La investidura de Salvador Illa

Salvador Illa, elegido 133º presidente de la Generalitat con los votos del PSC, Esquerra y los comunes

El líder del PSC se compromete con los servicios públicos, la amnistía y las alianzas de izquierdas en su discurso de investidura

BarcelonaMientras un operativo de los Mossos buscaba al expresidente Carles Puigdemont, Salvador Illa ha comparecido ante el Parlament para desgranar un programa de gobierno con el que quiere "unir y servir" a todos los catalanes. El candidato socialista ha rescatado este jueves ante el Parlament el lema que utilizó durante la precampaña del 12-M, cuando ya anunció que, de gobernar, centraría su labor de gobierno en la mejora de los servicios públicos. "Ha llegado la hora de unir a la Catalunya de los ocho millones", ha afirmado durante un discurso de investidura que muchos creían que no acabaría pronunciando este jueves: en caso de detención de Puigdemont, el presidente del Parlament suspenderá el pleno. Illa ha empezado su intervención elogiando la figura del expresidente Josep Tarradellas y su capacidad de tender puentes. "A él, a su sentido institucional, a su voluntad de unidad del catalanismo, a su defensa del pacto y del entendimiento, ya colaboradores de él como su delegado especial Romà Planas i Miró [exalcalde de la Roca y mentor de Illa], quiero dedicar mis primeras palabras al dirigirme a esta cámara", ha dicho.

En un discurso de 40 minutos –corto, tratándose de una investidura– e íntegramente en catalán, el candidato socialista ha reivindicado la "nación abierta y diversa" que es Cataluña dentro de una España "plurinacional" –hasta ahora, el PSC utilizaba el término pluricultural–. A lo largo de la intervención, ha hecho varias guiños a sus dos socios de investidura, Esquerra y los comunes, reivindicando las "coaliciones de progreso" como respuesta al auge de los discursos del odio en todo el mundo. Incluso ha elogiado un par de veces la contribución del presidente en funciones, Pere Aragonès, a la mejora de los servicios públicos en Catalunya durante la última legislatura, primera piedra de la "tercera gran transformación" de Catalunya que el socialista quiere ahora impulsar desde la Generalidad. La primera gran transformación –ha subrayado– la puso en marcha el expresidente Jordi Pujol desplegando las instituciones del autogobierno de Catalunya; la segunda, los expresidentes socialistas Pasqual Maragall y José Montilla, apostando por el desarrollo de las políticas sociales. En esta revisión histórica de los gobiernos de la Generalitat, Illa no ha mencionado ni a los expresidentes Artur Mas y Quim Torra –presentes en el hemiciclo– ni a Puigdemont, tres figuras políticas contra las que arremetió en campaña por su papel de promotores del Proceso.

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Tampoco ha hecho mención alguna a la situación enrarecida que se está viviendo este jueves en la cámara catalana, con la amenaza de la suspensión planeando sobre el pleno (y la votación) ante la posible detención del líder de Junts. Sin embargo, y antes de adentrarse en su hoja de ruta, Illa ha pedido que la ley de amnistía se aplique de forma íntegra y "sin subterfugios", mientras el Tribunal Supremo mantiene activa la orden de detención contra el líder de Junts. "Catalunya debe mirar adelante, no puede perder el tiempo y debe contar con todo el mundo", ha añadido. Sobre el encaje entre Catalunya y España, únicamente llamó a "afrontar sin prejuicios los conflictos políticos mal resueltos" y se comprometió a abordar posibles salidas a la convención pactada con ERC. Ninguna mención al referéndum, ni siquiera a una consulta en el marco del Estatut.

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"Acuerdos de investidura, no de legislatura"

Consciente de las reticencias en Esquerra hacia su investidura, también ha aprovechado para hacerse suyo, una vez más, el pacto para impulsar una nueva financiación singular para Catalunya: "Un paso adelante sustancial y necesario para nuestro autogobierno que no pone en riesgo el principio de solidaridad; al contrario", ha dicho. No ha entrado a detallar si supondrá, como defienden los republicanos, la salida de Catalunya del régimen común. También ha defendido el acuerdo con Esquerra para potenciar el catalán, "columna vertebral de la nación", sin hacer mención alguna al castellano ni a su papel en la escuela, uno de los puntos de fricción entre los socialistas y los socios de investidura la legislatura anterior. El nuestro es "un sí con condiciones, un sí en guardia", le respondió minutos después Josep Maria Jové (ERC), insistiendo en que los votos de los 20 diputados republicanos garantizarán la investidura de Illa, pero no la gobernabilidad si no se cumplen antes los acuerdos alcanzados. "Es un acuerdo bueno para el país. Ningún independentista puede adelantarse a estas medidas", ha remarcado Jové, con relación especialmente al pacto en fiscalidad. De hecho, Illa ha acabado reconociendo que el concierto económico no es el modelo del PSC, pero ha agradecido la "terquedad" de ERC durante la negociación para llegar a un acuerdo para mejorar la financiación catalana con el nuevo modelo.

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Ante el pacto ERC-PSC, el presidente de Junts, Albert Batet, ha erigido su partido como "alternativa independentista" ante el gobierno de Salvador Illa, que ha tildado de presidenciable de "dependencia española". En opinión de Junts, "la nación está más en peligro que nunca con la investidura de Illa", de quien recordó que reclamó la aplicación del 155 y la supresión del autogobierno de Catalunya. Batet ha intervenido en nombre de Junts mientras Carles Puigdemont sigue desaparecido. "Los Mossos buscan al presidente Puigdemont como la Policía Nacional y la Guardia Civil buscaban las urnas el 1-O", ha dicho para inaugurar su discurso, aseverando que espera que antes de que acabe el plenario Puigdemont "pueda ejercer sus derechos como a electo y como diputado del Parlamento" ―informa Núria Orriols.

Alianzas

Del acuerdo con los comunes, Illa ha destacado el compromiso en políticas de vivienda y por "una fiscalidad de izquierdas que no incluirá excepciones" -por ejemplo, la del Hard Rock, que se han comprometido a eliminar–. Pero Illa, que prepara ahora un Gobierno monocolor y transversal, ha querido avisar de que éstos son pactos "de investidura, no de legislatura". Esquerra y los comunes serán sus "socios preferentes", pero su Govern –ha dicho– dialogará "con todo el mundo que quiera". "Con Junts, con el PP y con la CUP. Pese a las diferencias, importantes, creo que en algunas cosas podemos entendernos", ha añadido.

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También hizo especial énfasis en las políticas de seguridad –prevé incrementar la plantilla de Mossos hasta los 22.000 agentes en el 2030–, las de transición ecológica, las de infraestructuras y las de educación, que será una "prioridad" para su Gobierno . Su intención es hacerlo con acuerdos con la oposición "siempre que se pueda", pero siendo radical -ha dicho- "en la defensa de los intereses de Catalunya". "A esta Catalunya, la Catalunya de todos, he venido a servir, si ustedes, señoras y señores diputados, me otorgan la confianza para presidir la Generalitat de Catalunya", concluyó.

De las cuatro revoluciones a las tres transformaciones

En mayo de 2021, cuando Pere Aragonès compareció en el Parlament para pedir la confianza de la cámara, se comprometió a impulsar "cuatro grandes revoluciones": la social, la democrática, la feminista y la verde. En su discurso de este jueves, y tal y como ya hizo en campaña, Salvador Illa se ha comprometido a emprender la tercera "gran transformación" de Catalunya con la mejora de los servicios públicos. En tres años y pico, Cataluña ha pasado de las cuatro revoluciones a las tres transformaciones.