Persianas subidas en los restaurantes de los centros comerciales: "Podemos respirar"

Los locales, que estaban cerrados desde Navidad, pueden abrir con el 30% del aforo

Clara López Alcaide
3 min
Clientes esperan a ser atendidos a un restaurante del centro comercial la Isla Diagonal, en Barcelona

Este lunes ha sido día de reencuentros en los restaurantes, bares y cafeterías de los centros comerciales de toda Catalunya. Hace medio año que tuvieron que bajar la persiana por orden del Govern y, excepto el breve paréntesis de seis días por Navidad, ha sido el primer día que han reencontrado a la clientela. "Es como la noche de Reis, con muchos nervios, pero muy contentos", confesaba Laura Ruiz, encargada del restaurante Bovínum en el centro comercial Illa Diagonal, en Barcelona. Como Ruiz, los restauradores de los centros comerciales celebren poder volver al trabajo y encaran con esperanza una temporada que, aseguran, les permitirá "coger oxígeno" después de las pérdidas económicas que han tenido que afrontar a raíz de los varios cierres: "Podemos respirar".

En todo caso, los establecimientos de las grandes superficies han abierto con las mismas restricciones sanitarias que el resto de la restauración: con un horario de ocho de la mañana a cinco de la tarde, un aforo del 30% en el interior y en las terrazas, y una distancia de dos metros entre mesas.

"Los clientes nos llamaban preguntando"

"Cuánto tiempos sin veros", exclama Ruiz cuando llega una pareja de clientes habituales. Explica que son muchos los que ya han reservado para asegurarse una mesa. "Los clientes tenían muchas ganas de volver, llamaban y preguntaban, y hoy parece que hay bastante movimiento en el centro comercial, esto es bueno", dice la encargada. A medida que se acerca la hora de comer, los trabajadores se mueven con más rapidez y las mesas se empiezan a llenar. "Ya hace meses que nos preguntaban cuándo podrían venir y nosotros no vemos la hora de poder volver a abrir", explica Daniel Vivancos, encargado del restaurante Fishhh.

Nati y Clàudia se sientan en una de las mesas. "Vinimos varios días y vimos que los restaurantes estaban cerrados". Madre e hija comentan la situación de otras ciudades como Madrid, donde los horarios de la restauración se alargan hasta más tarde: "Si no vas a un restaurante, cenas con los amigos en casa de alguien, porque a la gente le gusta relacionarse y al final es lo mismo", dice Nati. A Laura, Helena y Emma, compañeras de clase en la universidad, las ha sorprendido la noticia de la reapertura. "Me acabo de enterar ahora mismo", dice una de ellas. "Creo que está bien porque no tenía muy sentido que los restaurantes de la calle pudieran abrir y los de los centros comerciales no", añade otra.

Esta había sido precisamente una de las demandas de los restauradores de grandes superficies, que han denunciado en varias ocasiones el "trato discriminatorio" que han recibido respecto de otros locales. "No entendíamos las diferencias con otros restaurantes", dice sin dejar de atender a los clientes Irene Centelles, encargada del restaurante Ribera Manero, también en Illa Diagonal, que celebra la reapertura de los establecimientos de centros comerciales pero lamenta que los horarios no les hayan permitido incorporar a toda la plantilla. "Somos un restaurante de marisco y la gente viene a cenar y a comer, si solo podemos abrir de 11 a 17 h, no podemos reincorporarlos a todos".

Reabrir con ilusión y cautela

Son varios los locales que han podido sobrevivir gracias a los pedidos a domicilio o a los ingresos que reciben por la parte de tienda del establecimiento, pero aseguran que no es suficiente. "Estos siete meses hemos aguantado con pérdidas y con un ICO", admite Vivancos. Muchos han tenido que aplicar un ERTE a la plantilla. Para Haridian Alonso, trabajadora del restaurante Udon, hoy es el primer día de trabajo. "Los jefes nos avisaron cuando se supo que podíamos volver a abrir y aquí estoy", dice la trabajadora, que se mueve sin cesar. "¿Estás ocupada? Hay un chico que quiere hacer un pedido", le pregunta una compañera.

La reapertura supone un alivio para un sector muy afectado por las restricciones derivadas del covid-19 y los restauradores encaran la nueva temporada esperanzados, pero también con cierta cautela: "La última vez que abrimos fue seis días y tuvimos que cerrar, esperamos que esta vez no sea así". Propietarios y trabajadores confían en que la llegada de turistas les permita coger "oxígeno" antes de un posible nuevo cierre, que hoy por hoy no quieren ni siquiera imaginar: "Pfff... no quiero ni pensarlo... Son muchos los que han tenido que cerrar y esto no se sabe nunca, pero quiero pensar que nos podremos recuperar".

Los restauradores quieren que se pueda cenar en el interior de los locales

El Gremi de Restauradors ha pedido que el consumo a partir de las cinco de la tarde no sea únicamente en el exterior. Esta reclamación llega después de que el conseller de Interior, Miquel Sàmper, abriera la puerta a permitir que los restaurantes sirvieran cenas en las terrazas, cosa que los restauradores rechazan porque "excluye" a los establecimientos que no pueden tener mesas en el exterior. "A estas alturas esto va de salvar a toda la restauración y no únicamente a los locales con terraza", ha reclamado el director del Gremio de Restauradores, Roger Pallarols. Los restauradores piden también alargar el toque de queda para que los establecimientos puedan abrir hasta las 23 horas.

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