La nueva legislatura

Francina Armengol: una experta en pactos contraria al 155

La dirigente socialista es la nueva presidenta del Congreso de Diputados

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Pedro Sánchez señala a Francina Armengol durante el pleno de este jueves

PalmaUna mujer de partido, feminista, de convicciones firmes y contundentes, y una idealista. Así definen a algunos compañeros del PSIB-PSOE la que será la nueva presidenta del Congreso de Diputados, la mallorquina Francina Armengol (Inca, 1971). Su liderazgo en las filas del PSIB es absoluto, aunque en las autonómicas de mayo la derecha acabó con sus aspiraciones de una tercera legislatura consecutiva como presidenta del Govern Balear. Armengol ha defendido que un mayor federalismo debe ser la vía para solucionar los conflictos territoriales de España, y fue precisamente ese posicionamiento el que le llevó a manifestarse públicamente en contra de la aplicación del artículo 155 en Cataluña . "Es un fracaso importante del diálogo y de parte importante de la democracia", aseguró entonces, además de reclamar un "diálogo sereno" entre el gobierno español y la Generalitat.

Desde el postulado federalista, Armengol ha tejido una red de buenas relaciones con representantes políticos cercanos, como el expresidente del País Valenciano y compañero de partido, Ximo Puig, y otros que no lo son tanto, como el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

Y no ha sido la única vez que ha manifestado un parecer distinto dentro de su partido. También lo hizo cuando Pedro Sánchez avaló la propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental que realizó Marruecos. Armengol mostró públicamente su discrepancia y reivindicó que los esfuerzos debían dirigirse a conseguir “un Sahara libre”. Pero, pese a las discrepancias puntuales, la presidenta del Congreso fue un apoyo para Pedro Sánchez, salvo cuando apostó por Patxi López como candidato a secretario general del PSOE.

Acostumbrada a gobernar en coalición

Si a algo está acostumbrado Armengol es a pactar. Nunca ha podido gobernar en solitario, sino que lo ha tenido que hacer con fuerzas tan distintas como Podemos, partido que en Baleares siempre ha estado marcado por la dinámica estatal, y los soberanistas de Més per Mallorca, que le han reclamado constantemente un mayor compromiso con el catalán y el territorio ya veces le han reprochado la falta de contundencia en cuestiones como la protección del medio ambiente y la problemática de la masificación turística.

Es cierto que, cuando llegó al Govern Balear en 2015 , Armengol derogó la ley de símbolos, recuperó la lengua propia como requisito para acceder a la función pública y derogó al TIL de Bauzá, que potenciaba el castellano y el inglés en detrimento del catalán. Pero también lo es que intentó sin éxito eximir al personal sanitario del requisito del catalán, alegando la falta de profesionales y señalando que "la salud es lo primero". La oposición de los socios de Més y de entidades en defensa de la lengua y la cultura propias fue primordial para que diera marcha atrás.

Armengol tiene en su currículum los hitos históricos de haber sido la primera mujer en presidir el Gobierno de las Islas Baleares y el hecho de que el Pacto Progresista gobernara dos legislaturas seguidas. Pero el 28-M terminó este capítulo de su carrera política, después de unos resultados de la derecha y la extrema derecha que ella misma reconoció que no vio venir. Como otros presidentes de las Islas (Francesc Antich, Jaume Matas y José Ramón Bauzá), Armengol decidió pasar página marchando a Madrid, aunque ya no defenderá los intereses de Baleares desde un escaño.

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