Miquel Esquius: un experto en religión que resucita como jefe de los Mossos
El nuevo comisario jefe vuelve al frente del cuerpo policial que dirigió después de 155
BarcelonaDesde octubre de 2017, ha habido siete relevos al frente de los Mossos d'Esquadra. La vuelta de Miquel Esquius (Súria, 1963) al cargo de comisario jefe del cuerpo, dice Interior, debe dejar paso a una etapa de estabilidad en la dirección de la policía catalana. Diplomado en ciencias religiosas, de ahí le viene el apodo de cura, que gente que le ha conocido asegura que es en sentido positivo: "Tiene un talante reflexivo, humanista". Su carácter tranquilo es lo que todo el mundo le valora, y también que es muy difícil verle enojado. Sin embargo, no se pasa el día encerrado en un despacho, aunque lleva años asumiendo cargos de gestión.
Entró en los Mossos en la segunda promoción de agentes del cuerpo y fue jefe de la división de tráfico y de la Región Policial Central, y actualmente era el jefe de la Región Policial Metropolitana Sur, después de haber pasado por la del Pirineo Occidental al ser sustituido en el 2019 por quien ahora es su antecesor, Eduard Sallent, al frente del cuerpo. Para él no fue una bajada a los infiernos (y volvió el tercer día de entre los muertos), todo lo contrario, porque es un policía disciplinado: "Le dijeron asumir el cargo, y lo hizo. Y entiendo que ahora se lo han vuelto a pedir, y ha vuelto a decir que sí", dicen los que le conocen.
Su nombramiento supone volver al cargo que tuvo durante poco más de un año, sustituyendo a Ferran López, que dirigió el cuerpo durante el 155, del que fue número dos durante esta etapa. Sin embargo, ya pesar de haber sido repescado por un gobierno socialista, Interior destaca su transversalidad. A diferencia de otros cargos, según fuentes que han trabajado con él, es un mando sin demasiados enemigos en el cuerpo y que genera consenso: "No es como Sallent o Trapero, que sumaban muchas adhesiones, pero también muchas aversiones", explican.