La protesta contra los indultos no llena Colón
Ayuso insinúa que Felipe VI podría no firmarlos: “¿Qué hará el rey a partir de ahora? ¿Firmará los indultos?”
MadridNo fue la multitudinaria manifestación que la triple derecha se había imaginado ni se repitió la foto de los líderes del PP, Vox y Ciudadanos juntos. Esta vez prefirieron evitarse y marcar perfil propio, pero los tres -Pablo Casado, Santiago Abascal e Inés Arrimadas- participaron ayer en la concentración contra el plan del gobierno de Pedro Sánchez de indultar a los presos políticos catalanes. Formalmente el acto lo había convocado la plataforma civil Unión 78, pero las tres formaciones de la derecha la habían apoyado públicamente. Además, detrás la plataforma hay personalidades muy vinculadas a la política, como Rosa Díez, Fernando Savater y María San Gil.
No faltaron las banderas de España, de Vox y también franquistas, ni los cánticos y gritos de “Viva España” y contra el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y los indultos. También había una gran pancarta que decía “No es indulto, es chantaje, el separatismo oprime a los catalanes”, pero no se consiguió llenar toda la plaza y sus alrededores. La protesta apenas reunió a unas 25.000 personas, según la Delegación del gobierno español, casi la mitad que en la manifestación de 2019, cuando la triple derecha se manifestaba contra la mesa de diálogo que intentó impulsar Pedro Sánchez. Entonces la convocatoria ya pinchó respecto a las previsiones.
La Policía Municipal de Madrid elevó la cifra de participación del acto de ayer a 126.000 personas, y los organizadores a 200.000. Sea cual sea la cifra, esta vez la derecha y la ultraderecha no consiguieron movilizar a tanta gente como en 2019 en contra de los indultos de los presos políticos. La concentración también quedó deslucida por los problemas técnicos con el sonido, que obligaron a retrasar 45 minutos el inicio del acto.
Rosa Díez, protagonista
Los discursos estuvieron protagonizados por la exdiputada de UPyD Rosa Díez, el escritor Andrés Trapiello y el presidente del colectivo catalán S'ha Acabat, Yeray Mellado. Díez, muy aplaudida por el público, afirmó que “no callarán” ante la “traición” de Pedro Sánchez de “asociarse con delincuentes”. “¿Dónde se ha visto que el gobierno beneficie a los enemigos declarados de la nación”?, dijo antes de anunciar más protestas.
Durante las declaraciones a la prensa ante la sede de Génova, muy cerca de la manifestación, el líder del PP, Pablo Casado, recibió silbatos y gritos de “Pablo Casado, nos has abandonado”. El presidente popular, más desdibujado que el líder de la extrema derecha, se dirigió a Sánchez para pedirle que “no venda la soberanía nacional, la unidad nacional y la igualdad de los españoles por un puñado de votos y para continuar en la Moncloa unos cuantos meses más”. Mientras el PP se manifestaba en Madrid, en la Plaça d'Espanya, en Barcelona, los populares recogían firmas contra los indultos. “No se puede premiar a quien amenaza con volver a delinquir”, defendía el partido.
El líder de Vox, Santiago Abascal, más cómodo que Casado en un acto con mucha simbología del partido ultraderechista, pidió “unidad” a los ciudadanos por encima de las siglas políticas: “Sánchez es capaz de hacer mucho daño, es importante que todos los españoles, por encima de siglas políticas, estemos juntos en esta plaza de Colón, donde volvemos una vez más sin miedo y sin vergüenza de ningún tipo de foto”.
La líder de Cs, Inés Arrimadas, también sufrió los abucheos de algunos asistentes: “¡Traidora! ¡Fuera! ¡Te quedan dos telediarios!” Arrimadas, igual que Casado, acusó a Sánchez de indultar a los presos políticos para mantenerse en la Moncloa, y recordó que se presentó a las elecciones asegurando que no indultaría a “los golpistas”.
Desde el PSOE, el secretario general del grupo parlamentario, Rafael Simancas, aseguró que el acto de Colón “promueve la discordia, la división y la confrontación”, mientras que lo que conviene es “concordia y unidad”. La manifestación no cambiará los planes del gobierno español, que incluso podría avanzar la fecha de los indultos. Estaba previsto que el consejo de ministros los aprobara en julio, pero la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, aseguró ayer en una entrevista a La Vanguardia que se concederían “pronto”.
Ayuso y los indultos
Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, volvió a situarse en el centro de la polémica con unas declaraciones hechas momentos antes del inicio de la concentración de Colón sobre el papel de Felipe VI en los indultos. Ayuso, en un intento de acusar al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, de convertir al rey en “cómplice” de los indultos, acabó interpelando directamente a Felipe VI, cuestionando que los tenga que firmar y dando por hecho que podría oponerse. “¿Qué hará el rey de España a partir de ahora? ¿Firmará los indultos? ¿Lo harán cómplice de esto?”, se preguntó Ayuso.
Lo que parece una nueva salida del guion de la presidenta madrileña en realidad es la posición que mantiene el PP. Fuentes de la dirección del partido ya apuntaron hace días que Sánchez “tendría que ser responsable” y no poner al rey en la dificultad de tener que firmar los indultos cuando se aprueben en el consejo de ministros. La Constitución, sin embargo, no otorga al rey la capacidad de decidir qué leyes y decisiones del consejo de ministros firma y cuáles no. Según la carta magna, la responsabilidad del jefe de estado es sancionar y promulgar las leyes. También los indultos. En una monarquía constitucional, la responsabilidad de firmar leyes e indultos es una atribución formal, simbólica.
Las palabras de la presidenta madrileña fueron criticadas sobre todo desde Ciudadanos. Algunos dirigentes calificaron de “barbaridad” y de “populismo” las expresiones de Isabel Díaz Ayuso sobre el rey.
“Es una traición a España, los indultos son para los toros”
Son las doce del mediodía, el termómetro supera los 30 grados y el sol amenaza con provocar lipotimias, pero los manifestantes aguantan estoicamente esperando que empiecen los discursos. Todo sea por la unidad de España. “Quiero que el señor Pedro se vaya de una vez. No defiende a España. Es un gobierno que defiende al separatismo, a los terroristas. En España lo queremos esto”, dice Evangelina, una señora que ha ido a Colón -a pesar del calor- con una bufanda de invierno de Vox.
El acto no empieza porque el generador se ha estropeado y la megafonía no funciona. Los políticos van llegando. La exdiputada Cayetana Álvarez de Toledo asiste acompañada del escritor Mario Vargas Llosa. Algunos de los manifestantes quieren hacerse fotos con ellos dos y durante un buen rato no pueden avanzar. Todo el mundo parece haber olvidado que hay una pandemia y todavía se tiene que guardar la distancia de seguridad. “Hay que protestar por unos indultos concedidos generosamente y sin ninguna justificación”, afirma el Nobel de literatura.
Fuera de la plaza Colón centenares de personas buscan refugio en la sombra. Una familia con dos niños pequeños vestidos de domingo espera que empiecen los discursos. El pequeño, de 4 o 5 años, con cara de no entender nada, pregunta a la madre qué hacen ahí. “Estamos aquí para criticar a Pedro Sánchez, que hace muchas cosas malas”, recibe por respuesta. El niño no sabe qué decir y se pone a jugar con el banderín con los colores de España que lleva.
Al lado, un hombre espera mientras debate sobre los indultos: “Es una traición a España. Los indultos son para los toros. Basta de tanta tontería con los hijos de puta de los catalanes”.