Movilidad

El autobús que nunca se equivoca

Una ciudad sueca ya lleva cuatro años con un vehículo que funciona solo

EstocolmNi un solo comunicado de accidente en cuatro años. Este es el registro del autobús autónomo que circula por las calles de Barkarby, un distrito de la ciudad sueca de Järfälla, cerca de Estocolmo. El vehículo, con capacidad para solo 12 pasajeros, se mueve lentamente y con mucho cuidado. Si sus sensores detectan el más mínimo movimiento en un radio de seguridad, los frenos se activan y el vehículo se para en seco. "Si estás de pie, mejor que te agarres", recomienda Jens Lindström, el responsable de Nobina, la empresa que gestiona el pequeño autobús y buena parte del transporte público de Estocolmo.

El autobús autónomo de Barkarby, Suecia.

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En todo el barrio hay tres autobuses autónomos, 100% eléctricos, y buena parte de sus viajes son para hacer lo que se conoce como última milla, es decir, el traslado desde la parada donde te deja el autobús interurbano hasta la puerta de casa. “Casi es un servicio puerta a puerta”, explica Lindström. En realidad tiene 40 paradas virtuales, y a través de una aplicación puedes pedirle que te recoja en una y te lleve hasta otra parada. Él solo sabe cuál es la ruta más rápida o si tiene que recoger por el camino a algún otro pasajero, y no se equivoca nunca. Tiene una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora, de forma que es un vehículo lento, pero no mucho más que el resto, porque fuera de las grandes avenidas, los coches del área metropolitana de Estocolmo circulan muy lento. Dentro del autobús, que parece de juguete, hay un trabajador, que básicamente está para resolver dudas y también porque la ley sueca no permite que los vehículos autónomos puedan transportar personas. Probada su seguridad, sus impulsores ya han propuesto el cambio de ley y están convencidos de que en poco tiempo el autobús podrá circular sin ningún trabajador.

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La utilidad de un vehículo autónomo es relativa y no acaba de resolver los grandes retos de movilidad que tienen las ciudades, que implican reducir el tránsito y hacerlas más habitables. A pesar de todo, en el contexto actual se están destinando muchos recursos para probar tecnología que de alguna manera pueda ayudar a las ciudades. "La manera de llevar la innovación a las ciudades es probarla", explica Daniel Serra, director del Innovation South Hub, del EIT Urban Mobility, una entidad creada por la Comisión Europea para financiar todas estas ideas. Solo entre el 2020 y el 2021, el EIT Urban Mobility ha invertido 37 millones de euros para impulsar proyectos de este tipo. El organismo tiene su sede en la Torre Glòries de Barcelona y una buena colaboración con el área Metropolitana de Barcelona, con quien trabaja constantemente para impulsar diferentes proyectos.

El director de movilidad del área Metropolitana de Barcelona (AMB), Joan Maria Bigas, recuerda que ya se testó en una prueba piloto un autobús autónomo en diferentes ciudades catalanas, pero considera que "aún tienen sistemas muy embrionarios". El AMB apuesta más por otros proyectos relacionados con el transporte robotizado de mercancías y con la priorización semafórica del transporte público. Entre los dos organismos impulsaron cinco proyectos diferentes entre el 2021 y el 2022 y acaban de iniciar tres más para mejorar el transporte público y fomentar una movilidad más segura.