¿A quién preocupa más el desafío de Camps en la Comunidad Valenciana, ¿en Feijóo o en Mazón?
El exjefe del Consell confirma la candidatura a presidir el PP valenciano pese a la oposición de las direcciones autonómica y estatal
ValenciaSi hay dos personas que el miércoles hicieron una mueca cuando Francisco Camps confirmó su intención de disputar la dirección del PP valenciano fueron Carlos Mazón y Alberto Núñez Feijóo. El primero, porque la candidatura del expresidente cuestiona la figura del político alicantino y dificulta aún más su ya compleja continuidad. El segundo, porque teme que la crisis de la federación valenciana ponga en peligro sus opciones de llegar a la Moncloa tal y como ocurrió hace dos años.
Ya hace tiempo que el PP valenciano es la principal piedra en el zapato de Feijóo. Lo fue en julio del 2023 cuando el jefe del Consejo pactó con Vox su ejecutivo diez días antes de los comicios estatales. El movimiento revelaba cuál sería la estrategia de alianzas del político gallego si los populares no alcanzaban la mayoría absoluta. el extorero Vicente Barrera.
El segundo gran enfado de Feijóo con Mazón llegó el 29 de octubre a consecuencia de la gestión de la DANA del jefe del Consejo. Es evidente que el presidente del PP esperaba que el político alicantino dimitiera tras la catástrofe, dado que se saldó con la muerte de 228 personas. Pero no dejó el cargo y desde Génova tampoco lograron que cediera a la presión. Con el paso de los meses, el líder popular se ha resignado y ha aceptado el pacto ofrecido por Mazón que consiste básicamente en ganar tiempo para intentar recuperar la confianza de la ciudadanía. La clave de su futuro político la tendrán las encuestas. Si cuando se acerquen las elecciones autonómicas de mayo de 2027 son favorables al jefe del Consell, podría reclamar repetir de nuevo como cartel electoral. Si no, habrá relieve.
La fractura provincial
Y es en este terreno minado, donde el sencillo vuelo de una mosca podría derribar los puentes construidos con un auténtico ejercicio de orfebrería política, en el que Camps ha decidido aterrizar ruidosamente para reclamar volver a la primera línea política. Aduce que ha sido arrinconado y menospreciado. Que se han olvidado de su absolución. Pero obvia que esta amnesia incluye que el PP valenciano fue condenado por financiación ilegal durante los años en que él le encabezaba, y que también acabaron en prisión exconsejeros de su ejecutivo comoRafael Blasco,Milagrosa MartínezyVíctor Campos, además de dirigentes provinciales comoCarlos Fabra y Alfonso Ruso.
Si para Feijóo el anuncio de Camps es molesto, no hace falta decir lo que es para Mazón, que ha tenido que sentir que bajo su dirección el PP valenciano está desactivado, dormido y debilitado. Que se olvida y se avergüenza de la herencia recibida. Entre quienes le reprochan que no reivindique su legado se encuentran algunos de los principales apoyos de Camps como los expresidentes de las diputaciones de Valencia y Castellón Alfonso Rus y Carlos Fabra, que tuvieron que dejar sus cargos cuando fueron investigados –y posteriormente condenados– por corrupción. También le apoya la exalcaldesa de Alicante Sonia Castedo, que sirve al expresidente para compensar la falta de aliados alicantinos, un territorio que políticamente pertenece al ex jefe del Consejo Eduardo Zaplana –igualmente condenado por corrupción– y, por tanto, a su hijo político, Carlos Mazón. Y es que en la lucha por la dirección del PP valenciano también se esconde una fractura territorial: el enfado de los dirigentes de las provincias de Valencia y Castellón que consideran que la de Alicante acumula demasiado poder. Un malestar que Camps pretende capitalizar.
La disputa por la dirección del PP valenciano será larga, dado que no hay fecha para el congreso autonómico. Los principales beneficiados del enfrentamiento serán los partidos de la oposición que contemplaban resignados cómo los casos de corrupción del PSOE se habían convertido en un balón de oxígeno para un Mazón que había dejado de estar en el centro del debate político. El jefe del Consejo sabe que el ruido le perjudica. Por eso este jueves optó por el tono más conciliador posible. "Máximo respeto [para Camps], haga lo que haga y diga lo que diga", se limitó a comentar. Una opinión que comparten Feijóo y su mano derecha, Miguel Tellado, que es además un firme defensor de Mazón. El nuevo secretario general del PP fue bien explícito cuando valoró el movimiento del expresidente. "Es un error" abrir debates "extemporáneos", enfatizó. Camps, sin embargo, parece déficit en plantar batalla.