Proceso soberanista

El plan de Sturgeon para volver a votar, pendiente del Supremo

El tribunal decidirá sobre el encaje legal de la consulta

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QUIM ARANDA
3 min
La Marcha por la Independencia que se hizo  en Glasgow el pasado 14 de mayo.

LondresEl Tribunal Supremo del Reino Unido anunció el jueves que los días 11 y 12 de octubre verá la causa presentada por el gobierno escocés en relación a la legislación relativa al segundo referéndum de independencia, después de que Edimburgo enviara al alto tribunal una consulta a finales de junio sobre la legalidad o no del plebiscito, previsto para el 19 de octubre del 2023. La decisión del Supremo se tomó dos días después de que el mismo tribunal desestimara una petición del gobierno británico para que declarara la no idoneidad de la pregunta elevada desde Edimburgo. Así, antes de finales de año, tanto la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, como el Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) sabrán, finalmente, si Holyrood tiene poderes para legislar y convocar un nuevo referéndum.

Si la respuesta fuera afirmativa, la consulta se podría sacar adelante sin el permiso explícito de Westminster, a diferencia del que tuvo lugar el 18 de septiembre del 2014, que fue fruto del llamado Acuerdo de Edimburgo, firmado el 15 de octubre del 2012 por el entonces primer ministro británico, David Cameron, y por el primer ministro de Escocia, entonces Alex Salmond. La doble decisión del Supremo se ha conocido la misma semana en la que el primer ministro británico saliente, Boris Johnson, ha escrito a Sturgeon para negarle la transferencia de poderes que sí que aceptó Cameron para que el referéndum fuera legal y vinculante.

Un planteamiento diferente

En el caso actual, el planteamiento escocés es muy diferente, porque si el resultado del hipotético plebiscito fuera favorable a la independencia de Escocia, la separación del Reino Unido no sería efectiva de forma automática. El proyecto de ley enviado por Edimburgo a la consideración del Supremo establece que “para que Escocia se vuelva independiente después de un voto favorable, la legislación tendría que ser aprobada por el Parlamento del Reino Unido y por el escocés”.

Después de que Boris Johnson ganara las elecciones del 2019, Sturgeon ya le pidió la transferencia de los poderes para hacer el referéndum. Johnson se negó y la pandemia frenó el proceso, que quedó una vez más refrendado por la victoria independentista en las elecciones escocesas de mayo del 2021. Con toda probabilidad, una vez haya un nuevo inquilino en Downing Street, en septiembre, Sturgeon pedirá los mismos poderes. Y, con toda seguridad, la respuesta será también negativa. Es imposible intuir cuál podría ser la decisión del Supremo. Pero lo cierto es que el independentismo tiene más diputados y más voto popular (52%) en el Parlamento de Edimburgo que cuando Salmond consiguió su primera mayoría absoluta en 2011.

Este es uno de los dos argumentos que, en conversación con el ARA, expone Salmond para reafirmar la causa del referéndum. El otro argumento es “el enorme cambio material de las circunstancias”, en referencia a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, “en contra de una mayoría de dos tercios de escoceses”. “El argumento democrático de nuestro referéndum es agobiante”, remacha. Pese a las negativas de Londres, Salmond cree que la historia demuestra que “bajo presión, Westminster se ve obligado a cambiar de opinión”. A mediados de octubre, pues, el Reino Unido podría verse abocado a una nueva amenaza a su integridad territorial. Si en 2012, antes del acuerdo por el referéndum, las encuestas otorgaban un máximo del 30% a los favorables a la independencia, que acabaron superando el 45% en las urnas, ahora los partidarios pueden situarse de entrada en el 50%.

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