El joven que se coló en el Liceu: "Queríamos que la gente que se siente traicionada se identificara con la protesta"

El militante de Arran afirma que el objetivo de la acción también era poner de relieve el conflicto con el Estado en un momento de distensión

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Un miembro de arran abroncando  a Pedro Sánchez al Liceo

BarcelonaRicard Gràcia ha pasado de ser un joven desconocido a hacerse viral. Él es quien interrumpió a Pedro Sánchez en el Liceu este lunes cuando anunció los indultos a los presos políticos. El vídeo de su acción se ha convertido en el más visto de la historia de Arran, donde milita, con más de 111.000 visualizaciones. "Algunos amigos me han reconocido, a pesar de la mascarilla ", confiesa riendo, consciente de la repercusión que tuvo la protesta. Con menos margen del que habrían querido, cuando supieron que el presidente español vendría a Barcelona planificaron la acción y él se ofreció para llevarla a cabo sin pensárselo dos veces. "Últimamente cuando vienen Sánchez o el rey a Catalunya, como no son bien recibidos, avisan con poco tiempo y tienes menos margen para preparar movilizaciones, pero no era una acción espontánea, estaba pensada porque tenía unos objetivos muy claros", dice este joven de 20 años de Barcelona, que no revela cómo pudo acceder. "Eso no lo puedo explicar", dice.

El primer objetivo era no normalizar su presencia. "Cuando venga un representante del Estado importante no puede hacerlo con normalidad; todavía no tenemos la fuerza para parar estos tipos de actos, pero sí para contrarrestarlos", deja claro. El segundo, poner de relieve que el conflicto es latente y que los indultos no pueden suponer un freno al Procés. "Hay que contrarrestar el relato oficial de la concordia del gobierno español, que solo busca pacificar el conflicto, pero también de los líderes supuestamente independentistas que están comprando este discurso aceptando los indultos. Queríamos que la gente que se siente traicionada se identificara con esta voz crítica", subraya. 

Cree que las proclamas que lanzó, como por ejemplo "¡No pactéis los indultos, es lo que necesita el Estado!", cobraron todo el sentido solo unas horas más tarde, cuando el Consejo de Europa aprobó un informe que reclama la liberación de los presos políticos. "Han hecho este espectáculo porque sabían que el informe del Consejo de Europa, a pesar de no ser vinculante, los instaría a dejar en libertad a los presos, y no querían que se les comparara con Turquía mientras se reivindican como un estado democrático", opina. 

Como el conjunto de la izquierda independentista, no ve con buenos ojos los indultos. "La estrategia del PSOE es utilizarlos como moneda de cambio; no deja de ser una medida de docilidad para tener domesticado al pueblo catalán a través de sus líderes porque ya se ha dejado por escrito que son reversibles si reinciden en los delitos", critica Gràcia. En este sentido, como todos los partidos y entidades soberanistas, aboga por la amnistía, pero con reproches duros hacia los nueve presos. "Los indultos son una solución individual para las cabezas más visibles, que no quieren llevar hasta las ultimas consecuencias el conflicto de liberación nacional, mientras se está fortaleciendo la represión contra los jóvenes independentistas que sí que están dispuestos a llegar hasta el final", apunta en referencia a Adrià Sas o Marcel Vivet, los primeros condenados a penas de prisión.  

"No me encontré un ambiente hostil"

Pese al público presente en el Liceu -con preponderancia de dirigentes del PSC y representantes de la patronal-, el militante de Arran asegura que no se encontró un ambiente hostil: "Cuando empecé a gritar las primeras consignas, oí algunos aplausos, aunque estaba centrado en otras cosas y no estaba muy al tanto de lo que me decía el público". Fue después, cuando vio el vídeo, que sí que oyó algunos comentarios que le reprochaban su actitud. "Uno me acusó de no argumentar, pero lo que no podía hacer era una disertación porque tampoco era el espacio para hacerlo", expone. Admite que estaba "una poco nervioso al principio", pero que tenía muy claro lo que tenía que decir, porque es "el planteamiento político de Arran", y que no le tembló el pulso.

Después de que los agentes de seguridad les hicieran marchar tanto a él como al otro militante de Arran, que grabó la acción, los Mossos los identificaron. "Nos dijeron que denunciarían los hechos por un tema de seguridad ciudadana, es decir, que nos aplicarán la ley mordaza -explica Gràcia-. No hicimos nada ilegal, pero nunca se sabe qué puede pasar con este estado", añade. Quizás por eso sus padres tienen un sentimiento contrapuesto. "Sienten miedo y a la vez orgullo. Miedo porque ven que el Estado actúa de manera represiva, y orgullo porque ellos también son independentistas y consideraban necesaria la acción, porque entienden que hay que profundizar en el conflicto", concluye.

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