Marta Rovira llega a Catalunya después de seis años de exilio: "Estamos aquí para terminar lo que empezamos"

Cantallops (Alt Empordà)A las siete de la mañana, Marta Rovira, Ruben Wagensberg, Oleguer Serra, Jesús Rodríguez y Josep Campmajó se reunían en Salses, en la Catalunya Nord, después de horas de carretera para continuar conjuntamente el último tramo antes de cruzar la frontera. Ya habían hecho noche en la Catalunya Nord y, pocos minutos después de las ocho de la mañana, los cinco la atravesaban sin ser detenidos en la frontera española, y ponían los pies en el Principado por primera vez después de emprender el camino del exilio suizo. En el pequeño municipio de Cantallops (Alt Empordà), han recibido la cálida bienvenida de unas trescientas personas que se han reunido en este pequeño pueblo ampurdanés. "Estamos muy felices de poder volver a estar en casa", decía la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que se ha abrazado, entre lágrimas, con las amigas que constituyeron el grupo de apoyo de Free Rovira y, después, junto a Oriol Junqueras, con quien ahora mantiene una pugna abierta dentro de ERC. "Hemos ganado, lo de hoy es una victoria y tenemos que celebrarlo", ha añadido Rovira.

En Salses, el independentismo se ha tomado la primera fotografía de unidad con los cinco exiliados. Los ha recibido, entre otros, Lluís Puig, exiliado en la Catalunya Nord que no ha podido cruzar todavía la frontera con ellos. El pequeño pueblecito de Cantallops ha acogido la peregrinación de decenas de independentistas que ya antes de las ocho de la mañana cogían sitio en la plaza que debía recibir a los cinco exiliados. Maria Balasch, del Free Rovira, admitía al ARA que los nervios habían durado toda la semana. "Es la semana que más feliz he visto a Marta", decía antes de abrazar a la secretaria general del partido. Entre la muchedumbre de personas que se iban reuniendo, estaba la madre de Ruben Wagensberg, que hablaba por primera vez con Oriol Junqueras.

A medida que se acercaban las nueve de la mañana, el hormigueo de personas iba a más. Aparte de varios representantes de ERC, como la secretaria general adjunta, Marta Vilalta, o el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, también han querido recibir a los cinco exiliados representantes de Junts como Jordi Turull, que también les ha esperado en Salses , Josep Rius y Salvador Vergés, y de la CUP, como Eulàlia Reguant, Carles Riera y Dani Cornellà. De los comunes estaba el portavoz en el Parlament, David Cid. De Òmnium, aparte del presidente, Xavier Antich, también estaba David Fernàndez como miembro de la junta; por parte del ANC, su presidente, Lluís Llach. El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, no ha estado en Cantallops por motivos de agenda, pero sí le ha acompañado por la tarde en su llegada a la sede de Esquerra.

Rovira, Wagensberg, Serra, Rodríguez y Campmajó han llegado junto al resto de investigados por el caso Tsunami: Marta Molina, Xavier Vendrell y Oriol Soler. Todos han subido al escenario improvisado de la plaza Jardins de la Rectoria Vella, donde han agradecido las muestras de apoyo de quienes se habían desplazado hasta Cantallops, pero también de quienes les habían ayudado en su etapa en el exilio. "Catalunya es tierra de exilio, pero también un país de acogida al que llega gente de todo el mundo", ha destacado Wagensberg. Rodríguez ha puesto de relieve los "lazos" que han tejido estos meses de exilio y ha pedido mantener la "unidad antirrepresiva". "Esta lucha seguirá", ha continuado Oleguer Serra. Campmajó también se ha sumado a este llamamiento y ha tenido un recuerdo para Carles Puigdemont.

Rovira, a su vez, cargó contra la judicialización del conflicto catalán y se preguntó: "¿Me ven cara de terrorista?", dijo en referencia a la causa de Tsunami. La dirigente republicana ha celebrado que España haya "perdido" con su regreso a Cataluña y ha avisado: "Hemos venido aquí para acabar el trabajo que hemos dejado a medias, recomenzar, reunir el movimiento independentista [...] Somos aquí para terminar lo que empezamos".

El acto ha terminado con el canto deLos segadores, con una rociada de cava y con chocolate deshecho para todos. A partir de ese momento, los cinco dirigentes y activistas han continuado su camino hacia casa. Rovira ha pasado por Vic (su ciudad natal) y por la tarde ha participado en la ejecutiva y el consejo nacional que ERC reúne para dirimir las responsabilidades por el caso de los carteles de los Maragall destapado por el ARA. En el acto de Cantallops, precisamente, también estaba Sergi Sabrià, quien dimitió la semana pasada como viceconsejero del Govern a raíz de este caso y que este viernes se ha abrazado con Rovira.

El acto de bienvenida de Òmnium

Por otra parte, los exiliados también han tenido un recibimiento en la capital del país, en un acto organizado por Òmnium ante su sede con el lema Protestaremos siempre que sea necesario, en el que han asistido unos pocos cientos de personas. Rovira se ha ausentado, pero han estado presentes los hasta ahora exiliados Serra, Wagensberg, Campmajó y Rodríguez, así como el resto de investigados, Vendrell, Molina y Soler. El acto, lleno de emoción, ha contado con una celebración contundente del presidente de Òmnium: "Qué cojones terrorismo, es un derecho fundamental y hoy esta batalla también se ha ganado", espetó Antich. Todas las intervenciones subrayaron la "victoria colectiva" y que hay que continuar la lucha independentista por "acabar el trabajo", aunque también recordaron que los CDR de la operación Judas y los exiliados Puigdemont, Comín y Puig todavía están en el punto de mira. Para poner el punto y final a la convocatoria, Antich ha lanzado un último aviso a España: "Seguimos", espetó, tras recordar que no han "claudicado" en nada.

Por la tarde también se ha organizado un acto de bienvenida en la capital catalana para Jesús Rodríguez en particular y, en Girona, para Campmajó.

Seis años de exilio de Rovira

El sobreseimiento de la causa de Tsunami Democrático de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo allanó el terreno de la vuelta del exilio que los cinco habían emprendido hacía unos meses y, en el caso de Marta Rovira, desde hacía seis años. La secretaria general se marchó a vivir a Ginebra el 23 de marzo del 2018 cuando le acusaron de un delito de rebelión en el marco de la causa del 1-O. Wagensberg siguió los pasos de Rovira en enero, cuando el juez Manuel García-Castellón reactivó la causa. En abril era Oleguer Serra quien anunciaba que llevaba ya seis meses viviendo en Ginebra, mientras que Rodríguez y Campmajó se desplazaron a la ciudad helvética en ese momento.

La investidura de Isla

La vuelta de Rovira coincide, además, con una etapa decisiva en las negociaciones entre ERC y el PSC para la investidura de Isla. Aunque la dirigente republicana ha asegurado que regresa del exilio para culminar la independencia de Catalunya, a corto plazo su partido debe decidir si invierte al candidato socialista. Ella es la principal negociadora de la parte republicana, que desde hace días explica que se está avanzando a buen ritmo con el PSC. Desde la cumbre de la OTAN en Washington, el presidente español, Pedro Sánchez, ha desvinculado el regreso de Rovira de las negociaciones y ha señalado que el regreso de los exiliados es fruto de la voluntad de su gobierno de mirar adelante y no atrás, en referencia a la ley de amnistía –aunque no se haya aplicado directamente en el caso de Tsunami–, los indultos y la reforma del Código Penal.

A posteriori, y ante el Consell Nacional de ERC, Rovira ha vuelto a defender el concierto económico para investir a Salvador Illa: "Puede ser un espacio de soberanía que haga que estemos más preparados para avanzar". La secretaria general de los republicanos ha insistido en que con el concierto económico puede allanar el terreno por un referendo. "Si tenemos más soberanía, llegaremos antes a la República", aseguró. Rovira ha afirmado que ERC no ha renunciado al referendo, pero que es necesario volver a "liderar espacios a favor del referendo".