Un robot para distribuir mercancías en Esplugues
El municipio hará una prueba piloto a partir de junio con un vehículo autónomo
Esplugues de LlobregatAún no tiene nombre porque solo es un prototipo pero ya está preparado para salir a la calle. La primera semana de junio empezará a circular por los alrederores del mercado de Can Vidalet, en Esplugues de Llobregat. Sus creadores, que de momento lo denominan ADD (son las siglas en inglés de los dispositivos de entrega autónomos), todavía no saben si solo llevará cajas vacías o si ya distribuirá paquetes como si fuera un repartidor experimentado. "Parece ciencia-ficción pero será normal en los próximos años", pronostica Alberto Sanfeliu, investigador de la UPC. Este prototipo se ha creado gracias a la UPC y a la empresa CARNET, que recibieron el encargo a partir de la colaboración entre el área Metropolitana de Barcelona y el EIT Urban Mobility, un órgano que depende de la Comisión Europea y que quiere animar las ciudades europeas a innovar. "La manera de traer innovación a las ciudades es probándola", resume Daniel Serra, director del Innovation South Hub, del EIT Urban Mobility. Y esto es lo que empezará a hacer este prototipo.
El robot será capaz de avisar al cliente y comunicarle que está a punto de traerle un paquete. En el mismo mensaje, habrá un código que servirá después para abrir la compuerta del aparato y coger el paquete. La idea en un futuro es guardar las mercancías en almacenes cercanos a las zonas urbanas y que estos robots hagan el reparto final, lo que se conoce como última milla.
Capaz de bajar y subir aceras
El robot tiene tres ruedas para poder subir aceras, según asegura Laia Pagès, directora ejecutiva de CARNET y, además, tiene la capacidad de encontrar él solo el camino más rápido para llegar a destino. Si durante el trayecto "aparece una persona o un perro, se para y busca una nueva ruta", asegura Pagès. De hecho, está preparado para circular por una acera llena de personas e ir esquivándolas a medida que van apareciendo, tal como son capaces de hacer la mayoría de los peatones. Puede llegar a una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora y funciona con baterías eléctricas que en un futuro tendrían que tener una autonomía de 10 horas. Con la normativa en la mano, el inexperto robot no puede circular ni por la acera ni por la calzada, unos inconvenientes que, si la prueba piloto funciona, habrá que solucionar con la Dirección General del Tránsito (DGT) y los diferentes ayuntamientos.
"Hacen falta soluciones nuevas para problemas viejos", explica la alcaldesa de Esplugues, Pilar Díaz, que está encantada de que su municipio sea el protagonista de esta primera prueba piloto. Y es que el 20% del tránsito de las ciudades y el 40% de las emisiones contaminantes son culpa del transporte de mercancías, de forma que hay mucho interés en el éxito del robot. La siguiente prueba de este prototipo, cuya inversión ha sido de 1,3 millones de euros, estará en Hamburgo (Alemania), y la tercera en Debrecen (Hungría). Si es capaz de superar los retos en movilidad que plantea la calle y también los actos de vandalismo que posiblemente sufrirá, será de gran ayuda y, con seguridad, dejará de ser el ADD para ganarse un nombre.
Más proyectos de movilidad sostenible
Aparte del robot, la colaboración entre el AMB y la EIT Urban Mobility (con sede en Barcelona) permitirá desarrollar dos proyectos más de movilidad sostenible a lo largo de 2022. Además, hay cinco que ya se iniciaron en 2021, como el Smarthubs Mira-sol, en Sant Cugat. Este proyecto es un nodo de servicios de movilidad en el centro comercial Mira-sol de Sant Cugat, donde hay la estación de los FGC y el Bus Metropolitano, que incluye un Bicibox para guardar las bicicletas de manera segura y dos bicicletas eléctricas de carga compartida, que permiten traer la compra hasta casa a pesar de que después hay que devolver el vehículo al centro comercial. A largo de 2022, este servicio se intentará potenciar para fomentar también que los comerciantes puedan distribuir las mercancías con las bicicletas de carga.
