Así denuncia Junqueras que la dirección de ERC le hizo la cama

Rovira advierte que responderá "por respeto al país ya la buena gente de ERC" cuando haya pasado el congreso del partido

Barcelona"No me hago responsable de ninguno de los episodios lamentables de ERC". Por si alguien todavía no había procesado las palabras del sábado en Olesa de Montserrat, Oriol Junqueras ha vuelto a desmarcarse completamente de la estructura B de Esquerra, que dice haber "avergonzado" a la militancia del partido. En una entrevista en RAC1 después de meses sin dar ninguna –la primera desde el escándalo de los carteles denigrantes contra los hermanos Maragall destapado por el ARA–, se ha desmarcado completamente tanto de las campañas comunicativas opacas como de los grupos de decisión paralelos que, dice, le dejaron al margen de debates relevantes en el partido. "No sabía nada de nada", ha insistido. Sin nombrarla directamente, la todavía secretaria general de ERC, Marta Rovira, es una de las señaladas. Ella se sintió aludida y reaccionó con un mensaje a X advirtiendo de que acabará dando su versión "por respeto al país ya la buena gente de ERC". Eso sí, no lo hará antes del 30 de noviembre, la fecha del congreso en el que los republicanos deben elegir nuevo presidente. En el mismo sentido, la candidata a vicepresidenta de los rivales de Junqueras, Teresa Jordà, ha asegurado a Catalunya Ràdio que se siente "trista y decepcionada" por el tono y la propuesta general del expresidente del partido, así como por la "purga" que cree que está planteando.

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Por mucho que durante meses la hayan querido mantener enterrada, la guerra interna en ERC gana virulencia a medida que se acerca el congreso. Junqueras ha subrayado que parte de la dirección actual –en referencia al sector rovirista, que incluye también a Sergi Sabrià, Josep Maria Jové y Marta Vilalta, entre otros– le escondía información o bien porque no le tenían confianza o bien porque sabían que estas decisiones no tendrían su aval. "Explicado por los medios, esto [la estructura B] empezó en enero del 2018, yo estaba en la cárcel de Estremera, donde las cartas de noviembre me las dieron en mayo, y donde podíamos realizar cinco llamadas a la semana de cinco minutos", ha comentado por poner el ejemplo de las dificultades que tenía cuando estaba privado de libertad. También ha argumentado que no ha formado parte "de ninguno de estos grupos": "Me siento muy orgulloso de no haberlo sabido, quizá debería pedir perdón por no haberlo sabido, pero no tuve ocasión", ha matizado.

Fuentes de la actual dirección niegan de lleno las acusaciones de Junqueras, y recuerdan que precisamente su encarcelamiento provocó que el resto de dirigentes tuvieran que dar un paso adelante, reuniéndose y creando entre ellos grupos de confianza, que han perdurado en el tiempo. Ambas versiones son tan contradictorias que mientras que Junqueras sospecha que en estos grupos se confabulaba contra él, la otra parte asegura que se trabajaba para liberarle. De hecho, la responsable de lucha antirrepresiva de los republicanos, Marta Vilaret, ha salido al paso de las declaraciones de Junqueras que, a su juicio, han "sembrado la semilla de la duda" sobre "el esfuerzo" de la organización por defenderla y ayudarle a ejercer la presidencia. En una carta, puntualiza que se hizo "todo para que Oriol Junqueras pudiera seguir liderando el partido desde la cárcel", creando un equipo técnico, y argumenta que, incluso, en un primer momento Rovira se dio de alta de ejerciente para entrar a verlo como abogada. Asimismo, explica que se destinaron recursos "ingentes" para las defensas y que los represaliados dispusieron de abogado "desde el primer día", mientras que Junqueras había comentado las dificultades para acceder a un letrado al inicio. Han dado fe Dolors Bassa, Marta Vilalta, Josep Maria Jové y Meritxell Serret.

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En cuanto a la B, que también destapó el ARA cuando hizo público el ataque de falsa bandera de los carteles contra los Maragall, Junqueras ha destacado que se fugó de los órganos de dirección del partido, algo que es calificado de "grave". "Hay cosas que no deberían haber pasado", ha dicho el ahora militante de base y candidato de nuevo a la presidencia del partido.

Pese a la contundencia de Junqueras por la "vergüenza" que han hecho pasar estas estructuras y sus responsables, ha evitado la crítica directa a Rovira: "Quiero que quede claro que ella comparte conmigo que hay cosas que no deberían de haber pasado y que hay cosas que no deben pasar en el futuro", ha dicho, y después le ha deseado "lo mejor". Sí ha señalado directamente a Sergi Sabrià por la rueda de prensa que hizo justificando la contracampaña, con la contratación de mariachis incluida. De lo que Junqueras sí se siente "corresponsable" es de los malos resultados electorales y de las malas acciones de los republicanos en general. "Tengo toda la responsabilidad de casi todo con una excepción, de lo que hubo en el que se conjuraron para que no lo supiera", recalcó después en Catalunya Ràdio.

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Del silencio a la "renovación"

Junqueras ha estado meses en silencio en los medios de comunicación, pero ahora regresa a dos meses para el congreso de los republicanos y quiere volver a liderar el partido para "servir al país". ¿Por qué ha callado durante tanto tiempo? "No quería convertirlo en un espectáculo público, y durante muchos meses no he dicho nada en ninguna parte porque he pensado que lo responsable era ser prudente", se ha justificado. Acto seguido defendió que "los valores del partido fueron traicionados". Por eso apuesta por la "renovación" en Esquerra, aunque él ha presidido la formación 13 años: "Un proyecto va mucho más allá de una persona concreta, un proyecto que debe permitirnos superar algunos episodios que son muy poco afortunados" ", volvió a insistir sobre el escándalo de la B.

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El enfrentamiento interno volvió a salir a la luz cuando se quejó de que el congreso del partido no se haya adelantado, porque considera que deberían contarse tres meses desde su dimisión como presidente de los republicanos. Donde no ha mostrado demasiadas diferencias respecto a la candidatura rival de Xavier Godàs es en la relación con los socialistas. No se ha mojado especialmente en este ámbito ni tampoco en el enderezamiento estratégico. Sí ha hablado de su posición ambivalente sobre el pacto para la investidura de Salvador Illa y ha dicho que si gana será vigilante para que el acuerdo se cumpla punto por punto. "Yo no quería avalar algo de lo que no había participado", aseguró. Tampoco quiso defender de forma contundente el pacto para la financiación singular, si bien valoró que recaudar todos los impuestos es importante: "¿Hay elementos de incertidumbre: la cuota de solidaridad cuán grande será?", se preguntó.