El PP gana pero se ata a Vox también en Castilla y León

Mañueco queda lejos de la mayoría absoluta y la extrema derecha exigirá entrar en el gobierno

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El presidente de Vox, Santiago Abascal, y el candidato de esta formación a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo

MadridLa jugada no salió como el PP quería. Alfonso Fernández Mañueco ganó ayer las elecciones en Castilla y León y puede mantener el gobierno, pero queda lejos de la mayoría absoluta y se entrega en brazos de Vox, el fantasma de Pablo Casado. El presidente del partido de extrema derecha, Santiago Abascal, afirmó ayer que exigirá formar una coalición –sería el primer ejecutivo en el que entra Vox en el Estado–. "Vox tiene el derecho y el deber de formar gobierno en Castilla y León", aseguró, tras señalar la "cara de vicepresidente que se le está poniendo a Juan García-Gallardo", el cabeza de lista. Con 13 escaños protagonizó el mayor salto de la noche –tenía solo uno– y gana fuerza para la negociación con el PP. Un aumento proporcional a la caída de Cs, que cae de 12 a un escaño.

A Mañueco, con 31 procuradores, no le basta con la abstención de Vox porque la suma del PSOE y el resto de partidos suman más escaños (37) que el PP en solitario. El candidato socialista, Luis Tudanca, pasa de 35 a 28 escaños. Consciente del papel que los ciudadanos de Castilla y León han otorgado a Vox, Abascal ya desempeñó ayer un primer movimiento. En otro escenario podría haber optado por condicionar la gobernabilidad desde fuera, como ha hecho hasta ahora en Andalucía y Madrid. Pero su fuerza negociadora ha crecido, y más teniendo en cuenta que pronto volverá a haber comicios andaluces y el próximo año los habrá en otras doce comunidades autónomas.

Los resultados

Mañueco hablará “con todos”

El ganador de las elecciones, sin embargo, no dio tantas pistas. Mañueco aseveró que habrá un "gobierno del PP con diálogo y acuerdo" y explicó que iniciará una ronda de contactos con todas las formaciones políticas, por orden de mayor a menor representación. Así, la primera será el PSOE. En campaña, Mañueco ya insinuó que podría llegar a algún tipo de pacto con los socialistas y pasar así el balón al tejado de Tudanca para decidir si cierra el paso a Vox. Sin embargo, la número 2 del partido, Adriana Lastra, advirtió ayer de que "no hay alternativa" a un gobierno de PP y Vox. Pensando en el futuro, a los socialistas les interesa que los votantes tengan clara esa alianza.

El partido de Pablo Casado esperaba rozar la mayoría absoluta –41 procuradores– con el adelanto electoral. La sede de Génova exteriorizó optimismo antes de tiempo cuando, al inicio del recuento, el PP se situaba cerca de los 40 escaños. Se había ido completando el escrutinio en las zonas rurales, pero faltaban por contar los votos en las grandes ciudades. La tendencia empezó a cambiar, con el PP perdiendo escaños en beneficio del PSOE. Sin embargo, los socialistas pierden siete respecto a 2019, por lo que el retroceso es importante. El PP buscaba ganar con comodidad y solo sube dos escaños. Incluso baja ligeramente el porcentaje de votos respecto a 2019. De las nueve provincias, gana en cuatro, el PSOE lo hace también en cuatro y Soria ¡Ya! se impone en la única provincia en la que se presentaba.

El candidato a la presidencia de la Junta de Castilla y León por el PP, Alfonso Fernández Mañueco.

Mañueco justificó el adelanto por el miedo a una supuesta moción de censura de PSOE y Cs que le hubiera podido hacer caer del gobierno. ¿Pero, con estos resultados en la mano, se lo habría repensado? El candidato del PP podrá mantener la presidencia y habrá que ver si formando una coalición con Vox o gobernando en solitario, tal y como quería. Más bien el golpe de estas elecciones es para Casado, que no ha logrado los objetivos marcados. Uno era que el PSOE se llevara un batacazo como el de la Comunidad de Madrid. Pedro Sánchez no sale tan debilitado como cabía esperar de esta convocatoria electoral porque no se jugaba tanto como el jefe de la oposición. Casado también quería terminar con Cs y, pese a solo resistir con un procurador, Francisco Igea evita la desaparición absoluta. Sin embargo, el hasta hace poco vicepresidente pasa a la marginación parlamentaria.

Crecen los partidos provinciales

La cámara autonómica se caracterizará, como ya es tendencia en el Estado desde hace unos años, por la fragmentación: habrá ocho partidos, uno más que en la anterior legislatura, a raíz de la irrupción de Soria ¡Ya!, única plataforma de la España vaciada que consigue representación. Lo hace ganando en la provincia de Soria con cerca de 42% de los sufragios y tres procuradores. Unión del Pueblo Leonés pasa de uno a tres y Por Ávila mantiene el escaño que tenía.

Por último, Unidas Podemos es otro de los derrotados de la noche y solo consigue un procurador, uno menos de los que tenía. Castilla y León no es un territorio favorable al espacio lila y su nueva líder, Yolanda Díaz, ya no quiso implicarse para no desgastarse. La que no salió derrotada fue la participación, de un 63,4%, ligeramente por debajo de 2019 a pesar de ser las primeras elecciones autonómicas que se celebraban en solitario en Castilla y León.

El primer round de Casado ante Sánchez termina con victoria por la mínima y un regusto más agrio que dulce para el líder del PP, cada día más atado a Vox.

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