Juntos se reúne de forma extraordinaria el jueves con la investidura de Sánchez sobre la mesa
La gestión del 23-J aplaza los otros debates internos del partido
BarcelonaProbablemente este verano hubiera sido muy diferente para Junts per Catalunya si la formación de Laura Borràs y Jordi Turull no fuera decisiva para la investidura de Pedro Sánchez, tras sacar a siete diputados el 23-J. Antes de la noche electoral, el ruido de sables se empezaba a oír dentro de los círculos posconvergentes: el malestar entre los cuadros llegó a su punto más álgido por los pactos postmunicipales, ya que el partido quedó fuera de tres diputaciones –pese a poderlas gobernarlo- por la negativa de la cúpula (y en particular del expresidente Carles Puigdemont) a pactar con los socialistas. Y también porque el resultado de las españolas tampoco fue el esperado: Junts no recogió los frutos del batacazo de Esquerra. Sin embargo, estos frentes se esfumaron la misma noche del 23-J: Junts tiene la clave de la investidura de Pedro Sánchez y cualquier otro debate interno queda aplazado por la decisión que debe tomar en el Congreso de Diputados.
Y en esta discusión, de momento, la ejecutiva del partido ha tenido poco que decir: la negociación la lleva directamente Puigdemont –con Turull y en contacto con Laura Borràs y Míriam Nogueras– y hasta ahora sólo ha validado las decisiones, como la de la mesa del Congreso, en última instancia. Ahora bien, este jueves tiene una cita importante en el calendario, tal y como ha avanzado El Periódico y ha confirmado el ARA: se cierra de forma extraordinaria, en Altafulla, durante toda una jornada para encarar el nuevo curso político. Y, sobre la mesa, pese al secretismo sobre el orden del día, estará la investidura del presidente español.
Junts vuelve a repetir la misma fórmula que el año pasado: antes de la Diada se reúne de forma extraordinaria para encarar la estrategia de la nueva etapa que comienza. En el 2022 este encuentro, que se celebró en Pals, dio la vuelta a la legislatura: el secretario general de Junts, Jordi Turull, compareció ante los medios de comunicación para dirigirse a Esquerra con aquel "así no podemos seguir", y uno mes y pico después el partido salía del Gobierno tras una consulta interna que lo partió por la mitad. Este año tampoco habrá ninguna decisión definitiva, pero sí se pondrán las bases para empezar la negociación con Pedro Sánchez.
Según varias fuentes consultadas, los contactos entre el PSOE y Junts son iniciales –quedó claro que la mesa y la investidura eran dos carpetas separadas– y la prueba del algodón para que siga habiendo partido en las conversaciones será el 19 de septiembre. Es la fecha en la que debe reunirse el Consejo de la Unión Europea para abordar la reforma del reglamento e introducir a petición de España la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera, una decisión que deben avalar la resto de los 27 estados miembros. En este sentido, todas las miradas apuntan a Francia.
Si en la primera no funcionara, en todo caso, fuentes conocedoras apuntan a que todavía habría otra reunión del Consell en octubre, lo que todavía daría margen de negociación a la investidura.
Y es que la consigna en Junts es que el PSOE debe "pagar por adelantado", y consideran condición sine qua non que funcione la cuestión de la oficialidad del catalán en las instituciones europeas para continuar con las conversaciones. Siguiendo este mismo método, fuentes del partido creen que cualquier compromiso del PSOE con la amnistía debería materializarse antes de la investidura: ya sea a través de una decisión del consejo de ministros –está en funciones– o tramitando las proposiciones de ley de los grupos independentistas en el Congreso. A lo largo de esta legislatura, los socialistas han vetado debates similares con los votos de PP y Vox. ¿Pero si todo esto ocurre, será suficiente para investir a Sánchez? Desde JxCat mantienen el silencio oficial, pero no es ningún secreto que el ala más octubrista –con vínculos con la ANC y la eurodiputada de Junts Clara Ponsatí, que prepara su propio partido– presionará para que no se investiga a Sánchez si no es a cambio de la autodeterminación.
Los debates aplazados
Mientras se realizan las negociaciones sobre la investidura –pilotadas en muy pequeño comité por Puigdemont–, el resto de debates internos quedan aparcados. De hecho, cualquier discusión que pueda haber se producirá en torno a si hay que investir a Sánchez o no, que puede enfrentar el ala más pragmática con la más unilateralista del partido. Esto da aire al secretario general del partido, Jordi Turull, a quien los cuadros locales responsabilizaban de la pérdida de poder institucional en el territorio por la negativa a pactar con el PSC. En pequeño comité, esta semana, por ejemplo, se criticaba que los escaños del PSC sí hayan servido para que Junts tenga grupo propio en el Congreso de Diputados y, en cambio, no se pudiera forjar una alianza con los de Salvador Illa en las diputaciones de Lleida, Barcelona y Tarragona, sobre todo con el argumento de no afectar a las perspectivas electorales de la cabeza de lista, Míriam Nogueras, de plena confianza de Turull.
En todo caso, la novedad no es que haya voces discrepantes dentro de Junts –el debate interno dentro del partido siempre está vivo–, sino que dos almas del partido que normalmente están alejadas coincidían en que las cosas no funcionaban bien: los turullistas, paradójicamente, se mostraban decepcionados con Turull, y los afines a Laura Borràs también estaban descontentos con el secretario general porque se sentían excluidos de la maquinaria de la toma de decisiones. Pero el 23-J lo ha cambiado todo.