El papel del ICF con las fianzas tensa las relaciones entre ERC y JxCat
Los dos partidos se hacen responsables del cambio de criterio sobre el papel del Institut
BarcelonaEl papel del Institut Català de Finances (ICF) con las fianzas del Tribunal de Cuentas ha reavivado las tensiones entre los dos socios de Govern, ERC y JxCat. Es cierto que, en público, el presidente Pere Aragonès y el conseller Jaume Giró han disimulado la polémica, pero entre bambalinas los dos partidos han vuelto a enredarse con las acusaciones cruzadas habituales. El esquema del conflicto es el convencional: cada partido hace responsable al otro de la rectificación que ha habido en el Govern con el ICF. Es decir, JxCat acusa a ERC de ser el escollo por el que en un primer momento es descartó que el ICF se hiciera cargo de las fianzas del Tribunal de Cuentas y los republicanos replican que es el partido de Carles Puigdemont quien tenía dudas acerca de involucrar a la institución financiera en esta cuestión.
Fuentes de Junts aseguran que la semana pasada la cúpula de la ICF -designada en la etapa en la que Aragonès pilotaba Economía y todavía pendiente de renovación- mostró reticencias al conseller a la hora de implicarse en la operación de avales si no había una entidad bancaria también involucrada. Unas reticencias que Giró recogió y que evitó detallar en la comparecencia pública que hizo el martes. Aun así, el estado de ánimo cambia cuando el martes por la tarde varios medios publican, citando fuentes de ERC, que la responsabilidad de no utilizar el ICF era de JxCat. "Es de una deslealtad...", se quejaban este miércoles algunas voces de Junts en el Parlament. "Si ahora dicen que se puede hacer, lo hacemos", afirmaban fuentes de Junts, que lamentaban que se haya querido presentar la decisión como una marcha atrás de Giró. Desde el partido de Puigdemont también se reprocha a ERC que no se haya actuado antes desde Economía, que hasta hace poco pilotaba Aragonès, para ayudar a los encausados por diferentes causas del Procés.
Fuentes de Esquerra ofrecen la versión contraria. Aseguran que es la conselleria de Economía quien el martes "no ve claro" involucrar el ICF y que es aquella misma noche que desde la parte de Esquerra se insiste a Giró que recapacite y acepte que el instituto se encargue de las fianzas sin más objeciones. Los republicanos aseguran que sus miembros en la cúpula de la entidad financiera -dos relevantes, como Albert Castellanos, ex mano derecha de Aragonès, y Lluís Juncà, estrecho colaborador de Oriol Junqueras- no han cuestionado nunca la operación y la prueba es que se ha acabado haciendo así. Uno de los motivos para poner el ICF al frente de la operación es que le veían "muy pocas posibilidades" de que prosperara la vía de que las fianzas las asumieran las entidades soberanistas, los partidos y la Caixa de Solidaritat.
Una reunión para desencallar
Así pues, entre martes y miércoles se sucedieron las conversaciones dentro de cada espacio político y entre las dos partes. La situación se desencalló el miércoles por la mañana en una reunión previa antes de que la mayoría de los presentes desfilaran hacia el pleno del Parlament. El encuentro ha sido al más alto nivel con presencia de los consellers Giró y Puigneró por la parte de JxCat, y con la de Aragonès, Sergi Sabrià -jefe de la oficina del presidente- y el mismo Castellanos, entre otros nombres. Allí se ha cerrado que el ICF actúara, pero esto no ha conseguido calmar los nervios.