Rafael Ribó: el eterno Síndic del ‘Let it be’ que ahora lo deja ir
Rafael Ribó dejará de ser el Síndic de Greuges después de más de 17 años y con el mandato caducado desde 2019
BarcelonaAntes que él ya habían pasado por el Síndic de Greuges Frederic Rahola (1984- 1992) y Anton Cañellas (1993-2004), pero el mandato de Rafael Ribó (2004- 2022) habrá sido tan extenso que prácticamente lleva en la institución tanto tiempo como sus dos predecesores juntos. Propuesto por el primero tripartito y con CiU de morros –se abstuvo a pesar de haber sido la primera en sondearlo–, Ribó (Barcelona, 1945) pasó en poco tiempo de la primera línea de lucha partidista a aceptar un cargo diseñado para todo lo contrario: la defensa sin color político de los derechos de la ciudadanía. Solo unos meses antes había declinado ocupar una conselleria en la Generalitat y había cedido la presidencia de Iniciativa per Catalunya –y las dos décadas de rivalidad con Jordi Pujol– a Joan Saura.
Tras aceptar ser el Síndic, también dejó la militancia en el partido que él mismo había contribuido a crear como heredero del PSUC en 1987. “Esta es una prueba muy clara de que la institución tiene que ser plenamente independiente, por encima de los partidos políticos y con un gran sentido de país”, dijo entonces. Seis años después, CiU ya se sumó a los votos a favor y su reelección fue prácticamente unánime. Pero el Procés también le ha generado numerosos enemigos en las filas unionistas, por sus condenas a la violencia policial del 1-O y a la sentencia contra los líderes independentistas. En una acalorada discusión parlamentaria en 2018, Ribó explicó que en su despacho conserva una bala que le dispararon en la rodilla durante el franquismo: “Pensaba que no volvería a ver una cosa parecida”.
Los orígenes
Nacido en una familia burguesa, Ribó se considera un privilegiado por la juventud que pudo tener. Doctor en ciencias políticas por la UB, estudió en Nueva York y se hizo activista en la década de los 70 en la Assemblea de Catalunya. Diputado del 1980 al 1999 y líder del PSUC y de ICV, es un enamorado del Let it be de los Beatles. Ahora le toca a él dejarlo ir definitivamente.
