¿Por qué el PSC y el PP se disparan en el último CEO?
La suma de votantes abstencionistas y la coyuntura estatal explican parte de su ascenso
BarcelonaEl último barómetro del Centro de Estudio de Opinión (CEO), publicado la semana pasada, no solo registra el apoyo más bajo a la independencia de los últimos años, sino que también dibuja un posible cambio de guardia en el Palau de la Generalitat: el independentismo podría llegar a perder la mayoría, mientras que el PSC –que podría llegar a los 42 escaños– aspira a poder negociar la investidura de Salvador Illa. ¿Qué ha pasado en un año y medio para que el 52% independentista ahora pueda perder la mayoría en escaños? ¿Y porque se disparan tanto los socialistas como el PP, que pasaría a ser cuarta fuerza? La participación de los comicios del 14 de febrero de 2021 fue la más baja de la historia y esto quiere decir que, para las próximas elecciones, el partido que consiga movilizar la gran masa abstencionista se llevará una parte muy grande del pastel. Según el CEO, el 42% de las personas que el 14-F no votaron, lo hicieron en blanco, votaron nulo o que ahora están indecisas no se moverían. Y del 58% restante, el 36% pasarían a votar a formaciones no independentistas.
El posible descenso del independentismo, pues, se explica en parte por los ascensos del PSC y el del PP. "Los socialistas consiguen sumar votantes de ambas partes", apunta el politólogo y profesor de la UPF Toni Rodon. Según el CEO, por ejemplo, conseguirían un 2% de los votos de ERC, un 6% de los de En Comú Podem y hasta un 15% de los de Ciutadans. El ascenso del PP, en cambio, hay que cogerlo más con pinzas, según el politólogo y profesor de la UAB Oriol Bartomeus. "El incremento bestia del PP es porque se traslada la coyuntura española a Catalunya", explica. De hecho, la encuesta se empezó a hacer en plena campaña de las elecciones andaluzas y se acabó cuando el popular Juanma Moreno ya había logrado la mayoría absoluta. Esto, en parte, también explica la bajada de Vox, que perdería el 11% de sus votos en dirección a los populares. En resumen: cuando la política española ya mira a unas elecciones generales que serán un cara a cara del PSOE y el PP, la realidad catalana también se contagia de este contexto.
Más que un gran trasvase de votos entre partidos, sin embargo, las subidas vienen de la abstención. De hecho, el último CEO detecta un efecto generalizado respecto al anterior barómetro (abril): el votante se fideliza. Un 83% de los votos recibidos por el PSC el 14-F se quedarían con los de Isla (un 5% más que en la anterior encuesta), lo mismo que pasaría con el 79% de los de ERC (+8%), el 80% de los de Junts (+5%), el 84% de los de la CUP (+6%) o el 90% de los del PP (+28%). Este efecto no deja de ser extraño en el caso de los populares, puesto que Rodon apunta a que la fidelización va unida a "la estabilidad" de las formaciones. El PP hace pocos meses que ha vivido un cambio brusco con la salida de Pablo Casado y la entrada de Alberto Núñez Feijóo. Rodon, sin embargo, añade que los votos de derechas "son más inelásticos a las crisis" que los de izquierdas.
Standby independentista
Otra de las conclusiones del CEO es que el independentismo está "en una especie de standby", en palabras de Bartomeus. "Esto seguramente no es lo que se esperaba Esquerra", señala. La transferencia entre ERC, la CUP y Junts es menor –no supera en ningún caso el 6%– y solo los republicanos consiguen llevarse abstencionistas, un 11% del total. En cambio, entre constitucionalistas –bloque donde cae Cs y recula Vox– hay muchos más movimientos. Una tendencia que los expertos "hace tiempo que observan". De este modo, a un independentismo desmovilizado se suman unos partidos que no están consiguiendo ampliar la base. Solo Esquerra podría quedarse con el 6% de los votos de los comunes y con el 5% de los del PSC. Junts y la CUP, por el contrario, prácticamente solo beben de los mismos independentistas. Todavía hay, sin embargo, tal como concluye Rodon, "muchos indecisos" y varias elecciones por el camino.