Arrimadas intenta frenar la crisis con leves retoques a la dirección
Toni Cantó dimite de la ejecutiva de Cs y entregará el acta de diputado
Madrid / BarcelonaEl fiasco de la moción de censura fallida que Ciudadanos presentó la semana pasada en Murcia ha desencadenado una oleada de críticas internas que sigue a pesar de los esfuerzos de Inés Arrimadas para sofocarlas. "Por supuesto que hemos cometido errores", ha admitido la líder naranja en una declaración sin preguntas, en LA que ha denunciado una operación para "acabar" con el partido. Después de una semana en el ojo del huracán, finalmente ha optado este lunes por apartar de su núcleo duro a Carlos Cuadrado y José María Espejo-Saavedra, figuras hasta ahora de su máxima confianza. Han dimitido como vicepresidentes, pero se mantienen en el comité permanente. Además, Arrimadas ha ampliado el órgano de dirección del partido para incluir a dirigentes territoriales, como pedían algunos de ellos desde la derrota del 14 de febrero en Catalunya. Una serie de cambios que no han convencido al líder de Cs en el País Valenciano, Toni Cantó, que esperaba una actuación más contundente, y por eso ha rechazado la oferta de entrar en el comité permanente y ha presentado la dimisión de todos sus cargos.
"Creo que hay que asumir responsabilidades y no lo están haciendo", ha criticado en declaraciones a La Sexta, en las que ha tildado la moción en Murcia de "ridícula" y ha defendido una candidatura conjunta con el PP en las elecciones de Madrid (un Madrid Suma). "No parece que estén por la labor, pero en cualquier caso no podemos ir con Ignacio Aguado [como candidato]", ha denunciado. "Dimito, entregaré mi acta de diputado", ha anunciado, y ha enviado "un recuerdo a Albert Rivera, que dio una lección de cómo se comporta un señor que sabe lo que es la política", en referencia a su dimisión después de la derrota del 10-N. Cantó ha negado de momento sumarse a las filas del PP, como han hecho otros dirigentes naranjas, pero con sus palabras deja claro que el debate sobre la ubicación ideológica de Cs -como aliado natural de los conservadores o de los socialistas- sigue generando discordia.
Arrimadas ha propuesto en la reunión de la ejecutiva un comité permanente formato por la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís; el número dos de Arrimadas en el Congreso, Edmundo Bal –que asumiría el cargo de portavoz–; el ex vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, y el vicepresidente andaluz, Juan Marín, confirman fuentes del partido. Marina Bravo (diputada en Catalunya) continuaría como secretaria general, junto con Borja González, que se mantiene de secretario de organización. Además, se añaden al órgano el eurodiputado Jordi Cañas; el coordinador de Aragón, Daniel García; los diputados del Congreso Guillermo Díaz y Sara Giménez, y el portavoz al Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner. Dotando de más capacidad de participación interna a algunas de las figuras más destacadas del partido, Arrimadas ha buscado dar una imagen de unidad ante los momentos convulsos que vive el partido.
En una comparecencia rodeada de este equipo, la líder de Cs –hace un año que asumió el cargo– ha lamentado no haber sabido "explicar" la "insostenible" situación que se vivía en Murcia y que los llevó a presentar una moción de censura contra el gobierno de Fernando López Miras. Se han asumido responsabilidades, ha recalcado: "Dos personas de mi máxima confianza han dado un paso al lado". "Somos muy buenos socios, pero muy malos cómplices", ha asegurado, y ha insistido en que Cs es un partido "incómodo" porque denuncia la "corrupción". Arrimadas no se ha referido en ningún momento a la dimisión de Cantó, después de una airada intervención –según fuentes presentes– en la reunión de la ejecutiva. Quien sí ha valorado los hechos es su segundo, Edmundo Bal, que ha dado por hecho que el diputado valenciano pasará a las filas del PP, y ha lamentado que haya dimitido a través de los medios. Según una fuente de la ejecutiva, Arrimadas ya sospechaba este desenlace después de las críticas abiertas que Cantó había hecho a la actuación del partido. En el mismo sentido, el portavoz de Cs en el Congreso ha asegurado que el resto de miembros del comité ejecutivo (35) han secundado el apoyo "por unanimidad" a dos propuestas: el rechazo a las maniobras del PP para captar dirigentes naranjas y la reivindicación de Cs como proyecto necesario y de centro.
Cuadrado, blanco de las críticas
Desde hace un mes, las críticas internas se habían centrado especialmente en la figura de Cuadrado, mano derecha de Arrimadas, que lideró el acercamiento al PSOE en el Congreso y dirigió la campaña de las catalanas, donde Cs perdió 30 diputados. Además, las críticas a la forma de toma de decisiones de la nueva presidenta de Cs han ido en aumento desde que accedió al cargo. Varias fuentes apuntan que, si Albert Rivera ya ejercía un control vertical del debate interno, Arrimadas ha prescindido de él y se ha encerrado durante su primer año como líder en su hueso duro. Buena parte de la ejecutiva del partido se enteró de que Cs impulsaría una moción de censura en Murcia poco antes de que lo anunciara la prensa, la misma mañana. Esta ha sido una de las cosas que más ha molestado a los dirigentes autonómicos, algunos de los que mantienen gobiernos con el PP y se vieron directamente afectados por la situación.
Abrir el órgano de toma de decisiones a los dirigentes territoriales puede ayudar ahora a Arrimadas a apaciguar el ánimo de algunos barones territoriales. Pero también se añade a esta guerra interna el enfrentamiento que mantiene con la antigua ejecutiva de Albert Rivera, descontenta con el giro hacia el PSOE. Un conflicto hasta ahora sepultado, pero que ya ha estallado a la luz pública después de que el ex secretario de organización, Fran Hervías, anunciara este fin de semana a El Mundo el salto al PP. El caso de Hervías, a quien la cúpula señala como uno de los instigadores de la deserción de tres diputados de Cs en Murcia, que se han negado a votar la moción de censura impulsada por su partido y han optado por apoyar al PP, ha instalado el miedo en la ejecutiva naranja de las deserciones en masa. Teniendo en cuenta la importante agenda de contactos dentro del partido del ex secretario de organización, este miedo no es infundada. Y se suma otro riesgo: el de la convocatoria de un congreso extraordinario que pueda forzar la refundación de Cs y que amenazaría directamente a Arrimadas. Una opción que algunos sectores de todo el Estado –como los críticos catalanes bajo el paraguas de Renovadores– tienen encima la mesa, pero que puede perder fuerza si los cambios impulsados hoy convencen internamente.
El liderazgo de Arrimadas queda debilitado por la cadena de errores que ha protagonizado en los últimos meses. La líder naranja cogió las riendas de un partido ya sometido a una pugna interna entre sectores. Como partido que aspira a pactos tanto con el PP como con el PSOE, las tiranteces entre las dos almas (centroderecha y centroizquierda) inciden en una cúpula malograda por su incapacidad de remontar los males resultados del 10-N en las vascas, gallegas y catalanas. No obstante, varias fuentes descartan que su lugar como presidenta de la formación esté en entredicho. De hecho, esta mañana buena parte de los dirigentes han cerrado filas a su alrededor, como Aguado o el propio Marín.
"Defenderemos que Cs es un proyecto necesario y urgente para evitar la polarización y yo haré todo lo que esté en mi mano", ha recalcado Aguado, insistiendo en defender a "Arrimadas al frente" del proyecto. Marín ha apoyado a Arrimadas en el momento de entrar en la sede estatal del partido. Ha considerado que es importante diferenciar entre dos PP: el de Teodoro García Egea (el número dos de Pablo Casado, quien ha llevado las negociaciones en Murcia) y el PP que gobierna en coalición en Andalucía y Castilla y León. Tanto él como Villacís han maniobrado en la última semana para mantener sus pactos de gobierno con los conservadores al margen de la guerra abierta entre los dos partidos, mientras que Castilla y León también ha cerrado filas con el PP y ha descartado apoyar en la moción de censura al gobierno autonómico presentada por los socialistas.
El coordinador de Cs en Aragón, Daniel Pérez, ha insistido en que "en ningún caso" está en entredicho el liderazgo de Arrimadas, y ha defendido "el espacio de centro" que tiene que ocupar su partido. También el coordinador de Cs en Cantabria, Féliz Álvarez, ha ironizado con que "estamos siendo el meme de nuestro propio partido, y esto no puede ser". En declaraciones recogidas por Efe, ha asegurado que los que han dirigido las operaciones (en referencia a Espejo y Cuadrado) tienen que asumir sus responsabilidades, pero ha rechazado que Arrimadas tenga que dimitir.