Gobernabilidad del Estado

Puigdemont decide sobre la ruptura con Pedro Sánchez

Juntos se decanta por retirar el apoyo al PSOE sin activar una moción de censura de forma inmediata

BarcelonaEl 5 de septiembre de 2023, Carles Puigdemont convocó a toda la prensa en Bruselas para poner sus condiciones para negociar la investidura de Pedro Sánchez. Lo hizo después de prometer en campaña que no le haría presidente, pero la aritmética parlamentaria le dio la clave de la gobernabilidad de España y no quiso dejarla escapar. Pero lo hizo con este aviso: "Si hay acuerdo, debe ser histórico, un compromiso histórico como el que ningún régimen ni gobierno español ha sido capaz de hacer realidad desde la caída de Barcelona, ​​el 11 de septiembre de 1714 y el Decreto de Nueva Planta que abolió las instituciones y las constituciones catalanas".

Dos años después, es evidente que el pacto con el que llegó con el PSOE hace dos años –el llamado acuerdo de Bruselas– no ha cumplido con sus expectativas: la ley de amnistía ha quedado aplicada a medias por la oposición del Tribunal Supremo; no hay oficialidad del catalán en la Unión Europea; no hay competencias de inmigración para la Generalitat, tampoco concierto económico ni el "reconocimiento nacional" que había pedido Junts.

Cargando
No hay anuncios

Es por eso que Puigdemont ha convocado este domingo la máxima cúpula del partido en Perpiñán y reunirá el lunes a la ejecutiva para tomar una decisión sobre si rompe con el PSOE. Todas las fuentes consultadas de Junts se inclinan hacia la ruptura, que implicará dejar de formar parte del bloque de investidura. Ahora bien, quien tiene la clave de vuelta y toda la información de lo que ha pasado en las últimas horas es el expresidente Carles Puigdemont, que es quien marcará la hoja de ruta de Junts a partir de ahora. Es quien traducirá qué significa exactamente romper (votar no a todas las votaciones o congelar las reuniones en Suiza) y qué está dispuesto a hacer y qué no Juntos a partir de ahora. En principio, será él quien comparecerá a las 17 de la tarde desde Perpiñán y habrá que ver hasta qué punto sube el tono y si reclama, o no, elecciones anticipadas a Pedro Sánchez. Todo ello teniendo en cuenta que el PSOE ya ha dicho que piensa aguantar hasta el 2027 aunque no tenga los apoyos para sacar adelante los presupuestos del Estado del próximo año.

Seguro que Puigdemont también se referirá al presidente, Salvador Illa, a quien Junts culpa de no haber cumplido, con su política de "normalización" en Catalunya, el relato sobre la resolución del conflicto político que rezuma –creen desde Junts– del acuerdo con el PSOE en Bruselas. La decisión de la ejecutiva será ratificada con una consulta a la militancia juntera, que podría celebrarse de forma inmediata.

Cargando
No hay anuncios

Los últimos contactos

Desde que la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, avisó a Pedro Sánchez de que había llegado "la hora del cambio", los socialistas se han movido para intentar frenar la ruptura. Esto se ha concretado, en los últimos días, en tres flancos distintos: el catalán en la Unión Europea, las balanzas fiscales y la aplicación de la amnistía a través del recurso de amparo que Puigdemont ha presentado en el Tribunal Constitucional. El primer movimiento llegó el viernes, cuando España y Alemania hicieron un comunicado para oficializar que "abrían un diálogo" sobre la oficialidad del catalán en la Unión Europea. El país germánico, donde gobierna el conservador Friedrich Merz, es el principal opositor a esta medida que también afectaría al vasco y al gallego por los costes de traducción, pero se vino a hacer esta declaración para apuntalar a un gobierno socialdemócrata como el de Pedro Sánchez –pese a ser aliados con el PP, los conservadores alemanes no quieren oír ni hablar. Ahora bien, tal y como avanzó el ARA el mismo viernes por parte de fuentes diplomáticas alemanas, la predisposición de Alemania a abrir un diálogo no implicaba ningún cambio de opinión respecto al catalán.

Cargando
No hay anuncios

La otra pieza que ha movido el PSOE en las últimas horas tiene que ver con las balanzas fiscales. Pactó con Junts publicar los datos, pero no lo hizo de forma completa y, por ahora, la Generalitat, gobernada por el PSC, no los ha calculado. Según las fuentes consultadas, el encuentro que hubo con relación a lo de emisarios de Junts y el PSOE tampoco fue bien. Y, por último, el otro flanco que han activado los socialistas tiene que ver con la aplicación de la ley de amnistía. El PSOE asegura a Puigdemont que el Tribunal Constitucional debe decidir antes de la primavera sobre su situación personal, pero la cuestión es que está por ver qué hará el Tribunal Supremo, que seguirá siendo el responsable de aplicar la ley. De hecho, fuentes de Junts lamentan que los cantos de sirena del retorno se han producido desde hace meses, empezando por el momento en que se aprobó la amnistía –y que el Supremo decidió no aplicarle al expresidente– hasta la pasada primavera, en la que también circulaba que se abría una ventana de oportunidad para acabar con el exilio. Y no ha pasado, constatan.

El entorno de Puigdemont pedía que se contemplara una vía de retorno inmediata del exilio que no se ha producido hasta ahora: reclamaban que se suspendiera la orden de detención y prisión vigente en el Estado. Por eso, el abogado Gonzalo Boye lo había solicitado en el marco del recurso de amparo al TC, pero hasta ahora el tribunal lo ha rechazado. Denegó las cautelarísimas –sin escuchar a las partes– y no se prevé que cambie de opinión después de escuchar a todos los personados en los procedimientos. La propia Fiscalía se pronunció la semana pasada en contra de levantar la orden de detención, mientras que falta por conocer el criterio de la abogacía del Estado, que depende directamente del gobierno español.

Cargando
No hay anuncios

¿Una rotura en dos fases?

Más allá de la decisión de romper o no con el PSOE, Junts tendrá que fijar cuál será su rol a partir de ahora en el Congreso de los Diputados. "El presidente manda", aseguraba este domingo un miembro de la dirección juntera. En este punto, se abren distintos escenarios. La mayoría de las fuentes consultadas se decantan por retirar el apoyo a Pedro Sánchez, dejando las reuniones en Suiza y situándose en el no a cada votación, y descartan por completo una moción de censura para hacer presidente a Alberto Núñez Feijóo.

Cargando
No hay anuncios

Ahora bien, esta eventual situación tiene matices, ya que algún dirigente consultado sí habla de una especie de ruptura en dos fases: pasar ahora a la oposición y, si en un tiempo prudencial no se cumple nada de lo que contenía el acuerdo de Bruselas, activar entonces una moción de censura "instrumental". Es decir, aliarse con el PP y Vox para hacer presidente a un candidato independiente –se habla del presidente de Fomento, Josep Sánchez i Llibre, pero él niega ofertas– para que convoque elecciones. Esto sería una especie de ruptura en dos fases y en la que, en medio, el PSOE tendría mucho que decir, ya que en realidad sería una manera de dar tiempo a la cuestión del catalán y de la amnistía, pero al mismo tiempo mantener la presión en el gobierno español con la amenaza de echarle con una moción.

Sea como fuere, este domingo el presidente español, Pedro Sánchez, que tenía un acto de partido en Castilla y León, ha evitado pronunciarse sobre Junts y ha preferido dar por terminado a Feijóo: "A ver quién será el siguiente", en alusión a los tres líderes del PP –Mariano Rajoy, Pajo Casado y Fei de censura en el 2018. Quien sí ha hablado de Puigdemont han sido los populares. El vicesecretario de Política Autonómica, Elías Bendodo, ha reclamado a los junteros que "se planten de verdad y dejen de apuntalar un gobierno corrupto". Puigdemont vuelve a tener este lunes la palabra.