La gran batalla entre Alemania y España por el catalán en la UE: "Puede ser un paso atrás"
Al menos una decena de países han mostrado reparos en el encuentro, sobre todo por las dudas legales que tienen sobre la propuesta
BruselasEn la séptima tampoco va la vencida. La Unión Europea ha vuelto a aplazar la votación sobre la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera la séptima vez que España trae esta iniciativa en el Consejo de Asuntos Generales de la UE. Según informan fuentes diplomáticas al ARA, gran parte de los Estados miembros se mantienen reacios a la iniciativa y al menos diez países han intervenido en la reunión para expresar abiertamente las dudas legales que tienen sobre la propuesta. El representante más contundente volvió a ser el secretario de estado por Europa de Alemania, Gunther Krichbaum, y varias fuentes aseguran que mantuvo una conversación subida de tono con el secretario de estado para la UE de España, Fernando Sampedro.
La discusión ha comenzado cuando el representante alemán ha asegurado de forma "bastante contundente que legalmente es inviable" y el representante español ha reaccionado de forma "agresiva". "Esto no ha ayudado al debate, en absoluto. Puede suponer incluso un paso atrás [por la iniciativa]", añade otra fuente. "No ha sido dramático, pero se ha respirado tensión", añade otro diplomático presente en la sala de la reunión.
Ante la negativa alemana, España ha subido la apuesta y fuentes diplomáticas informan que la Moncloa ha propuesto que la entrada en vigor de la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera vayan condicionadas a una sentencia positiva del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Sin embargo, el gobierno español no ha podido convencer al germano y Alemania se opone a toda costa. Y, además, no está sola: al menos ha contado con el apoyo de Italia, Francia, Finlandia, Suecia, Bulgaria y Croacia.
A su vez, los servicios jurídicos del Consejo de la UE han insistido en que es necesario cambiar los tratados para incluir el catalán, el gallego y el euskera como lenguas oficiales, tal y como informó el ARA este jueves. En la misma línea, consideran que no es lo mismo añadir más lenguas oficiales en encuentros ministeriales o en el Comité de las Regiones de la UE que en el global de las instituciones europeas, ya que representaría mucho más trabajo y recursos en la traducción de todos los documentos legales. Sin embargo, el secretario de Estado para la UE español insistió en declaraciones a los medios que los "tratados son muy claros" y que, por tanto, no habría que modificarlos.
La voluntad de Alemania de entorpecer la iniciativa llega hasta el punto de que ha pedido aplazar el debate del catalán porque su secretario de estado por Europa y de Asuntos Exteriores hacía tarde y no podía estar presencialmente. Así, el Consejo de la UE, que ahora preside Dinamarca, accedió a la petición de Krichbaum y cambió el orden del día; primero se han discutido los próximos presupuestos europeos y después la propuesta española sobre las tres lenguas. De hecho, el Consejo de la UE de este viernes se ha centrado sobre todo en debatir sobre las próximas cuentas generales de la UE, y la propuesta de España ha quedado completamente relegada a un segundo plano.
Además, sólo cuatro países —Bélgica, Eslovaquia, Chequia y Eslovenia— se han pronunciado a favor de la iniciativa y, además, buena parte de los estados que siempre se han mostrado más favorables también han pedido más tiempo. "Las tradiciones son importantes, pero ahora realmente, realmente, no es el momento", ha resumido en declaraciones a la prensa Xavier Bettel, ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, país favorable a la iniciativa. Por el contrario, el representante luxemburgués ha dado prioridad a discutir sobre cuestiones relativas a la guerra de Ucrania y de Gaza.
La Moncloa sube el tono contra los socios europeos
Da igual la oposición de buena parte de los estados miembros y de la opinión de los servicios jurídicos del Consejo de la UE, que Moncloa insiste en que ha aplacado todas las dudas legales y económicas del resto de socios europeos, y atribuyen su oposición a motivos políticos. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, que no ha asistido al encuentro del Consejo de la UE como había hecho en ocasiones anteriores, ha tildado de "inaceptable" que algunos países digan que "tienen dudas" pero no expresen "cuáles son ni se sienten con España a trabajarlos". "Esto no son dudas legítimas; es simplemente una táctica dilatoria", ha dicho en una entrevista en la SER Catalunya.
En la misma línea, Sampedro ha acusado a algunos países de "secuestrar" y "retrasar" de forma innecesaria la tramitación de la propuesta, y se ha ofrecido a entregar más información a los estados miembros reticentes ya solicitar más informes sobre las consecuencias potenciales de la iniciativa a la Comisión Europea y el Consejo de la Comisión. Además, hace tiempo que el gobierno español acusa al PP de aprovechar la influencia de la familia política conservadora a escala europea, que es la que tiene más gobiernos en el bloque comunitario, para poner trabas a la iniciativa. De hecho, la gran oposición de Alemania a la iniciativa empezó precisamente cuando los conservadores, con Friedrich Merz al frente, recuperaron la cancillería germana en detrimento de los socialdemócratas, que parecían mostrarse abiertos a aceptar la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera en la Unión Europea.
A su vez, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha asegurado que no va a parar de trabajar para conseguir la oficialidad del catalán en la UE. "No vamos a parar porque es un asunto relevante", ha dicho el dirigente socialista desde un acto en Vigo. Al poco, le contestó, a través de las redes, el expresidente Carles Puigdemont, quien le reprochó que, hasta que no lo pidió Junts, al PSC y el PSOE "les importaba un rábano" y "ponían bastones en las ruedas". "Si hubiera hecho los deberes cuando tocaba, hoy nuestra lengua ya sería oficial", ha twittado el líder juntero.