Starmer y Sánchez sellan un pacto estratégico para reforzar la relación después del Brexit
Defensa, energía, movilidad juvenil y economía, ejes del memorando en la primera visita de un jefe de gobierno español a Londres en siete años
LondresSin abrazos efusivas como Emmanuel Macron o Volodímir Zelenski, el premier británico, Keir Starmer, ha recibido este miércoles por la tarde a Pedro Sánchez en Downing Street, en la primera visita de un presidente del gobierno español al famoso Número 10 en siete años, algo que a Starmer le ha parecido "increíble". En un viaje relámpago, de poco más de dos horas, muy restringido para los medios de comunicación, sin derecho a preguntas y con menos de cuatro minutos de declaraciones abiertas, ambos abordaron la significación del encuentro y la importancia de los vínculos entre ambos países, tanto a nivel humano como a nivel comercial. Unos vínculos que han quedado sellados en la firma de un acuerdo estratégico bilateral, "crucial" en palabras de Starmer, que quiere reforzar "la cooperación después del Brexit, y que es paralelo y complementario a la relación de Reino Unido con la Unión Europea", según el texto rubricado.
El documento establece un diálogo político anual entre los ministros de Exteriores y los mecanismos de colaboración en comercio, inversiones e innovación tecnológica, con especial atención a la seguridad de las cadenas de suministro, la transición energética y la investigación científica. También contempla foros empresariales regulares, el impulso a las pymes y la colaboración en materia laboral, digital y de igualdad de género. Más allá del ámbito económico, el pacto fija igualmente compromisos en defensa, política exterior y seguridad global, poniendo énfasis en la OTAN, la cooperación en África, América Latina y el Caribe, y el apoyo a Ucrania ante la agresión rusa. Además, se incide en iniciativas para favorecer la movilidad juvenil, los intercambios educativos y culturales, el aprendizaje de lenguas y un turismo más sostenible. Y se impulsa la colaboración en justicia, migración y lucha contra el crimen organizado, así como en transporte, salud pública y cambio climático.
En la práctica, el pacto oficializa una situación preexistente de facto. Y es que las relaciones comerciales y personales entre Reino Unido y España son muy relevantes. Londres, de hecho, es el quinto mercado de exportaciones españolas de bienes y el primer inversor en España en flujos netos en 2024. La inversión acumulada entre ambos países supera, de hecho, los 150.000 millones de euros. Inevitablemente, Starmer se ha referido a ello: [...] "miles de personas de mi país que visitan el tuyo, hacen turismo, pero también negocios, y esta relación interpersonal es fundamental, muy valiosa".
La firma del acuerdo ha sido posible porque, como ha destacado el presidente Sánchez, "el primer ministro Starmer logró concluir con éxito un acuerdo fundamental con España y la Comisión Europea sobre Gibraltar", el pasado junio, en relación con los controles fronterizos y otros aspectos sobre la situación del Peñón y el encaje con el territorio español del Campo de Gibraltar.
La denuncia de Sánchez sobre Ucrania y Gaza
Horas antes de aterrizar en Londres, Pedro Sánchez había irrumpido en la escena mediática británica en una entrevista en The Guardian con el objetivo de lanzar un mensaje claro en relación con la situación del pueblo palestino, y denunciando el doble estándar de Europa ante las guerras de Ucrania y Gaza, que amenaza con "dañar en serio" la credibilidad de la Unión y de Occidente en su conjunto. Durante la breve comparecencia ante las cámaras, ambos mandatarios se han referido a ello, casi de puntillas, aunque han calificado de "terrible" el día a día de la Franja desde hace casi dos años.
Pero el esfuerzo de comunicación de la Moncloa, que ha conseguido la portada de The Guardian, no puede esconder el poco eco informativo que para el resto del país ha tenido la llegada de Pedro Sánchez a Downing Street. De hecho, pocas horas antes, tanto los noticiarios como los periódicos estaban centrados en la figura de la viceprimera ministra Angela Rayner, y número 2 del gobierno Starmer, quien este mediodía admitió un "error" a la hora de satisfacer los impuestos por la compra de una vivienda, que había declarado como residencia principal y no como segunda.
Starmer le ha apoyado a los Comunes en la primera sesión de control después de las vacaciones de verano, pero el escándalo, que ha perseguido a Rayner durante los últimos siete días, pone al descubierto los numerosos problemas del premier para sacar adelante su agenda. No por casualidad, esta semana ha renovado, por tercera vez en catorce meses, a su equipo en Downing Street. Y es que, como ocurre en España, el frente interno para ambos jefes de gobierno es bastante complicado, quizás mucho más para Pedro Sánchez.