Mapa: cuáles son los estados favorables, reacios e indiferentes a la oficialidad del catalán en la UE

Las grandes potencias europeas, con Alemania y Francia a la cabeza, muestran reticencias pese a la ofensiva española

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Bruselas / BarcelonaLa ofensiva de última hora de la Moncloa para que los estados europeos votaran a favor de la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera no ha surtido efecto. Una decena de países, entre ellos Alemania, Italia y Finlandia, han puesto sobre la mesa el aplazamiento de la decisión durante la discusión dentro del consejo -que se hace a puerta cerrada- alegando dudas económicas, jurídicas y técnicas. Es decir: ¿Cuánto cuesta y quién lo paga? ¿Es necesario cambiar los tratados? ¿Cómo afectará a las minorías de otros países si crea precedente? ¿Cómo se implementaría?

La mayoría de los Veintisiete se han mostrado reacios a la incorporación de las tres lenguas y piden más tiempo para estudiar la medida, aunque España también va sumando algunas adhesiones por el camino. Menos de una decena de estados apoyan claramente la propuesta. catalán el 24 de junio, o bien más adelante en septiembre, al inicio de curso político y cuando se empiecen a negociar presupuestos; dependerá de lo que pida España y acepten al orden del día

Cada vez son más los Estados miembros que están a favor de la iniciativa, aunque siguen siendo minoritarios. Los aliados habituales en cuestiones de diversidad lingüística, como Bélgica (tiene tres idiomas oficiales en sus respectivas regiones: el francés, el flamenco y el alemán) e Irlanda, que logró en 2022 que el irlandés recibiera el estatus efectivo de lengua oficial de la UETambién están a favor Chipre, Eslovenia, Dinamarca, Rumanía, Portugal y Hungría, que siempre nada a contracorriente de la mayoría del bloque.

EN CONTRA

Presiones políticas

Fuentes conocedoras de las conversaciones del Estado con otros socios europeos apuntan a que el PP presionó a Italia, Alemania y Hungría para que lo bloquearan. De hecho, lo mismo PP catalán admitió llamadas para tratar de tropezar la iniciativa y Vox aseguró que Génova les había pedido que presionaran a los líderes de las familias de extrema derecha, como el húngaro Viktor Orbán y la italiana Giorgia Meloni. El diario Abc también informa que Génova se ha puesto en contacto con el ministro de Exteriores de Italia, Antonio Tajani, que está cercano al PP español y se habría comprometido a poner trabas a la iniciativa. En este sentido, Italia ha sido uno de los primeros países en pedir el turno de palabra, y ha abogado por aplazar la votación y pedir un informe a los servicios jurídicos del Consejo de la UE.

Reticencias por motivos legales y de coste económico

Alemania, gobernada ahora por el conservador Friedrich Merz, fue uno de los países más contundentes en contra de la propuesta española. Fue el primer país en pedir el turno de palabra, instó a aplazar la votación y amenazó con votar en contra si no se retiraba. Sin embargo, su argumento principal no es teóricamente político, y asegura que sólo quiere más garantías jurídicas. También se han posicionado en este sentido Croacia, Chequia, Países Bajos y Austria. Además, la mayoría de estos estados miembros, que son dogmáticos de la austeridad y contrarios a incrementar el presupuesto de la UE, temen que España legalmente no pueda sufragar los costes que supondría la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera y deban acabar pagando su parte respectiva.

Reticencias porque temen que establezca precedente

El principal temor que tienen una parte importante de los estados miembros es que la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera establezca precedente y anime a otras comunidades lingüísticas minorizadas en su territorio a reivindicar el mismo reconocimiento. nórdicos (Finlandia y Suecia), que tienen varias minorías. Por el contrario, Dinamarca, aunque tiene el feroés, con 80.000 hablantes, se ha mostrado abiertamente favorable.

Francia se caracteriza por tener poco respeto por la diversidad lingüística, y oficialmente incluso ha declarado que no tiene minorías étnicas, religiosas o lingüísticas, aunque, entre otros, hay hablantes de bretón, vasco, catalán, occitano, alsaciano y corazones Cualquier movimiento favorable a la diversidad lingüística se muestra escéptica, aunque no frontalmente contraria. Hay que recordar que el estado búlgaro tampoco reconoce a sus minorías lingüísticas, como la turca.

Indiferentes

En el último grupo de estados se encuentran los que prefieren no decantarse por ninguna de las dos posiciones para evitar entrar en polémica o porque les es indiferente cuál es la decisión final. Algunos son Grecia, Luxemburgo o Malta. Y, en cuanto a Polonia, mantiene la neutralidad porque es el país que ostenta la presidencia de turno del Consejo de la UE y no puede posicionarse públicamente en las discusiones que se llevan a cabo en esta institución. Sin embargo, el ejecutivo polaco no había hecho ninguna declaración contraria o favorable antes de asumir la presidencia, si bien no ha puesto impedimentos para que España haya podido llevar a discusión la oficialidad del catalán.

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