De presionar por la consulta a dejar atrás los partidos: la evolución de los manifiestos de la ANC
La única etapa de coordinación plena fue en 2017
BarcelonaEl president de la Generalitat, Pere Aragonès, no irá a la manifestación de la Diada convocada por la ANC porque el manifiesto de la entidad no le representa. Con esta decisión ha puesto en el foco una cuestión que normalmente no se eleva al debate público: el escrito de convocatoria que hace la Assemblea. Es por eso que el ARA ha repasado los manifiestos que ha hecho la entidad en estos diez años de movilización cada Once de Septiembre. Se ponía la atención en el lema, en movilizar a la gente y se discutía dentro del secretariado nacional el discurso que haría el presidente de turno de la entidad, pero el manifiesto, hasta ahora, era una cosa secundaria hasta el punto que solo se hizo algunos años.
Etapa de presión
El Once de Septiembre del 2012 fue la primera manifestación independentista organizada por la Assemblea y desbordó las expectativas. La convocatoria ponía deberes al Govern, en aquel momento ocupado por CiU, y también a los ayuntamientos. Al president, Artur Mas, le pedía que convocara elecciones para lograr una mayoría independentista y convocar un referéndum de autodeterminación (que se convocaría también en los ayuntamientos). Se inicia una primera etapa de presión de la ANC, pues, para que Mas asuma su hoja de ruta, que tiene su máximo exponente en la Diada previa al 9 de noviembre del 2014, cuando todavía no se sabía si se haría: "President, ponga las urnas", espetó Forcadell.
- "Queremos que el mayor número posible de municipios de nuestro país convoquen, todos el mismo día y con la misma pregunta, una consulta que nos permita saber el nivel de apoyo popular que tendrá la futura constitución de un estado catalán soberano [...]. De acuerdo con el objetivo de la consulta, si el president de la Generalitat convoca elecciones anticipadas para constituir un Parlament que, como primera acción, inste a la celebración de un plebiscito de autodeterminación nacional bajo garantías internacionales, podrá contar con nuestro apoyo incondicional".
Eso sí, en esta etapa la entidad contaba con la complicidad del Palau en sus reivindicaciones. Cómo explica el ex director de comunicación de aquella época, Josep Martí Blanch, en Cómo ganamos el proceso y perdimos la República (ED Libros, 2018), la directriz fue que aquella primera manifestación tenía que ir bien. Se promovió, también, desde el Govern.
Etapa de concertación
Jordi Sànchez y Muriel Casals están dentro del Palau de la Generalitat cuando CDC y Esquerra desencallan la manera en la que el independentismo se ha de presentar a las elecciones del 27 de septiembre del 2015. Y no solo esto: tienen un papel determinante a la hora de forzar que Oriol Junqueras (ERC) acabe aceptando la coalición con Convergència para crear Junts pel Sí. Representa el inicio de una concertación con los objetivos del Govern: la Diada del 2015 impulsa la candidatura independentista de JxSí mientras que en 2017 representa el pistoletazo de salida de la movilización hacia el referéndum del 1 de Octubre, objetivo compartido por Sànchez y también por Jordi Cuixart (Òmnium). Ambos pasan a la sala de máquinas del Procés y son clave para organizar el referéndum.
Es en esta etapa en que por primera vez el president de la Generalitat participa en las manifestaciones. A diferencia de Mas –que no asistía para "preservar su perfil institucional"–, Carles Puigdemont participa en la concentración descentralizada del 2016 en Salt (Girona) y en la de plaza Catalunya de Barcelona antes del 1 de Octubre del 2017.
Etapa de distanciamiento
El distanciamiento entre el Govern y la ANC se inicia después del referéndum y la declaración de independencia. Ya sin Sànchez –que irá en la lista de JxCat de Puigdemont– y con Elisenda Paluzie al frente, la entidad discrepa con el ejecutivo, sobre todo con Esquerra por su estrategia de negociación con Madrid. Mientras que en 2018 y en 2019 la movilización y el discurso de la entidad está marcada por la represión del Estado (con la prisión y el exilio de los líderes del 1-O), a partir de la sentencia del Procés la distancia con el Govern se hace mayor: no hay reacción institucional y Paluzie acentúa su crítica al ejecutivo de Quim Torra (que había prometido un momentum) y también al nuevo Govern presidido por Pere Aragonès a partir del 2021. Se constata con el discurso de Paluzie el año pasado emulando el de Forcadell en 2014: "President, haga la independencia".
- "Se ha acabado esperar algo de los partidos, solo el pueblo y la sociedad civil organizada podrán lograr la independencia. La victoria del 1-O y la mayoría independentista en el Parlament no se pueden malgastar en mesas de diálogo con el estado español y trifulcas internas [...]. Devolvamos la independencia al centro de la política y dejemos los partidos atrás. La fuerza de la gente es la única que conseguirá la liberación del país".
Pero el punto y aparte lo han marcado este año Aragonès y la actual presidenta de la ANC, Dolors Feliu. El llamamiento a la manifestación pide "dejar los partidos atrás" y considera que la independencia solo se hará desde la sociedad civil "organizada". Una proclama que Aragonès no comparte de ninguna forma y, por lo cual, ha decidido que este año no irá a la manifestación.