El Govern y el Estado chocan por los resultados de la Bilateral

La Generalitat tilda de "exiguos" los acuerdos mientras la Moncloa los ve "históricos"

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Laura Vilagrà, Jordi Puigneró, Jaume Giró y, en primer término, Isabel Rodríguez este viernes a la Bilateral.

BarcelonaLa reunión de la Comisión Bilateral entre el Estado y la Generalitat que se ha celebrado este viernes en Barcelona se ha cerrado como se preveía: con varios acuerdos sobre transferencias competenciales y de patrimonio de manos del Estado a las manos del Govern. Con una hora de encuentro en el Palau de la Generalitat ya han tenido bastante. El punto caliente, sin embargo, ha sido a la hora de escenificar el resultado de la reunión. Para el gobierno español, la Bilateral es la constatación de que el diálogo entre los dos ejecutivos funciona después de la ruptura que supuso el 155. "Se trata de un acuerdo histórico", ha dicho la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. Para la Generalitat, todo lo contrario. Al salir de la reunión, el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró (JxCat), ha criticado que todo son "avances exiguos, de poca entidad y demasiado lentos". "Tiene que haber resultados más tangibles", ha añadido, más conciliadora, la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà (ERC).

¿Cuáles son estos acuerdos espléndidos para unos e insuficientes para otros? Pues que se crearán tres ponencias técnicas para certificar el traspaso de tres competencias que pasarán del Estado a la Generalitat: la gestión de las becas de primaria, secundaria y universidad; los seguros escolares y una mejora en la financiación de los edificios judiciales. El gobierno también se lleva algunas transferencias de patrimonio, como el edificio del Registro Civil de Barcelona, la carretera B-23 –la B-30 ha caído finalmente del acuerdo–, el canal Xerta-Noria, unas fincas rústicas, siete depuradoras y el observatorio del Turó de l'Home. Finalmente, la Generalitat ha arrancado el compromiso al Estado de poder gestionar algún día el ingreso mínimo vital, prestación que ahora controla el Estado. "Hay un preacuerdo", ha explicado Vilagrà. Rodríguez lo ha confirmado –el País Vasco ya está trabajando para asumir esta prestación–, pero por ahora no hay más calendarios que los que marque la voluntad política.

Al acabar la reunión cada parte ha sacado su balanza. El gobierno español en un lado pone los diez años que el PP tuvo la Comisión Bilateral congelada sin hacer nada y, en el otro, el hecho de que el PSOE haya aceptado descongelarla y llevar los primeros acuerdos. Según Rodríguez, no hay color y la balanza se decanta claramente del lado de los socialistas. "Se ha de valorar y contextualizar. Es un acuerdo histórico y es constatable. Hacía una década que Catalunya no avanzaba competencialmente. Solo por eso es muy positivo", ha resuelto la ministra Rodríguez.

La balanza del Govern funciona diferente. En un lado ponen los acuerdos de hoy, y en el otro todo lo que consideran que Catalunya merece y que el Estado no cede. Aquí han salido temas como el traspaso completo de Cercanías –vías, trenes, catenarias y personal–, el del conjunto de las carreteras estatales que hay en Catalunya o la gestión del aeropuerto. Puigneró ha puesto de límite el verano para cerrar el traspaso de Cercanías si Pedro Sánchez quiere demostrar que se toma "en serio a Catalunya". "Catalunya continúa no siendo una prioridad para el gobierno español, porque, si realmente lo fuera, aceptaría traspasos que desea", ha dicho.

En la parte final de la reunión de la Bilateral, la Generalitat ha puesto sobre la mesa nuevas demandas para tratar en futuras comisiones. Vilagrà ha citado, por ejemplo, que la Generalitat pueda volver a hacer las convocatorias de los secretarios e interventores municipales, competencia recentralizada por el Estado; los millones de euros pendientes de la disposición adicional tercera del Estado del periodo 2009-2013; la traducción al catalán del Boletín Oficial del Estado (BOE) e impulsar el catalán en el ámbito europeo. Según figura en el Estatut, la Comisión Bilateral se tiene que reunir dos veces el año. Desde que Aragonès asumió el cargo, por ahora, se está cumpliendo. Si se sigue en la misma línea, el próximo encuentro tendría que ser en el verano.

La mesa de diálogo, todavía sin fecha

En el Palau de la Generalitat ha habido durante todo el encuentro un gran elefante blanco en la sala que todo el mundo ha asegurado no haber visto: la mesa de diálogo sobre el conflicto político. El Govern la quiere reunir cuanto antes mejor, mientras que el gobierno español se resiste a hacerlo, pero oficialmente hoy no se ha hablado. Aun así, a la salida, la Generalitat ha seguido presionando con Vilagrà, que ha asegurado que ya le consta que el espacio de negociación se convocará "en las próximas semanas". Rodríguez ha confirmado que "habrá" cita, pero ha puesto sordina: "Sin plazos, sin prisas y sin pausa". Tampoco en esto hay un diagnóstico compartido. A pesar de todo, por ahora, el diálogo aguanta.

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