Barcelona estrena el año con tres grandes obras: así te afectarán
Este lunes ha coincidido el arranque de trabajos para la L8, la L9 y la ronda de Sant Antoni
BarcelonaPasadas las fiestas, Barcelona ha despertado este lunes con tres grandes nuevas obras en marcha en la ciudad: la nueva ronda de Sant Antoni; la conexión de la L8 entre plaza Espanya y Gràcia, y las obras de construcción de la futura estación de metro de la L9 y la L10 en la calle de Mandri. Tres intervenciones que llevarán meses de trabajos –en el caso de la L8 años– y que tendrán afectaciones sobre los distritos del Eixample, Sarrià-Sant Gervasi y Gràcia.
Las obras que tendrán mayor impacto sobre la ciudad son las que han de servir para prolongar la línea L8 de Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña (FGC) y unir las estaciones de Plaça Espanya y Gràcia en menos de 10 minutos, así como conectar el ya llamado Metro del Vallès con el Baix Llobregat. Aunque el inicio formal de las obras ha sido este lunes, no será hasta más adelante cuando se empezará a percibir el impacto de los trabajos, que en su primer tramo tendrán una fuerte incidencia en el Parque de Joan Miró. Allí se instalará la zona logística de explotación de la tuneladora y la salida de tierras, lo que obligará a ocupar 5.300 metros cuadrados y retirar 118 árboles. Antes, el Ayuntamiento inspeccionará 13.500 edificios de la ciudad para comprobar que no hay desperfectos previos y que la tuneladora puede trabajar sin sufrir.
Para minimizar el impacto sobre el Parque Joan Miró, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona han optado por repartir la zona logística de explotación de la tuneladora en otros dos ámbitos: un tramo de la Gran Vía en el cruce con Vilamarí –que acogerá el almacén principal de las dovelas para el túnel–, y un tercer espacio cercano que el Ayuntamiento concretará en las próximas semanas y que albergará el depósito general de otros materiales de la obra. Esto implicará que en este tramo la Gran Via perderá los carriles laterales.
Este punto de la Izquierda del Eixample junto a la plaza Espanya y la calle Tarragona será el primer tramo afectado por las obras. Más adelante también sufrirán sus consecuencias la calle Urgell –hay que hacer la estación de Hospital Clínic–, Francesc Macià –donde se hará otra estación– y Gràcia, en la estación de Gal·la Placídia. Los trabajos deben durar más de cinco años, aunque la puesta en marcha del servicio todavía podría tardar unos meses más.
La estación de Mandri
En el caso de la L8, la Generalitat confía en que la perforación del subsuelo no genere tantos problemas como en el caso de la L9, ya que no hay tantos cambios de material y todo apunta a que será un terreno "más agradecido" para la tuneladora. Precisamente esa línea –y también la L10– es la protagonista de otras obras que han comenzado este lunes. En este caso, la excavación del pozo de la futura estación de la calle Mandri supondrá el corte total de la circulación entre el paseo de la Bonanova y la calle Bigai.
En sentido bajada, el tráfico se desviará por el paseo de la Bonanova y las calles de Muntaner y de Bigai. Y en sentido subida, el desvío se recomienda por la ronda del General Mitre y Ganduxer, o bien por la calle de Maó, calle de Ganduxer y el paseo de la Bonanova. Asimismo, también se verá modificada la circulación de las líneas de bus V13 y N8 en sentido subida, y V11 y 70 en sentido bajada. En este caso la previsión es que las obras se alarguen hasta septiembre de 2025.
La ronda de Sant Antoni
Y, por último, también este lunes han comenzado los trabajos de la ronda de Sant Antoni, una de las calles que más polvareda han levantado en el debate municipal en los últimos años. Por último, el gobierno de Collboni ha mantenido el proyecto impulsado el mandato pasado por el equipo de Ada Colau y la avenida –fronteriza entre los barrios del Raval y de Sant Antoni– será 100% pacificada entre Floridablanca y Villarroel, mientras que entre esta última calle y Urgell sí que podrán circular los autobuses.
Mediante la pacificación de esta calle, junto con las obras de la Via Laietana y la Rambla, Barcelona completa un cambio absoluto en las principales arterias de Ciutat Vella, ganando espacios peatonales en un distrito especialmente congestionado. En este caso la previsión es que los trabajos duren 16 meses.