a la hora de definir a su equipo, Colau ya se rodeó de su gente de máxima confianza cerrando el paso de la cocina donde se tomaban las decisiones a las personas que llegaban del ámbito de Podemos.

Después de que Colau se desmarcara de la campaña de Catalunya Sí Que es Pot –donde suman fuerzas ICV, EUiA y Podemos–, ambos líderes se embarcan en busca de un equilibrio de fuerzas. Iglesias necesita a Colau, y Colau necesita a Iglesias. Como resultado, Podemos cede y los comunes concurren a las generales conservando su marca, en la campaña donde acabarán dándose el abrazo de la (presunta) reconciliación.

Xavier Domènech, coordinador general de los comunes hasta el 2018, encabeza la lista. Lo hace por designación expresa de Colau, y gana las elecciones en Catalunya contra todo pronóstico. Cuando las tensiones entre Colau e Iglesias siguen, acaba alzándose como mediador, no sin salir indemne. Una fuente lo retrata así: "Hacía de puente. Y los puentes son los primeros que caen cuando hay movimientos tectónicos".

Las tensiones se suavizan con la llegada de Podemos al gobierno español en el 2019. Otras fuentes consultadas por el ARA lo atribuyen al interés de Colau de cerrar filas con Iglesias en un momento en el que veían en él un activo político del que sacar provecho en Catalunya. Sin embargo, esto cambia cuando el exvicepresidente del gobierno español abandona la dirección de Podemos y Yolanda Díaz empieza a despuntar como futura líder de lo que acabaría siendo Sumar. Comienza entonces el auténtico enfrentamiento abierto entre los dos dirigentes.

Para los 'comunes', la relación es mala

Ahora los comunes rechazan entrar en un rifirrafe que creen que el exvicepresidente del gobierno español ha reavivado para recuperar protagonismo político. Hay malestar por los calificativos que ha utilizado el exlíder de Podemos contra Colau. Se añaden, además, a los choques públicos de Iglesias con Díaz, tras el veto a la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero.

Fuentes de los comunes explican que la relación con Iglesias es mala desde hace tiempo; de hecho, lo acusan de querer sustentar un partido, Podemos, únicamente por su interés personal, el de Irene Montero y el de la actual secretaria general, Ione Belarra. Los comunes son, además, una de las voces que más oposición expresan al hecho de que Podemos pueda tener carteras dentro de un posible gobierno de coalición.

Las discrepancias resuenan con fuerza en un momento crítico para las relaciones entre los dos socios, después de que los de Ione Belarra se desmarcaran de la negociación entre el PSOE y Sumar. Sin embargo, este miércoles Iglesias aseguró en declaraciones a RAC1 que sus votos a la investidura "no están en cuestión". En el mismo medio, Domènech avisó ante Iglesias de que, a la larga, "no es sostenible" la dialéctica entre Podemos y Sumar. "No se puede estar mucho tiempo así", añadió.

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