Junqueras reivindica a ERC ante los que tienen "casos de corrupción para parar un tren"

Disparar a discreción contra el PSC y contra JxCat sin mencionar su nombre. Esto es lo que ha hecho el presidente de ERC, Oriol Junqueras, desde que este viernes entró en campaña. Este sábado ha vuelto en un acto con alcaldes de los republicanos que gobiernan en ayuntamientos donde hasta las últimas elecciones municipales solo habían gobernado el PSC y CiU –o algunas de sus marcas derivadas–. Junqueras quiere que estos consistorios republicanos sean la antesala de lo que pase en la Generalitat el 14-F: después de 40 años con presidentes socialistas o convergentes –o de su órbita–, llegue el turno de un republicano. Así, ha reivindicado que ERC gobierna con honradez ante otros partidos que "tienen casos de corrupción para parar un tren". "Y nosotros no robamos, no somos corruptos", ha argumentado. Para él, ERC es el único que puede "tumbar gobiernos que hace 40 años que duran y hacen las cosas cada vez peor". En definitiva, gobiernos socialistas o de JxCat.

Junqueras ha vuelto a usar la misma fórmula para hablar del PSC y JxCat que ya usó en su debut en Badalona: "Los de siempre". "Los de siempre se ponen muy nerviosos porque les decimos que son los de siempre pero en cambio son los de siempre", ha explicado. También el candidato de los republicanos a los comicios, Pere Aragonès, ha cargado contra estos dos partidos recordando el pacto que firmaron para gobernar juntos la Diputación de Barcelona. Además, ha rememorado como los comunes aceptaron los votos de Manuel Valls en el Ayuntamiento de Barcelona. Los dos pactos evitaron que el liderazgo de las dos instituciones fueran para ERC y, ante estos dos precedentes, Aragonès ha pedido concentrar los votos en Esquerra para intentar que tenga la máxima "fuerza" y no se vivan episodios similares. También ha prometido en los ayuntamientos que, si es el próximo presidente de la Generalitat, tendrán poder de decisión en la gestión de los fondos europeos contra la pandemia.

Poder municipal

Cuando Oriol Junqueras aterrizó en ERC el 1 de octubre del 2011, los republicanos tenian un regidor entre las cuatro capitales de provincia. El de Barcelona, Jordi Portabella. Hacerse fuertes en los ayuntamientos se convirtió en un obsesión para el partido. Hoy gobiernan en Lleida y en Tarragona y solo el guion imprevisto de Valls votando a favor de Colau impidió que también lo hagan en Barcelona. Este sábado, en el segundo acto de campaña de Junqueras desde que ayer salió de la prisión, ERC ha intentado hacer precisamente esto: exhibir su crecimiento municipal. La idea que ha querido escenificar es que, si ha podido ganar ayuntamientos históricamente dominados por el PSC o CiU, también lo tendría que poder hacer con la Generalitat. Esto es precisamente lo que quiere conseguir en el 14-F.

"Nos decían que era imposible que ganáramos en Lleida, Sant Cugat, Figueres, Manresa o Sant Vicenç dels Horts y ganamos", ha dicho Junqueras sacando pecho. Y, a su lado, algunos de estos protagonistas como por ejemplo el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, que ha recordado su victoria de no hace ni dos años: "Hasta entonces parecía imposible y lo hicimos". También ha intervenido la alcaldesa de Sant Cugat, Mireia Ingla, que ha reivindicado que un regidor republicano es el que también piensa en la gestión del día a día y no solo con el Procés: "Con ser una ciudad independentista no hay suficiente". Junqueras se volcará en los próximos días en los mítines de los republicanos, puesto que sobre él –y sobre el resto de presos políticos– pesa la incertidumbre de si tendrán que reingresar pronto en la prisión.