El PP valenciano ya no pide perdón por la corrupción

El nuevo líder de los populares, Carlos Mazón, cambia la estrategia del partido y reivindica el legado de Rita Barberá

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La actual dirección del Partido  Popular valenciano, con la secretaria general, María José Català, y el presidente de la federación valenciana, Carlos Mazón, al centro de la imagen

ValenciaEl PP valenciano ya no pide perdón por la corrupción. Desde la elección del nuevo líder de los populares, Carlos Mazón, el partido ha cambiado de estrategia y ahora reivindica toda su herencia, incluida la de aquellos que han acabado su carrera política en los juzgados. Da igual que sean Rita Barberá, Francisco Camps o Eduardo Zaplana.

Mazón ha dejado atrás la línea roja dibujada por el expresidente valenciano Alberto Fabra, el último dirigente del PP que encabezó el Consejo, y que su sucesora al frente de la formación, Isabel Bonig, respetó a pesar de los numerosos enfrentamientos que le generó con compañeros de partido, molestos por el hecho de sentirse señalados y por la enmienda a su gestión que suponían las palabras de la nueva líder. Estos conflictos debilitaron progresivamente a la exalcaldesa de la Vall d'Uixó, que, cuando Mazón anunció en mayo su candidatura a presidir la federación valenciana de los conservadores de la mano del presidente del PP, Pablo Casado, le cedió el lugar sin ofrecer mucha resistencia. Incluso, en su parlamento de despedida, Isabel Bonig pidió perdón por haber apoyado la reprobación ahora hace cinco años de Rita Barberá en el Senado, que la instó a abandonar la cámara alta: "Lo siento. Me equivoqué".

El legado de la exalcaldesa de Valencia es lo que mejor ejemplifica el cambio de estrategia de los populares valencianos. Lo demuestra el hecho de que respecto al reciente procesamiento de todos los colaboradores de Rita Barberá por blanqueo de capitales para financiar ilegalmente la campaña municipal de 2015, Mazón haya contestado que, pase lo que pase, los conservadores defenderán que Rita Barberá fue la mejor alcaldesa. "Yo estoy muy orgulloso de su gestión", enfatizó. "Cuanto más la atacan y señalan con el dedo los que quizás tienen más a esconder y tapar, se encontrarán con un PP que defiende cada día y cada vez más a Rita Barberá porque nos sentimos muy orgullosos de la Valencia que construyó", añadió.

De tal palo, tal astilla

La hoja de ruta de Mazón liga con la maestría de su padre político, Eduardo Zaplana, que lo designó como director general del Institut Valencià de la Joventut cuando solo tenía 25 años, y que durante los años en los que presidió la Generalitat realizó una gestión sin concesiones ni exámenes de conciencia. El nuevo presidente del PP valenciano, lejos de rehuir la cuestión, reivindica este legado, tal como hizo durante la presentación de su candidatura, cuando dijo que se sentía heredero y "muy orgulloso" de "todas las cosas buenas que ha hecho el PP desde 1995”.

Las palabras de Carlos Mazón ligan también con su gran objetivo, seducir a los sectores más conservadores y españolistas del País Valenciano, especialmente situados en el sur de Alicante, un territorio donde las investigaciones judiciales por los presuntos casos de corrupción se han resuelto en la mayoría de las ocasiones con condenas absolutorias o pequeñas multes fruto de la anulación de pruebas o la prescripción de los delitos, un final que ha castrado cualquier espíritu redentor.

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