Atascos y dudas en la primera semana de la nueva ronda Sant Antoni
El Ayuntamiento se abre a realizar pequeños cambios pero pide valorar la reforma cuando se acaben del todo las obras
BarcelonaTras quince años de provisionalidad, la nueva ronda Sant Antoni empieza a asomarse. Aunque las obras siguen, hace una semana que se estrenó el primer tramo, el que va entre las calles Villarroel y Comte Urgell. Una inauguración a medio gas pero que ha llegado acompañada de controversia, como casi todo lo que tiene que ver con este proyecto. Esta vez el debate gira en torno al carril que se ha abierto al tráfico en este tramo y que en sus primeros días en marcha ha convertido esta avenida fronteriza entre el Eixample y Ciutat Vella en un completo atasco.
A cualquier hora del día, las colas de vehículos –autobuses, pero también coches privados y motos– son habituales. Las causas del tapón son diversas, pero tienen un protagonista principal: el nuevo semáforo en el cruce entre la ronda y la calle conde de Urgell. Una barrera que casi siempre está roja. Los coches pasan cerca de 1 minuto y 10 segundos parados antes de que el semáforo se ponga verde. Y cuando se pone verde, sólo dura 12 segundos. Es el tiempo justo para que pasen tres o cuatro coches, el último casi siempre rozando ya la infracción. El atasco se agudiza por el hecho de que hay hasta seis líneas de bus que deben acolchar y desencochar en la parada que hay en este tramo.
Las imágenes de colas de vehículos y el sonido de los motores han acabado de crispar a la parte de los vecinos que habían defendido históricamente la pacificación de la ronda y que llevan meses criticando los cambios que se estaban haciendo sobre el proyecto original. Aunque ya estaba previsto que los buses que bajan por Villarroel pudieran girar por la Ronda para buscar la calle Manso, los vecinos no esperaban que también pudieran circular vehículos privados. Tampoco la calzada fuera de asfalto y no de piedra.
"Se está demostrando que es un error abrirlo para todo tipo de vehículos", sostiene Àngel Cordero, de la Plataforma Pro Pacificación de la ronda. Considera que el Ayuntamiento y los técnicos "han priorizado los intereses económicos de algunos representantes del comercio" y que las decisiones tomadas "reflejan una mentalidad propia del siglo XX" y "dejan de lado políticas enfocadas a combatir la crisis climática ya mejorar la calidad de vida en el barrio".
Un paso caótico
Otra queja de estos vecinos se debe a que ahora mismo hay un punto caótico. Pese a estar pacificado, el paso entre el primer tramo y el segundo de la ronda sigue siendo un tráfico constante de vehículos que descienden desde Villarroel en dirección hacia Riera Alta para adentrarse en el Raval. Un rato parado en ese punto permite observar cómo nadie acaba de tener muy claro quién tiene preferencia.
Desde el Ayuntamiento subrayan que todavía se está en fase de obras y que hasta que no esté todo acabado no estarán consolidadas la obra ni la movilidad. Argumentan, además, que "es necesario tiempo de adaptación del tráfico a la nueva configuración de circulación". Las mismas fuentes señalan también que todavía faltan ajustes, como por ejemplo instalar la señalización en el cruce entre Floridablanca y Villarroel para disuadir a parte del tráfico que baja por esta última calle, así como incrementar la que hay cuando los vehículos llegan a la ronda San Antonio. También falta por instalar, apuntan, la señalización que restringe la entrada a Ciutat Vella a través de Riera Alta.
Sin embargo, el consistorio se abre a realizar cambios puntuales en algunos aspectos. En una reunión el pasado lunes con los vecinos más críticos, el Ayuntamiento ya se comprometió a situar un control de acceso en el tramo dos de la ronda –entre las calles Villarroel y Casanova– para garantizar que el paso autorizado de vehículos sea” única y exclusivamente para el vecindario". Además, también se abren a realizar cambios en las fases semafóricas para intentar evitar el colapso.
Luces de Navidad en la ronda
Los vecinos que se oponían al proyecto actual de pacificación, sin embargo, opinan que lo que está ocurriendo ahora en la calle es fruto del proyecto que se acordó en su día. "Era tal cual éste", dice Lídia Núñez, de Som Sant Antoni. En su caso, cree que buena parte del tapón que se produce ahora en Ronda Sant Antoni se debe a que se ha tenido que cortar la calle Tamarit para hacer obras y los coches no pueden pasar.
De hecho, Núñez critica que se haya levantado esta calle "en plena época de Navidad". Somos Sant Antoni y el Ayuntamiento, sin embargo, han llegado a un acuerdo para dinamizar el primer tramo de la ronda Sant Antoni. El consistorio pondrá luces de Navidad y se han hecho una serie de vídeos promocionales para animar a los barceloneses a acercarse a este paseo.