La presidencia del Parlament: de premio honorífico a plataforma política

Durante muchos años la ocuparon políticos al final de su carrera

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Constitución del Parlamento  restablert, el abril del 1980, con Heribert Barrera de presidente.

BarcelonaLaura Borràs ya es la decimosexta presidenta del Parlament una vez ha sido escogida este viernes en la sesión constitutiva de la legislatura. No han hecho falta muchos minutos para evidenciar que pretende ejercer una presidencia reivindicativa: su primer discurso ha estado pleno de referencias a la libertad de expresión, a los presos, a los exiliados y a la autodeterminación. Borràs acaba de cumplir 50 años, hace apenas tres que hace política en primera línea y tiene intención de continuar siendo un puntal en los próximos años. Un perfil que ahora parece habitual pero que es radicalmente opuesto al que se había elegido en la mayoría de elecciones en la cámara. La presidencia del Parlament ha pasado de ser un premio honorífico a una plataforma política de primera magnitud.

Se trata de la segunda autoridad de Catalunya y desde 1984 se le había intentado otorgarle un papel más institucional y simbólico, que contrastara con la importancia política del presidente de la Generalitat. Entonces fue escogido Miquel Coll i Alentorn. A sus 80 años, aquel honor fue el último de su carrera política, que había empezado en 1932 en Unió Democràtica de Catalunya (UDC).

Su sucesor en 1984, más joven, también encarrilaba la parte final de su trayectoria. Joaquim Xicoy, también de UDC, fue presidente del Parlament hasta 1995, entre los 62 y los 74 años. Desde los años 50 estaba implicado en política y había ocupado varios cargos institucionales a partir de la recuperación de la autonomía catalana. Y qué decir de Joan Reventós: líder de los socialistas catalanes desde su fundación a finales de los 70 y cabeza de lista en las elecciones de 1980, llegó a la presidencia del Parlament en 1995, aprovechando que CiU había perdido la mayoría absoluta. Tenía 68 años y había sido diputado en Madrid, en Catalunya, embajador en París y senador. 

Joan Rigol era más joven pero tenía una amplia experiencia acumulada. Con 56 años fue escogido presidente de la cámara en 1999, y culminaba así sus aspiraciones políticas. Y lo mismo vale para Núria de Gispert, que entre 2010 y el 2015 fue la primera presidenta de la cámara. Llegó con 61 años y habiendo sido consellera ocho años y ponente del Estatut. 

Líderes en activo

Todos ellos recibían un premio honorífico a sus carreras. También lo había recibido Heribert Barrera en 1980. "El éxito o el fracaso de toda la etapa democrática en todo el Estado depende en buena parte de nosotros. Tenemos que ser dignos de la larga historia de nuestra tierra", dijo en su primer discurso como presidente. Él tenía 62 años pero no accedía a la presidencia como previa a la retirada. Era el líder de su partido, ERC, y todavía repitió como candidato en 1984. Tampoco Ernest Benach tenía intención de jubilarse en la mesa del Parlament. A los 44 años fue escogido presidente de la cámara en 2003 y se mantuvo en el cargo hasta 2010. Incluso intentó liderar ERC en 2008 cuando se tuvo que buscar un sustituto a Josep-Lluís Carod-Rovira. Finalmente, dejó la política activa en 2010, cuando dimitió después de un fracaso electoral.

Carme Forcadell en 2015 representaba una cosa diferente. En un momento marcado por el plebiscito planteado por el independentismo representaba el símbolo de las manifestaciones masivas en la calle. Políticamente no había ocupado cargos de relevancia y a sus 60 años tampoco pretendía tener una larga carrera por delante, a pesar de que fue la amenaza del Tribunal Supremo la que la obligó a dejar el cargo. 

Y llegamos a los últimos dos ejemplos. El de Borràs es evidente. Ha sido ella quien ha elegido y lo ha hecho, entre otros motivos, porque ha considerado que era compatible con seguir liderando su espacio político. Su predecesor, Roger Torrent, se convirtió con 39 años en el presidente más joven de la historia cuando fue escogido en 2018. Y desde entonces siempre ha sido uno de los mejor posicionados en la carrera sucesoria de Oriol Junqueras, inhabilitado por el Supremo. Fue número 3 en los últimos comicios y apunta a conseller en el próximo Govern de Pere Aragonés. La diferencia entre ellos dos, Torrent y Borràs, y el resto es evidente en cuanto al punto de sus carreras en el que asumieron el liderazgo del Parlament. Hace tres años, de hecho, ERC había valorado la posibilidad de apostar por que Ernest Maragall ocupara este lugar pensando más en el premio honorífico que en la plataforma, y eso que pocos meses después lo convertían, primero, en conseller y, después, en el antídoto para vencer a Ada Colau en Barcelona.

Curiosamente, el primer presidente del Parlament era de este segundo grupo. Lluís Companys ocupó el cargo poco tiempo, entre diciembre de 1932 y el junio del 1933. Tenía 50 años, como Borràs, y una carrera política por delante. Ministro de la Marina, diputado en las Cortes y, desde la muerte de Francesc Macià, presidente de la Generalitat.

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