ANÁLISIS

Javier Lambán, el 'barón' anti-Sánchez

El presidente aragonés aspira a una última reelección al frente de una coalición multicolor y un discurso fuertemente anticatalán

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El presidente de Aragon, Javier Lambán (4e), En una imagen del 2022,  asiste al acto de colocación de la primera piedra de la plataforma logística LiteraTIM a Tamarite de Litera junto con responsables de la empresa SAMCA, Renfe, y responsables de los puertos de Tarragona y Barcelona, este miércoles

ZaragozaCuando oye el nombre de Javier Lambán, al presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, le cambia la cara. Todavía ahora en la sede del COE les cuesta creer que el presidente aragonés torpedinase la candidatura conjunta entre Catalunya y Aragón para los Juegos de Invierno del 2030. Ni la presión del gobierno español, ni siquiera la de los socialistas de Huesca, que son sus grandes enemigos internos, lo hicieron cambiar de opinión. No habría Juegos compartidos con Catalunya, y punto. Así es Lambán, el hombre que aspira el próximo mes de mayo a una última reelección después de superar un cáncer y convertirse en el barón más declaradamente enemigo de Pedro Sánchez.

En noviembre declaró sin tapujos que si el asturiano Javier Fernández, otro líder caracterizado por un fuerte nacionalismo español, hubiera aceptado sustituir a Alfredo Pérez Rubalcaba en 2014, "a España le habría ido mejor". Como Fernández no quiso, hubo unas primarias que ganó Pedro Sánchez. Y es que Lambán a Sánchez le tiene un odio particular, sobre todo desde el momento en el que decidió pactar con Bildu y el independentismo catalán. Lambán se ha mostrado contrario a los indultos y a cualquier concesión a los independentistas, y es beligerante con todo lo que huela a catalán.

Lo más curioso es que Lambán no es un barón de esos que gobierna con mayoría absoluta, al contrario, encabeza un gobierno cuadripartido en el que están Podemos, la Chunta Aragonesista (donde hay independentistas aragoneses, por cierto) y también el PAR, el Partido Aragonés Regionalista, un partido de centroderecha que se ha acercado al PSOE porque un pacto con el PP incluiría también a Vox, que está en contra de las autonomías. ¿Y qué dicen las encuestas? Pues que al contrario de 2019, cuando el PSOE fue la primera fuerza, ahora lo será el PP, puesto que absorberán todos los votos de Cs. Aún así, es difícil que PP y Vox sumen, de forma que Lambán podría repetir.

La irrupción de Aragón Existe

El problema es que la coalición de gobierno podría tener un miembro más y pasar de cuadripartido a pentapartido. ¿Por qué? Pues porque también concurre el 28-M la plataforma Aragón Existe, con posibilidades de sacar entre 4 y 5 diputados, y, a pesar de ser una formación conservadora, también es incompatible con Vox. La esperanza de la izquierda es que esta formación quite votos principalmente a la derecha, pero a estas alturas resulta difícil de predecir a quién perjudicará más la candidatura, puesto que hay electores de izquierdas que ahora apuestan por las organizaciones que luchan para defender lo que se llama la España vaciada.

El PP presenta a un candidato potente, el actual alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, que además está captando a miembros del PAR descontentos con la actual dirección de Arturo Aliaga, reunidos en la plataforma Aragoneses, y explorando alianzas municipales con una escisión de críticos del partido, que han creado otra marca: Tú Aragón. El PP piensa que el electorado del PAR se siente más a gusto pactando con el PP que con partidos como la Chunta o Podemos.

Todo ello aumenta la complejidad de un panorama ya de por sí muy fragmentado y en el que las elecciones se pueden decidir por un puñado de votos, sobre todo en la demarcación de Teruel, donde se prevé un resultado muy ajustado. En la Moncloa esperan que Lambán haga un último servicio al partido y salve el match ball, pero si pierde ya tienen listo el recambio: la actual ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría.

La batalla de Aragón tiene una especial relevancia porque se considera que es un territorio que funciona como termómetro del global español. No en vano, cuando un grupo de politólogos decidió escribir un ensayo sobre el comportamiento electoral de los españoles, entre ellos Lluís Orriols y Víctor Lapuente, decidieron titularlo Aragón es nuestro Ohio (El Hombre del Tres, 2015), en referencia al estado norteamericano que suele predecir quién será el próximo presidente de los Estados Unidos. El PP intentará por todos los medios que Aragón caiga del lado de la derecha para facilitar el acceso de Alberto Núñez Feijóo a la Moncloa (a pesar de que el pacto con Vox puede ser un regalo envenenado), mientras que Lambán no se lo pondrá nada fácil.

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