ELECCIONES EN CASTILLA Y LEÓN

La partida española se traslada durante 15 días a Castilla y León

Sánchez y Casado entregan la primera batalla de un ciclo electoral imparable hasta las generales del 2023

OT SERRA
y OT SERRA

MadridCon un ojo puesto en Ucrania y el otro en el Congreso para aprobar la reforma laboral, Pedro Sánchez no tiene más remedio que volcarse en las elecciones de Castilla y León del 13-F, el primer round de la campaña electoral permanente que Pablo Casado quiere dibujar en los próximos dos años. El PP busca un ciclo ganador que continúe con Andalucía y lo acabe llevando a la Moncloa, mientras que el líder del PSOE se afana por exponer obra de gobierno en un contexto incierto, si no adverso: el empleo mejora, pero el PIB del 2021 crece menos de lo previsto, y resuenan tambores de inflación. Cualquier futurible queda a merced del próximo evento inesperado.

¿Cómo acabará la crisis en Ucrania que involucra a las principales potencias mundiales? En el peor de los casos, una escalada militar con implicación española puede romper el gobierno de coalición en el Estado. ¿Se aprobará la reforma laboral el próximo jueves en el Congreso? La previsión es que sí, aunque sea con una mayoría alternativa a la que ha dado estabilidad a Sánchez, pero si no lo hiciera se encenderían las alarmas en Bruselas y peligraría la próxima entrega de los fondos europeos. Todo esto se juega simultáneamente en la contienda de Castilla y León, cuna durante quince días de la política española.

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El 13-F es una piedra en el zapato para el presidente español, y en la sala de máquinas socialista no reina el optimismo. Solo el cuestionado CIS de José Félix Tezanos da posibilidades a su candidato, Luis Tudanca, de disputarle la victoria a Alfonso Fernández Mañueco. El resto de sondeos sitúan al aspirante del PP en el umbral de la mayoría absoluta. Si no lo logra, se verá en la tesitura de decidir si Vox entra por primera vez en un gobierno.

El precio de Vox

Una de las claves de estos comicios es la posibilidad de que el partido de Santiago Abascal sustituya a Cs como socio de coalición. Este fin de semana Vox ha celebrado una cumbre en Madrid con exponentes de la extrema derecha europea como el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y la líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, ambos simpatizantes de Vladímir Putin. También asistió el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, enemistado con el Kremlin.

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Con el conflicto del este a la orden del día, Pablo Casado ya señaló hace unos días las vacilaciones de la formación de Abascal respecto a qué bando defendía. A principios de semana, Vox anotó que está junto a Ucrania. El PP está focalizado en unificar el voto de la derecha en Mañueco para evitar depender de los ultras, que ya han avisado de que serán más exigentes que con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. En su hipótesis de llegar a gobernar el Estado, Casado imagina otras fórmulas -el apoyo externo de Vox o la abstención del PSOE-, pero Castilla y León podría marcar un precedente que actuaría de espada de Damocles.

La del 13-F es la primera convocatoria electoral en ese territorio que no coincide con las municipales. Y aunque el CIS refleja que sus habitantes priorizan la agenda autonómica, la campaña no se escapará de la de ámbito estatal. La despoblación es el fenómeno que más preocupa a los ciudadanos de la comunidad, pero ya hace meses que se ha hecho lugar en el Congreso, sobre todo desde que irrumpió Teruel Existe. Por primera vez en muchos años, el PSOE preguntará a sus ministros en la sesión de control de este miércoles qué medidas ha aplicado para Castilla y León. Precisamente, una de ellas tiene que ver con la despoblación. Las demás son sobre educación, pensiones e inversiones en la región con cargo a los fondos europeos. Mañueco se abonó el viernes a la amenaza de los tribunales contra el reparto de ese dinero, tal y como ya hizo Casado.

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¿Quién tiene más que ganar y perder?

El PP corre el riesgo de que trasladar a la arena autonómica la batalla estatal le acabe siendo perjudicial. Las elecciones se producen ahora por un polémico adelanto electoral de Mañueco, que como presidente en funciones es quien tiene más que perder. De rebote, también Casado, porque plantea la cita como un primer trampolín para llegar a la Moncloa. Sánchez, en cambio, se la juega verdaderamente a partir de las autonómicas del 2023 y ahora tiene más que ganar que perder.

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Más allá de los dos grandes partidos, el 13-F se presenta como una cita crucial para Cs. Tras Murcia y Madrid, el de Castilla y León es el tercer gobierno autonómico que ha perdido la formación naranja en los últimos meses. Cs vive en una constante prueba de supervivencia y su candidato, Francisco Igea -que fue rival de Inés Arrimadas en las primarias del partido-, es ahora una de las únicas esperanzas. De todas formas, si logra no quedarse fuera del Parlamento autonómico, se da igualmente por hecho un bajón importante. El hasta hace poco vicepresidente de la Junta de Castilla y León se indignó con Mañueco por la convocatoria anticipada y ya ha anunciado que no volverá a pactar. ¿Se abriría a una alianza con PSOE, Unidas Podemos y algún partido regionalista para desbancar al PP? La formación lila no ha cerrado la puerta.

Quien no ha querido acondicionar sus expectativas de futuro es la nueva líder del grupo, Yolanda Díaz. Aunque ministros de Podemos como Irene Montero y Ione Belarra multiplicarán su presencia en actos de su candidato, Pablo Fernández, la vicepresidenta segunda la reducirá a un acto. El 13-F ha provocado que la puesta en marcha de la nueva plataforma en la que piensa Díaz haya tenido que aplazarse. Quería iniciar un proceso de escucha de la sociedad civil a principios de año que tendrá que esperar. La prioridad de la ministra de Trabajo es que su proyecto estrella, la reforma laboral, salga adelante el jueves en el Congreso.

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Por último, la cita de Castilla y León es el estreno de la España despejada, que tiene en Soria Ya! su carta más fuerte. Su objetivo es acabar abanderando en Madrid la problemática de la despoblación y agenda rural. España mira a Castilla y León durante quince días en la primera parada de un ciclo electoral en marcha.

El PP llevará a Pedro Sánchez a la Junta Electoral

El presidente español, Pedro Sánchez, estuvo ayer en Zamora para apoyar al candidato socialista a las elecciones de Castilla y León, Luis Tudanca, y lo aprovechó para anunciar que el martes el consejo de ministros dará luz verde al anteproyecto de la nueva ley de la vivienda. “Con los gobiernos del PP, cada consejo de ministros era un retroceso y un recorte social. Ahora cada consejo de ministros es un recorte menos y un avance social más”, dijo. El anuncio no gustó al líder del PP, Pablo Casado, quien anunció que le llevaría a la Junta Electoral Central. “Esto no se puede hacer y es una vergüenza. Es inaceptable que juegue en campaña con el dinero de todos los españoles”, disparó y aseguró que Sánchez ha cruzado una “línea roja”.

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