La UE rebaja las expectativas sobre el catalán y no le llevará a votación
El Consejo de la UE confirma que los Estados miembros sólo discutirán la oficialidad de la lengua catalana y no prevén tomar una decisión definitiva
EstrasburgoNueva jarra de agua fría de la Unión Europea en España sobre la oficialidad del catalán, gallego y euskera en las instituciones europeas. Ante las reticencias de varios países, la presidencia del Consejo de la UE ha decidido no llevar a votación el reconocimiento de la lengua propia de Catalunya en el próximo Consejo de Asuntos Generales del 18 de julio, tal y como había pedido el gobierno español. De esta forma, según consta en la agenda del encuentro ministerial, los Estados miembros sólo discutirán sobre la iniciativa presentada por la Moncloa y no prevén tomar ninguna decisión definitiva.
Sin embargo, la agenda del Consejo de Asuntos Generales incluye un asterisco en el apartado de la discusión sobre el catalán y añade que España podría pedir que se votara. De todas formas, fuentes diplomáticas apuntan al ARA que este tipo de iniciativas solo suelen llevarse a votación cuando tienen suficiente apoyo para salir adelante. De hecho, en el último encuentro ministerial en el que se preveía votar sobre la oficialidad del catalán finalmente no se llevó a votación ante la oposición explícita que expresaron al menos siete estados miembros.
Así pues, fuentes diplomáticas de varios países confirman que todavía la situación sobre la iniciativa no ha cambiado demasiado respecto al último Consejo de Asuntos Generales en el que se discutió. En este sentido, apuntan que hay algunos países que siguen oponiéndose, como Alemania. Cabe recordar que el gobierno alemán fue el primero en pedir el turno de palabra en el último encuentro y amenazó con vetar la iniciativa, que requiere unanimidad para ser tramitada, si España y el Consejo de la UE forzaban una votación a pesar de las reticencias de los socios comunitarios.
Sin embargo, fuentes de la Moncloa apuntan a que siguen trabajando para desvanecer las dudas que levanta la propuesta española en algunos países. El principal temor de estos estados es que la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera reavive reivindicaciones de comunidades lingüísticas minoritarias o minorizadas en sus respectivos territorios. Por otra parte, también son escépticos respecto a que legalmente sea posible aprobar esta iniciativa sin modificar los tratados de la UE o que realmente España acabe asumiendo sus costes de traducción e interpretación. Unas condiciones que España mantiene que son posibles.