González abraza a Sánchez y se justifica: "Sabe que no interfiero. Solo opino de buena fe"
El expresidente español promete "lealtad" al PSOE en su reaparición con Zapatero
Valencia"Bajaré los decibelios", avisa el expresidente del gobierno español Felipe González, después de la arenga de José Luis Rodríguez Zapatero. No expresa un gran entusiasmo ni aplaude siempre que lo hacen el resto de los congregados, pero el abrazo con el secretario general actual, Pedro Sánchez, es la fotografía de la jornada en el 40 congreso del PSOE. Y la imagen que quería el presidente español, flanqueado a ambos lados en primera fila por los anteriores secretarios generales, también Joaquín Almunia. Alejado de la dirección socialista en los últimos años por varias discrepancias, entre las cuales con el abordaje del conflicto catalán, este sábado González ha contribuido a la imagen de unidad que el PSOE quiere exhibir en este cónclave. "Paso a saludar", ha avisado.
Ha sido un reencuentro más bien frío, con una última imagen en el escenario de la Feria de Valencia en que Sánchez, Zapatero y Almunia han aplaudido un buen rato y González no se ha añadido hasta que ha acabado de mirar el reloj y colocarse bien la americana. Con su intervención ha concluido el acto de arranque del congreso y González se ha marchado. Eso sí, en su última frase mostrado su confianza con Sánchez: "Mi lealtad es con un proyecto político que encabecé durante 23 años como secretario general, durante 13 y medio como presidente del gobierno y que ahora encabezas tú, Pedro Sánchez. Adelante, gracias".
A pesar las aclaraciones, González ha venido a reivindicarse y a defender su derecho a actuar como verso libre. "Me siento libre porque digo lo que pienso. Y me siento responsable porque pienso lo que digo", ha afirmado el ex líder socialista, que se ha dirigido directamente a Sánchez: "Estimule la libertad para expresarse críticamente y la responsabilidad de pensar lo que se dice. Así se construye un gran partido que represente a la sociedad", ha manifestado. El remate lo ha dejado para el final: "El secretario general y presidente del gobierno español sabe que no interfiero. Estoy disponible. Ni siquiera pretendo que se tenga en cuenta lo que opino. Solo lo hago de buena fe y digo lo que creo que se tendría que hacer cuando me preguntan", se ha justificado. "Esto no quiere decir que no me equivoque", ha puntualizado.
Otros avisos han sido menos explícitos. Ha pedido que la respuesta al neoliberalismo por parte de la socialdemocracia, paradigma tan invocado en este congreso del PSOE, no sea el "neopobrismo". "Hace falta un sistema económico que dignifique, que redistribuya directa e indirectamente los ingresos", ha remarcado. Y a pesar de enaltecer la estrategia de vacunación en España, también ha advertido que puede haber variantes que obliguen a mantener la guardia. Un recordatorio que ha hecho resonar el dardo que envió hace unos meses a Sánchez. "No está viviendo la realidad de sufrimiento que estamos viviendo. Cuando todo está mal, aparece aquí un y dice que todo está bien y que el futuro es cojonudo", manifestó en el mes de abril, recriminando el optimismo que percibía respecto a la pandemia.
Más allá de esto, González ha dirigido los reproches al PP cuando ha criticado que se defienda la Constitución y no se cumpla su mandato, en referencia al bloqueo para renovar el Consejo General del Poder Judicial. También ha defendido el concepto "multinivel" que el PSOE introduce en su ponencia para definir la gobernanza en cooperación con el resto de administraciones. Un término que la derecha también ha criticado últimamente.
"Orgulloso del régimen del 78"
La asistencia de los expresidentes al congreso socialista tiene una clara lectura de reivindicación de las etapas en que han gobernado en España. El PSOE ha querido trazar un hilo de continuidad de estas diferentes épocas y, bajo el lema Avanzamos, subrayar que bajo sus mandatos se han producido adelantos en la sociedad. A la llegada de González, Almunia y Zapatero al cónclave la ha sucedido un vídeo en el que se hacía un repaso de leyes aprobadas e hitos que se han producido con gobiernos del PSOE. A la vez, el lema también es un empujón a la presidencia de Sánchez. Esta recuperación del legado lo han querido complementar González y Zapatero con un mensaje en clave de futuro. El presidente del gobierno del Estado entre 1982 y 1996 se ha mostrado "orgulloso del régimen del 78", pero ha apostado por "repensar el pacto mirando hacia el futuro y no el pasado".
El contraste entre las intervenciones de los dos expresidentes ha sido perceptible, con Zapatero pronunciando un discurso más alineado con el relato que quería proyectar el partido. "Hoy es un día para reconocer la ingente tarea transformadora de Felipe González por España durante su periodo de gobierno", ha manifestado el jefe del ejecutivo entre 2004 y 2011, que después ha pasado a aplaudir a Sánchez el acuerdo europeo por el fondo de 140.000 millones. De este congreso saldremos a ganar los próximos ciclos electorales en España. Tenemos un gobierno y un presidente que solo piensan en el devenir de España y la decencia de este país", ha remarcado.
Díaz y Ábalos, protagonistas colaterales
Antes de que los expresidentes acapararan la atención del congreso, los más buscados esta mañana han sido el ex secretario de organización del partido José Luis Ábalos y quien fue opositora de Sánchez, la andaluza Susana Díaz. La expresidenta de la Junta ha perdido la cuota de poder orgánica a nivel estatal y autonómica, y también la institucional, ha firmado la paz con el secretario general y ha ido a parar al Senado.