Barcelona

Barcelona estrena alojamientos para mayores de 50 años en riesgo de exclusión social

El nuevo centro tiene capacidad para 20 personas y compartirá espacios con un casal de personas mayores de Ciutat Vella

Martina Castells
y Martina Castells

Barcelona"Este casal es muy necesario en el barrio, los abuelos estamos muy contentos de poder encontrarnos y compartir nuestro tiempo libre". Antònia Roig es vecina de Ciutat Vella, y después de diez años de reivindicación por el espacio Mestres Casals y Martorell, lleva seis meses disfrutando de este centro para gente mayor del Casc Antic. A partir de ahora, Roig y el resto de usuarios del espacio tendrán nuevos vecinos: el alcalde de Barcelona, ​​Jaume Collboni, ha inaugurado este martes el nuevo equipamiento de alojamientos provisionales para personas de más de 50 años en situación de grave vulnerabilidad afectadas por la pérdida o falta de vivienda, ubicada en el mismo edificio que el casal.

El nuevo equipamiento debe servir para dignificar la situación de aquellas personas mayores que necesitan un alojamiento de emergencia en la ciudad. El objetivo, explica el Ayuntamiento, es evitar que tengan que estar en las pensiones que se utilizan habitualmente para dar alojamientos de emergencia y puedan estar en un equipamiento pensado especialmente para ellos mientras no se les da una solución más estable. Este período de espera puede durar un máximo de dos años.

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Este tipo de alojamiento, por ejemplo, podría servir para casos como el del desahucio de Blanca Espinosa, la vecina de 78 años del Barri Gòtic que fue expulsada de casa por una deuda de 177 euros y que se ha convertido en un símbolo de la lucha por la vivienda.

La medida debe ayudar también a reducir el colapso de los alojamientos de emergencia de la ciudad. En 2023 se registró una media mensual de 3.000 personas acogidas. Collboni ha destacado que "nunca se hará lo suficiente para garantizar el acceso a la vivienda de todos", y ha reclamado que "todas las administraciones competentes sean corresponsables del esfuerzo económico que debe hacerse".

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El nuevo espacio tiene capacidad para 20 residentes y ofrece atención socioeducativa. El alcalde ha destacado que "el acceso a la vivienda es la principal fuente de desigualdades en Barcelona", y ha relacionado este aspecto con los hechos ocurridos este lunes, cuando dos hermanas se suicidaron antes de ser desahuciadas por no poder pagar el alquiler. Collboni ha dado el pésame y ha expresado que se trata de "la cara más dura y dramática" de la emergencia habitacional.

14 alojamientos con aseo y cocina

El nuevo centro dispone de un total de 14 alojamientos para personas solas y parejas. Concretamente, hay 6 pisos dobles, 2 adaptados y 6 individuales. Las habitaciones dobles tienen una superficie de 35 metros cuadrados, mientras que las individuales son 20 metros cuadrados. Las viviendas están equipadas con una cama, un armario, una mesita de noche y un escritorio. Además, incluyen un aseo y una pequeña cocina de uso individual o compartido en función del tipo de residencia. En cuanto a espacios comunes, los habitantes disponen de una lavandería, un huerto urbano, un comedor con servicio de comidas y una sala polivalente donde se organizarán diferentes actividades y talleres.

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Este proyecto, impulsado durante el mandato anterior, pretende favorecer la reintegración social de personas vulnerables mediante un acompañamiento que facilite la vida comunitaria. En este sentido, Jaume Collboni ha destacado que "hay que combatir la soledad no deseada", que ha descrito como "una de las pandemias que golpean a nuestra sociedad". En total, el nuevo equipamiento tuvo un coste de 5,8 millones de euros, y se prevé que los primeros residentes lleguen a mediados de este mes. Las estancias serán gestionadas por la entidad INTRESS (Instituto de Trabajo Social y Servicios Sociales).