Política española

Sánchez reconoce las dificultades pero mantiene que agotará el mandato: "Queda mucho trabajo por hacer"

Feijóo le avisa de que no cuente con el PP y niega que el caso Montoro "el equipario" con el PSOE

MadridPedro Sánchez tiene entra ceja y ceja que quiere agotar la legislatura actual. Esto significa mantenerla viva hasta el 2027. Aunque ha llegado al ecuador del mandato en un momento marcado por la debilidad en el Congreso de los Diputados y perseguido por la sombra de la corrupción con el caso Cerdán, que acorrala al PSOE, Sánchez no tira la toalla. "Queda mucho trabajo por hacer y mucha legislatura", ha afirmado el presidente del gobierno español este lunes, en cuanto ha empezado el balance de curso antes del paro por vacaciones, en el que ha presentado el informe Cumpliendo.

La idea ha sido reiterada en varias ocasiones a lo largo de la comparecencia de este lunes, incluso hacia el final: "Las legislaturas duran cuatro años", ha dicho. elecciones, una circunstancia que Sánchez ya conoce. coincidiendo con el inicio del juicio del Proceso, ERC le tumbó los presupuestos para ese año y Sánchez convocó elecciones anticipadas. Sin embargo, el contexto de entonces era muy diferente: el PP venía de perder el poder a raíz de la moción de censura a Mariano Rajoy en el 2018, después de que el partido fuera condenado por corrupción, y todas las encuestas vaticinaban una victoria de los socialistas.

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Sea como fuere, Sánchez ha asegurado que la intención del gobierno es presentar un proyecto de presupuestos del Estado para 2026, aunque ya va tarde si se tiene en cuenta el procedimiento habitual. Ahora bien, si acaba prosperando o no, es otra cosa: "Somos un gobierno de coalición con una minoría parlamentaria, pero trabajaremos con todos los grupos para convencerles de que son buenos presupuestos [...] ¿Qué hago si no los aprueban? Trabajaré para convencerlos", ha dicho. La pregunta que lleva días planeando sobre este debate es si Sánchez presentará unos presupuestos aunque no tenga los votos necesarios ligados, es decir, si se tirará a la piscina pese a estar vacía. De hecho, el balance de este lunes ha llegado después de que la semana pasada el Congreso tuviera el decreto energético para reforzar el sistema eléctrico. Aparte del PP, Junts, Podem y el BNG votaron en contra. El ejecutivo trabaja ya para aprobar algunas medidas que no requieran el aval de la cámara baja. "En todo caso, además de unos presupuestos del Estado tenemos una herramienta fantástica que son los fondos europeos, y que también son otros presupuestos", acabó planteando Sánchez.

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Lo cierto es que los presupuestos del Estado son una de las pruebas de fuego más importantes, o la principal, para presumir de estabilidad, pero también de proyecto de gobierno. Si en el 2026 no logra aprobar unas cuentas, Sánchez podría verse abocado a acabar el mandato sin haber aprobado nuevas cuentas (el calendario electoral suele complicar, aún más, las negociaciones).

Recoger la confianza con los socios

Este anhelo de tener nuevas cuentas públicas choca con un horizonte que, al menos a corto plazo, no se plantea plácido. La relación, siempre débil, con los socios de investidura, en particular con Junts y Podem, no atraviesa su mejor momento y, en gran parte, es por el estallido del caso Cerdán (también caso Koldo o caso Ábalos). La causa abierta que ha llevado al hasta ahora número tres de los socialistas, Santo Cerdán, en prisión provisional por presunta corrupción ha supuesto, entre otras cosas, una grieta en la confianza con todos ellos hasta el punto de que ha planeado la idea de una moción de confianza.

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Además, en el caso de los junteros se añaden las quejas por los incumplimientos del PSOE con cuestiones como la oficialidad del catalán en Europa o la aplicación de la ley de amnistía y que mantiene en el aire el regreso Carles Puigdemont. "[Nuestro voto] no puede darse por supuesto", le advertía este domingo el expresidente de Junts en el PSOE. Durante el balance, Sánchez defendió la norma y volvió a dejar la puerta abierta a reunirse con Puigdemont. Pero tampoco puede decirse que la relación viva una luna de miel con el PNV o ERC, aunque los primeros se mantienen en el equilibrio constante porque gobiernan en el País Vasco gracias a los socialistas. Para los republicanos, que este martes verán cómo se da un paso más en el traspaso de Cercanías con la aprobación de la nueva empresa mixta, la materialización definitiva del modelo de financiación es la piedra en el zapato. "Las negociaciones [con Hacienda] van mal", ha lamentado el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, este lunes.

El PP sale en tromba

Con quien seguro que no podrá contar Sánchez es con el PP.la rueda de prensa de balance, el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, ha advertido al presidente español de que no cuente con el PP cuando le falle la mayoría plurinacional en el Congreso.

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Además de esta puerta cerrada a cualquier tipo de entendimiento, los socialistas llevan tiempo conviviendo con los dardos constantes de los populares, a los que la sombra de la corrupción vuelve a perseguir a raíz del estallido del caso Montoro, y la presión sobre Sánchez para que convoque elecciones anticipadas. De hecho, Feijóo ha pedido a los suyos que se pongan en modo electoral y estén preparados para realizar una "limpieza total" del "sanchismo" una vez lleguen al Palacio de la Moncloa. Para el PSOE, el caso Montoro se ha presentado como una de las pocas oportunidades para desviar el foco de los casos que le salpican a él, mientras que el PP niega que sea "equiparable" en el caso Santos Cerdán. "Sánchez ha salido a dar un mitin sobre lo bien que gobierna, sin tener mayoría, ni palabra, ni presupuestos. Sólo tiene corrupción, comisiones y audios", ha aseverado Feijóo.

Economía y política exterior

Pero ni todos los quebraderos de cabeza anteriores, ni las causas abiertas a los tribunales que salpican el entorno de Sánchez, y por las que tomó la decisión de reflexionar durante cinco días, han llevado al gobierno español a caer en el desánimo, o al menos así lo ha trasladado el jefe del ejecutivo. En medio de todo el estruendo, Sánchez se aferra a la economía. Este lunes no ha dudado en sacar pecho de la llegada de turistas extranjeros en verano, del número de afiliados en el mercado laboral o del crecimiento del PIB. "Ante el catastrofismo de los de siempre, el optimismo de los datos", ha afirmado. Asimismo, se abandera de liderar una política exterior en cuanto a la guerra en la Franja de Gaza, pero también en Ucrania, que pese a iniciar en solitario acaba sumando adeptos, como es el caso del reconocimiento de Palestina. En este sentido, Sánchez ha anunciado el envío este viernes de comida a Gaza para ayudar a combatir el hambre.

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Con todo, la comparecencia de este lunes ha comenzado con un choque entre PSOE y Sumar sobre la mesa por los nuevos permisos remunerados por nacimiento y cuidado de los hijos. Por último, ambos socios del gobierno de coalición han llegado a un entendimiento para que este martes el consejo de ministros apruebe las nuevas prestaciones, como exigía Sumar. Para la formación que pilota la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, este decreto es como un balón de oxígeno para poner el foco en lo social y dar un impulso a la legislatura, sobre todo ahora que Sánchez está decidido a agotarla.