La fórmula JxCat-ERC acusa el desgaste

El gobierno de los dos partidos es la tercera opción preferida de los catalanes, por detrás del tripartito de izquierdas (21,9%) y el ejecutivo independentista con la CUP (21%)

Encuesta ARA
y DAVID MIRÓ
08/02/2021
3 min

BarcelonaLa última mayoría absoluta en el Parlament de Catalunya se produjo el lejano 1992 y la consiguió la todopoderosa CiU de Jordi Pujol. Desde entonces han hecho falta pactos para gobernar o directamente ejecutivos de coalición. El resultado del 14 de febrero no será una excepción, porque las encuestas prevén un triple empate entre ERC, el PSC y Junts (según la del ARA, quedarían en este orden). Por eso, uno de los temas principales de la campaña son los pactos postelectorales. ¿Pero qué piensa el electorado de cada partido?

La primera conclusión del sondeo hecho por el Institut Opinòmetre es que la fórmula actual, el bipartito entre Junts y ERC, tiene un fuerte desgaste. Si se pregunta a toda la población, la opción preferida es un tripartito de izquierdas formado por ERC, el PSC y los comunes con un 21,9%, seguido muy cerca por otro tripartito, en este caso independentista, formado por ERC, Junts y la CUP, con un 21%. Y ya descolgado en tercera posición aparece el gobierno actual, Junts-ERC, con un 12,2%, seguido en el cuarto lugar por un tripartito constitucionalista del PSC, Cs y el PP (11,7%).

Según la encuesta del ARA, las únicas alianzas que sumarían aritméticamente serían el tripartito de izquierdas y el independentista, y si consideramos los posicionamientos de los partidos la opción más viable es esta última. Además, la CUP tendría una fuerte subida y pasaría de los 4 escaños actuales a 8 o 9, un número suficiente para abrir este debate dentro de la formación anticapitalista.

Tripartito independentista

Curiosamente, los votantes de la CUP son los que más quieren ver a los suyos en el Govern: el 62,5% apuestan por ello. En el caso de Junts, es el 55,6% (mientras que el 35,2% querrían reeditar el pacto actual a dos), y en el caso de ERC, el 42,6% (con un 24,6% que quiere repetir con Junts y un escaso pero significativo 14,9% que preferiría un tripartito de izquierdas). Si se hace la pregunta al conjunto de personas que se declaran partidarias de la independencia (un 47,6% frente a un 43,5%), el tripartito con la CUP también es la opción preferida, con el 42,4%, seguido de lejos por el bipartito actual (21,4%). Hay también un 14,1% de independentistas que preferirían un tripartito de izquierdas con el PSC, básicamente votantes de Esquerra.

En el campo unionista la opción preferida es el tripartito de izquierdas con ERC, el PSC y los comunes, y esto es así porque una mayoría clara de votantes socialistas, el 53,7%, avalan esta fórmula muy por delante de un pacto con Cs y el PP (14%). Es un dato que choca con la campaña de claro tono antiindependentista que está protagonizando Salvador Illa, y que iría en contra de la opinión de sus propios votantes, que no ponen ninguna pega a gobernar con los republicanos de ERC. Más lógica es la apuesta casi unánime del electorado de Jéssica Albiach por el tripartito de izquierdas (76,7%); ella sí está enfocando la campaña en esta dirección. En cuanto a la derecha, el pacto PSC-Cs-PP es la opción mayoritaria de los votantes naranjas (73,3%), los populares (74,5%) y, curiosamente, también los de Vox (57%), a pesar de que este partido no formaría parte de él.

El dilema de la CUP

Cuando se cruzan los datos de los favorables a la independencia por partidos se ve que donde hay más independentistas es en Junts, con el 95,5%, seguido de la CUP (93,7%), ERC (85,7%), el PDECat (54,5%) y los comunes (33,9%), mientras que es residual en el resto de fuerzas. Esta fotografía nos dibuja una ERC más permeable a recibir voto no explícitamente independentista y cómo los comunes se tienen que mover en una cierta ambigüedad para no tener escapes de voto.

En todo caso, esta fotografía se mantendrá después del 14 de febrero e influirá seguro en las decisiones que tomen los partidos a la hora de proponer y negociar los pactos. Como ya pasó en 2015, todo apunta a un fuerte papel protagonista de la CUP, que tendrá que decidir entre formar parte de un gobierno independentista, apoyar desde fuera o forzar la repetición de las elecciones.

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