Debate del estado de la nación

Sánchez pasa a la ofensiva: impuesto a la banca y gratuidad de los abonos de Cercanías

El presidente español aprovecha el debate del estado de la nación para escenificar un giro a la izquierda

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El presidente español, Pedro Sánchez, durante el debate del estado de la nación al Congreso

MadridEl presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se ha presentado al debate del estado de la nación en el Congreso con una potente batería de medidas para hacer frente a la inflación y, sobre todo, para pasar a la ofensiva y rearmar ideológicamente su ejecutivo ante la derecha. "Vamos a ir a por todas", ha repetido en varias ocasiones. Las dos medidas más importantes son la gratuidad de los abonos de Cercanías y media distancia de Renfe entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre y el anuncio de un impuesto a la banca, pero hay otros como el de una beca suplementaria para estudiantes o un plan para reforzar las competencias digitales en la enseñanza. Con estos anuncios, Sánchez escenifica el giro a la izquierda que ya inició con el impuesto a las eléctricas que anunció hace unas semanas y que le reclamaban tanto sus socios de coalición, Unidas Podemos, como socios de investidura como ERC y EH Bildu.

"Los abonos de más de un viaje serán gratuitos entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre", ha anunciado Sánchez, que justo antes había señalado la necesidad de promover el uso del transporte público como una de las claves para luchar contra el aumento de los precios de la energía. Hay que recordar que el gobierno español ya había anunciado una rebaja del 50% en los abonos, pero ahora lo aumenta hasta el 100% en los trenes operados por Renfe. La medida se suma a la rebaja del 30% del transporte metropolitano que la Generalitat ya ha dicho que complementará hasta el 50% a partir del 1 de septiembre. Sánchez también ha anunciado un nuevo impuesto excepcional y temporal (dos años) a las entidades financieras, a las cuales ha acusado de estar beneficiándose del aumento de los tipos de interés, y con el cual espera recaudar 1.500 millones de euros al año.

También ha precisado que con el impuesto a las eléctricas que ya anunció desde la Moncloa el día que se aprobó el último real decreto de medidas contra la guerra espera ingresar 2.000 millones al año. Será un impuesto sobre los beneficios extraordinarios que están teniendo "los grupos energéticos dominantes en el campo eléctrico, el del gas y el petróleo". Junto a estas medidas fiscales para obtener más recursos fiscales, Sánchez ha desgranado otros que son de gasto como por ejemplo el de una nueva ayuda de 100 euros mensuales que recibirán entre septiembre y diciembre todos los estudiantes de más de 16 años que actualmente ya están recibiendo una beca pública. "Nadie tiene que abandonar los estudios en España por una cuestión económica", ha dicho. También ha anunciado un plan para reforzar las capacidades digitales en la enseñanza obligatoria y la creación del Centro Estatal de Salud Pública para reforzar la respuesta ante emergencias como el covid.

El anuncio más importante, sin embargo, ha sido el de la gratuidad de Cercanías, aunque llega sin ningún detalle sobre cómo se hará a la práctica esta reducción que, según apuntan fuentes de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), se prevé “compleja” porque en Catalunya el sistema de billetes es integrado y con un mismo abono se puede viajar, por ejemplo, en bus, metro y Cercanías. El ministerio de Transportes tampoco da, a estas alturas, más detalles de cómo se hará efectiva esta rebaja, ni de cuántos ciudadanos se acabarán beneficiando, pero apuntan que la reducción es “necesaria” por “el incremento sostenido de precios de la energía y los combustibles” y que se financiará con un crédito extraordinario. El vicepresidente y conseller de Territorio, Jordi Puigneró, ya ha tildado la medida de “populista” y tiene previsto comparecer esta misma tarde para explicar el punto de vista del Govern sobre la decisión.

Origen de la inflación

Sánchez ha subrayado que se esforzará "por defender las clases medias trabajadoras" aunque esto lo convierta en un gobernante "incómodo para los poderosos". El presidente español ha intentado hacer un ejercicio de empatía con la ciudadanía, y por eso ha iniciado el debate admitiendo que la inflación está castigando los hogares de una manera no vista en décadas. "Soy plenamente consciente de las dificultades cotidianas de la gente para llegar a final de mes", ha dicho.  El presidente español ha aprovechado el debate para dar una prolija explicación sobre las causas de la inflación, que básicamente ha atribuido a los cuellos de botella de los suministros de materias primeras y a la invasión rusa de Ucrania. Y ha argumentado con cifras que la inflación española no es ninguna excepción. "Si no, ¿por qué hay ocho países de la Unión Europea con una inflación más alta?", se ha preguntado. "El 75% de las economías desarrolladas se están viendo afectadas por la inflación", ha resumido.

El discurso ha sido recibido con euforia y entusiasmo tanto por el PSOE como por Unidas Podemos, que consideran que marca el camino del ejecutivo en el año y medio que queda de legislatura. "Ha sido un discurso magnífico", ha resumido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Por el contrario, la derecha ha evitado valorar las medidas y se ha limitado a lanzar una crítica genérica. La portavoz popular, Cuca Gamarra, ha calificado el discurso de "insultante" y "sin autocrítica", mientras que el de Vox, Ivan Espinosa de los Monteros, ha llamado a poner fin a un "proyecto político macabro", en referencia a la defensa que ha hecho el presidente español de la eutanasia o el aborto.

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