Juan Carlos I y Corinna, una crónica de acoso, seguimiento y difamación

La demanda civil de Corinna en la justicia inglesa contra Juan Carlos I muestra una persecución desesperada por parte del rey emérito

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Joan Carles I y Corinna, en una imagen de archivo

MadridLa demanda civil de Corinna zu Sayn-Wittgenstein contra Juan Carlos I que el juez del Alto Tribunal inglés, Richard Davison, tramitó a comienzos de la semana pasada, describe en 32 folios varias prácticas de presunto acoso, seguimiento ilegal y difamación, según el documento al cual ha tenido acceso el ARA. La ex amante de Juan Carlos I solicita una orden de alejamiento para él y una indemnización por daños y perjuicios sin cuantificar.

El entonces rey de España dio el junio de 2012 a Corinna 100 millones de dólares -que había recibido como "regalo" en 2008 del rey Abdullah de Arabia Saudí- mediante documentos firmados y le propuso matrimonio varias veces -la última en 2014-, pero la negativa de la ex amante a volver con él -la ruptura de la relación tuvo lugar en 2009- condujo, según la demanda, al hecho de que él le exigiera la devolución del dinero. Corinna no accedió.

La ex amante describe los seguimientos y acosos de los cuales fue objeto por parte de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español y de una agencia de seguridad monegasca, Algiz, enviados a Londres y Mónaco -donde ella también tiene residencia-. Unos agentes enviados por Félix Sanz Roldán, entonces director del servicio de inteligencia español por orden de Juan Carlos I, según enfatiza el escrito, a partir de 2012. Sus viviendas fueron controladas y habrían entrado en ella agentes de inteligencia, que le habrían robado documentación.

Otro de los capítulos es la campaña de descrédito entre amistades comunes y personalidades del mundo de los negocios que habría impulsado Juan Carlos I en una operación desesperada para recuperar el dinero, después de dar por perdida la relación sentimental. "Juan Carlos I llamaba diariamente a Corinna, en 2014. Si no contestaba al teléfono, él hablaba con amigos comunes para que la presionaran hasta conseguir que le devolviera la llamada", dice el escrito. Juan Carlos también mostró a Corinna proyectos de un palacio en Madrid que, según dijo, sería rehabilitado "para nosotros". En mayo de 2014 propuso matrimonio a Corinna, quien, como ya había hecho con anterioridad, rechazó la propuesta "teniendo en cuenta que Juan Carlos I estaba casado con la reina Sofia e intimaba con otra mujer".

Viajes frecuentes a Londres

En el relato se recoge que en junio de 2014, después de abdicar, Juan Carlos I "empezó a viajar más frecuentemente a Londres y difundió falsamente entre amigos y gente de la sociedad relacionada con los dos que él y Corinna volvían a estar juntos y que pronto vivirían en Londres". A finales de agosto y principios de septiembre de 2014, Corinna dejó claro a Juan Carlos I que no quería retomar su relación íntima. Ella fue "amable pero firme". La reacción de Juan Carlos I fue de "desesperación y confusión". "Y empezó a presionar, por primera vez, para que le devolviera los 100 millones de dólares y otros regalos que él le había hecho libremente y de manera irrevocable", se relata.

En la demanda también se explica que el "16 de septiembre de 2014" Corinna, Dante Canonica -el abogado de Juan Carlos I- y el rey emérito se reunieron en el Hotel The Connaught de Londres. Juan Carlos I repitió la exigencia de que el regalo de los 100 millones de dólares tenía que ser devuelto y puesto a su disposición para su uso. Canonica se mostró visiblemente sorprendido por estas exigencias. Dijo que Juan Carlos I nunca le había dicho que la donación fuera nada diferente a una donación irrevocable y que había preparado la documentación sobre esta base -Canonica ordenó enviar el dinero en su calidad de administrador de la Fundación Lucum- y que no hubiera autorizado la transferencia bajo otros conceptos. El abogado le señaló que la donación era legalmente irrevocable y que los fondos no podían ser utilizados en beneficio de Juan Carlos I, que se mostró "extremadamente molesto con el asesoramiento de Canonica". Más tarde, el mismo día, Juan Carlos I llamó por teléfono a Corinna y le dijo que las consecuencias para ella "no serían buenas si no hacía lo que le exigía".

"El 2 de noviembre de 2014", prosigue el relato, Juan Carlos I comió con Allen Sanginés-Krause y Pepe Fanjul. Juan Carlos I conoció a Sanginés-Krause -magnate mexicano residente en Londres- a través de Corinna. El mexicano era cliente de Corinna desde marzo de 2010, cuando una compañía de la cual era accionista contrató sus servicios de consultoría. Sanginés-Krause anunció que acababa el contrato con Corinna "el 21 de noviembre de 2014 y se convirtió en asesor financiero de Juan Carlos I".

Presión a los círculos del alta sociedad

La presión en círculos de la alta sociedad continuó. "El 4 de noviembre de 2014", Corinna y Juan Carlos I se reunieron, por insistencia de este último, en el apartamento de Corinna en Londres. Ella tenía miedo de Juan Carlos I y no quería estar sola con él. En consecuencia, le pidió a Pepe Fanjul -magnate nacido en Cuba, propietario del imperio azucarero Fanjul Corporation- amigo de los dos, que estuviera presente. Durante la reunión, Juan Carlos I se enfadó por la negativa de Corinna a retomar relación con él y negarse a asistir a una cena que tendría lugar aquella noche. Juan Carlos I dijo que le debía de dinero y que tenía que pagar un depósito de seguridad para los cargos de servicio de 200.000 libras de un apartamento por valor de 50 millones de libras que había puesto a disposición de Juan Carlos I el sultán de Oman para que lo usara durante sus visitas a Londres. Cuando Corinna dejó claro que no tenía intención de vivir con él ni de pagar el depósito, Juan Carlos I dijo que era una "inútil", que "tomaría sus propias medidas" y que "ya vería qué pasaría".

Según la demanda, el rey emérito hizo una aproximación a gente que trabajaba para Corinna. En 2014, Juan Carlos I obsequió al conductor de Corinna con un costoso Rolex Daytona "con las iniciales de Juan Carlos I a la parte posterior". Posteriormente, en noviembre de 2014, el jefe de seguridad de Juan Carlos I, Vicente García Mochales -teniente coronel de la Guardia Civil y jefe de escoltas del rey-, le preguntó al conductor de Corinna si podía conducir para Juan Carlos I (en el mismo automóvil que utilizaba Corinna) cada vez que estuviera en Londres. No informó a Corinna sobre esta iniciativa. Cuando el conductor rechazó la propuesta, Mochales se preocupó y le pidió que no le dijera nada a Corinna, pero "el conductor se negó". "En febrero de 2017", Juan Carlos I también mandó un mensaje directamente a la asistenta personal de Corinna -Noelia Muñoz- y la informó en español: "Estoy aquí para lo que sea necesario. Espero noticias". En marzo de 2018, Juan Carlos I envió a Muñoz un saludo de Pascua. "Se ha de inferir que deseaba convertir tanto al conductor como a la asistenta personal de Corinna en fuentes de información sobre sus movimientos, actividades y asuntos en general, dice el texto.

El relato señala que "el 6 de noviembre de 2014", Juan Carlos I invitó a tomar a una copa a dos socios de negocios de Corinna que ella previamente le había presentado: Mohammed El Husseiny y George Shehadeh. "A principios de 2015, los dos dejaron de comunicarse con Corinna y el señor El Husseiny dejó de trabajar con ella", afirma el relato.

En las Bahamas

Otro episodio que se describe tuvo lugar en las Bahamas. "En abril de 2015", Juan Carlos I estaba en las Bahamas como invitado en el yate de Pepe Fanjul y su mujer. Juan Carlos I en varias ocasiones, en comidas y cenas, dijo ante numerosos comensales que Corinna "le había robado dinero y era desleal e indigna de confianza". La amplitud de la campaña queda patente con otro episodio. "En abril de 2015", Juan Carlos I viajó a un pequeño pueblo de Austria para visitar a la familia del segundo marido de Corinna, a quien no había visitado durante muchos años. Juan Carlos I le dijo a la abuela del príncipe Casimir, Manni Sayn-Wittgenstein, y otros miembros de la familia, que Corinna le había robado dinero. El príncipe Casimir -con quien Corinna tiene una hija, Nastassia- repitió después ante numerosas personas que Corinna había robado a Juan Carlos I.

También los que transfirieron los fondos a Juan Carlos I en 2008 fueron informados por él sobre el presunto robo de Corinna. "A finales de enero del 2015", Corinna supo que Juan Carlos I había viajado a Riad para decirle al rey del Arabia Saudí y al príncipe heredero Mohammed Bin Salman -los dos eran amigos estrechos suyos- que Corinna le había robado el dinero que le había dado a él el difunto rey Abdullah del Arabia Saudí en referencia a los activos en las cuentas de la Fundación Lucum -100 millones de dólares- que Juan Carlos I dio legalmente y de manera irrevocable a Corinna.

El procedimiento judicial del Reino Unido, según fuentes jurídicas, se podría extender hasta 18 meses. Juan Carlos I tendrá que contratar un equipo de abogados para responder a la demanda. Si sus abogados invocaran su inmunidad como cabeza de estado y jefe de estado, señalan estas fuentes, difícilmente podrá eludir la acción de la justicia inglesa dado el precedente del caso del ex dictador y ex jefe de estado de Chile, Augusto Pinochet, que fue enjuiciado para ser extraditado a España después de que el comité judicial de la Cámara de los Lords fallara en contra de su inmunidad el 24 de marzo del 1999.

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