Xavier Torrens: "Si Silvia Orriols deja la política, Aliança Catalana se hunde"

BarcelonaEl politólogo Xavier Torrens acaba de publicar Salvar Cataluña (Pòrtic, 2024) donde analiza la gestación de Aliança Catalana, un partido que alerta de que crecerá por el auge de la extrema derecha en Europa.

¿Los atentados yihadistas del 17-A explican el nacimiento de Aliança Catalana?

— Hay muchas causas. Cuando Silvia Orriols entra en el Ayuntamiento de Ripoll lo hace con uno de los diecisiete concejales y sólo saca cien votos más que PxC unos años antes. Entre 2019 y 2023 ya tiene un altavoz y utiliza las técnicas del nacionalpopulismo para denunciar ser víctima de los demás concejales. Este discurso del pueblo contra la élite lo hizo muy bien en el Ayuntamiento y ahora en el Parlament.

Sin la alcaldía de Ripoll, ¿Alianza estaría en el Parlamento?

— Pondría la mano en el fuego que no. Y estar en el Parlamento le permitirá tener grupo propio después de las próximas elecciones y avanzar otras formaciones.

En el libro dice que el tuit que hizo Laura Borràs después de las elecciones diciendo que había que dejar gobernar Aliança fue clave.

— Tiene un fuerte impacto y me lo dice la oposición. La sección local de Junts ve que la dirección nacional no lo tiene claro y hay un antes y un después en las negociaciones.

Dice que también se están cometiendo errores en el Parlament.

— No vale decir que se hará un cordón sanitario para evitar que presida comisiones parlamentarias, pero ya en campaña estos partidos tengan una confrontación dialéctica con Orriols cuando el mejor cordón es no tenerla. La confrontación realza a estos líderes. Una concejala que tenía 500 votos en el 2019 ha logrado presentarse como víctima y ser alcaldesa y diputada.

¿Los partidos tradicionales son los responsables de su ascenso por no combatir el islamismo radical por no ser tildados de xenófobos?

— Existe una tendencia al alza en Occidente de estos partidos. Ahora bien, las formaciones que combaten a la nueva extrema derecha cometen errores descomunales. En Catalunya no se entiende que en siete años ningún partido hiciera un monumento a Ripoll en recuerdo a las víctimas del 17-A. Este error ha provocado el ascenso de Orriols, que confunde a islamismo radical con el Islam como si ETA fueran todos los vascos. Pero las administraciones, por un miedo lícito a la islamofobia, evitan hablar del terrorismo yihadista y dejan campo libre a Orriols.

¿Alianza es fascista?

— Ella era antifranquista y aunque se siga calificando a Orriols de nazi, la seguirán votando porque no ven que sea fascista como Mussolini o Franco. Que no sean fascistas no significa que no sean de extrema derecha.

¿Para ser fascistas deben ser violentos?

— O ser violentos o legitimar esa violencia. El fascismo tenía grupos paramilitares y promovía genocidios. Alba Dorada en Grecia es un ejemplo claro de este fascismo. Alianza no practica un racismo biológico, de razas, sino un racismo cultural.

Pero tiene el apoyo de grupúsculos fascistas y en el libro no habla.

— No hablo de nombres, pero digo que existe el riesgo de que entren neonazis como le ha pasado a Vox. Han sido cuidadosos con las listas y han sido drásticos con el concejal de Ribera de Ondara, Albert Puig.

Lo fueron con Puig por tildar de "cáncer" el colectivo LGTBI, pero no con el teniente de alcalde de Ripoll, quien dijo que les drag queen eran "sin cerebro e inútiles para la sociedad".

— Muchos de sus dirigentes vienen de ERC, pero este concejal es el único que viene del PSUC. Orriols tiene una gran estima en su núcleo ripollés y ha cerrado filas. Si fuera de otro pueblo posiblemente lo habría echado.

La extrema derecha necesita a líderes carismáticos. ¿Orriols lo es?

— Lo es. Atrae y mucho a sus votantes por el discurso que hace. Conoce el lenguaje de las redes y va directo al grano con mensajes cortos y directos con los que capta a los jóvenes.

¿Sin Orriols se frenaría el crecimiento de Alianza?

— Si Orriols deja la política, Alianza se hunde. O encuentran una nueva líder y solo veo a la candidata de Tarragona, Aurora Fornos. Estos partidos mueren cuando lo deja su líder, pero algunos han sabido renacer como en Austria, que han remontado después de Haider.

¿Prevé un ascenso meteórico de Alianza?

— En Francia y Austria han tardado unas décadas en ser primeros, pero en Portugal, donde tenían un diputado en el 2019 tienen ahora 50, y Meloni, que empezó con un 3,7% de votos, como Alianza, ahora es la primera ministra italiana.

Aquí tiene otro competidor: Vox.

— Ha quedado desmentido. En las municipales araña votos a Vox, pero en las catalanas, en primer lugar, de Junts, y tras la abstención y el voto en blanco, ERC, nuevos votantes y la CUP. Un votante de la CUP en Ripoll me dijo que votaba a Aliança porque ahora le ve como el partido más independentista porque es el único que defiende la DUI.

Si Alianza crece, los partidos que ahora no quieren pactar, ¿se lo van a pensar?

— Orriols dijo que daría una segunda oportunidad a Puigdemont. Y cualquier partido entre presidir la Generalitat o la oposición, se queda con la primera opción cueste lo que cueste. En Austria, el centroderecha ha puesto a ministros de la nueva extrema derecha, pero Alemania, no. No sé lo que hará Junts.

Algunos dirigentes de Aliança han replicado entrevistas que le han hecho. ¿El libro los blanquea?

— Han replicado la parte que les interesa. He dicho que no son fascistas, pero sí de extrema derecha y ese corte no lo ponen. Si el lector se lee el libro sacará sus propias conclusiones.