Crónica

Sánchez presenta su nuevo 'think tank' para combatir a la ultraderecha: "No es suficiente con tener razón, hay que ganar"

El presidente español llama todo el progresismo a sumarse a la labor de la Fundació Avança

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Pedro Sánchez durante la presentación de la Fundación Avanza

MadridSi hay un líder progresista en Europa que entendió que para derrotar a la derecha debía ganarse antes la llamada batalla cultural, éste es Pedro Sánchez. Y hoy ha expresado esa idea con una frase meridiana. "No es suficiente con tener razón, hay que ganar para convertir esta razón en políticas. La mejor manera de combatir la extrema derecha es gobernante", ha dicho en la presentación de la Fundació Avança, un nuevo think tank progresista que aspira a rebasar los límites del PSOE.

Esta es una clave muy importante. El presidente español se ve a sí mismo como la punta de lanza de un combate global, hasta el punto de que quiere que el nuevo laboratorio de ideas esté al servicio del gobierno más que del partido, y, sin decirlo abiertamente, más en concreto, de lo que representa su figura o lo que podríamos calificar de sanchismo. El presidente de la fundación, Manuel Escudero, ha subrayado la importancia de ganar la batalla ideológica para ser capaces, como hace la ultraderecha, de convertir a las grandes ideas "en conceptos sencillos, comprensibles y de importancia para la vida diaria de la gente ". "Vamos a intentar ser uno de los faros del progresismo en el ámbito internacional", ha añadido.

Tertulianos y filósofos

El acto de presentación ha reunido a la flor y nata de la intelectualidad progresista española en el espacio Próxima Estación de Madrid. Muchos de ellos participan directamente en el patronato o en el consejo científico. Es el caso de, por ejemplo, habituales de las tertulias de la SER como Cristina Monge y Mariola Urrea, o el poeta y director del Instituto Cervantes Luis García Montero. En las primeras filas filósofos como Daniel Innerarity o antiguos dirigentes como Diego López Garrido escuchaban las intervenciones.

Sánchez ha insistido en la necesidad de hacer llegar a la gente los resultados de sus políticas económicas, consciente de que el 23-J ganó más por el miedo a Vox que por sus propios logros de gestión. "El modelo español funciona", ha insistido. Y también ha aprovechado la ocasión de las elecciones francesas para lanzar un mensaje al PP: "Frente a la ultraderecha no caben colores, sino demócratas".

El acto, como todos los que el PSOE celebra en Madrid, sirve también para infundir autoestima en la tropa. Son ocasiones en las que en un espacio reducido se pueden ver cargos del gobierno español, diputados, tertulianos afines y militantes, que aprovechan para intercambiar impresiones. La procesión de coches oficiales y el despliegue policial se convierten también en una demostración de fuerza en un territorio hostil. Entre los ministros estaban María Jesús Montero, Óscar Puente y José Luis Escrivá. Josep Borrell ha entrado en el espacio hablando inadvertidamente por teléfono (quizás con algún dirigente internacional ahora que agota sus días como jefe de la diplomacia europea), hasta que su pareja, Cristina Narbona, le ha reconducido hasta la sala vip de la entrada.

A los corrillos los militantes y cargos hablan de política internacional y se saludan muy cariñosamente, como es costumbre en Madrid. Cuando se les pregunta por la situación en Catalunya ponen cara de espanto, como queriendo decir: "¿Pero no hemos ganado y ya está?" Nadie parece consciente de que toda esa España progresista depende de los votos de los independentistas catalanes. Pero cuando se trata de salvar el mundo de la amenaza de la extrema derecha, ¿qué importancia tiene esto de Cataluña?

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