Política municipal

Ciudadanos se rompe del todo en Barcelona

Dimite Luz Guilarte, hasta ahora candidata a las municipales, después de que otro concejal la desbancara como líder de grupo

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Luz Guilarte durante la comparaiexença

BarcelonaLa crisis en el grupo municipal de Ciudadanos en Barcelona se hizo evidente la semana pasada, cuando uno de los tres concejales que mantiene la formación naranja en el Ayuntamiento, Paco Sierra, presentó un escrito al consistorio proclamándose líder de grupo. Una posición que entonces ocupaba Luz Guilarte, que era, además, la candidata confirmada para las elecciones municipales del año que viene. Sierra hizo el movimiento con suficiente mayoría para que rigiera, porque tenía el apoyo de la concejala Noemí Martín, que es quien apenas hace unos días ha cogido el relevo de Celestino Corbacho en la formación. Representaban, por lo tanto, la mayoría: dos de tres concejales que tiene ahora el grupo municipal. Y esto hizo que el Ayuntamiento aceptara el cambio de nombre. La comunicación aportada por el concejal Paco Sierra presentaba "una más que apariencia de responder a la voluntad mayoritaria del grupo", según la secretaría general del Ayuntamiento. Pero Ciudadanos emitió un comunicado dejando claro que no compartía el movimiento y que había decidido expulsar a Sierra. Y el proceso de expulsión sigue abierto.

Este lunes la trama ha vivido un nuevo movimiento: Guilarte ha hecho público que, después de las últimas maniobras, renuncia no solo a mantener el acta de concejala, sino también a ser la candidata naranja. Según ha explicado en una comparecencia en la que no ha aceptado preguntas, volverá a ser una militante de base. "Los hechos hablan por sí solos. Los otros dos concejales del grupo acordaron mi destitución en represalia por mi negativa a sumarme a una trama que organizaban desde hacía meses y que iba contra mi partido", ha expuesto. Según detalló el propio Sierra en el momento de estallar el conflicto, el movimiento buscaba cesar al coordinador del grupo municipal, Josep Maria González, un paso que se acordó en una reunión celebrada el pasado lunes: él y Martín votaron favor del cambio y Guilarte no. "No hemos dado ningún golpe de estado", defendía Sierra, que aseguraba que su proclamación como líder de grupo se había hecho siguiendo los pasos “democráticos”. Y así, de hecho, se lo reconocía el Ayuntamiento.

El ahora líder del grupo ha expuesto hoy, acompañado de Martín, que tomaron la decisión de coger las riendas de la formación en Barcelona para intentar que Cs "tenga representación en 2023" y que entienden que esto pasa por hacer cambios estructurales y por "volver a ilusionar". Confían en que el partido recupere la cifra de 400 militantes que ahora no tiene en Barcelona y que son el mínimo para que sea obligatorio convocar primarias para escoger candidato. Él, ha dicho, no se postulará. "Podemos volver a ilusionar", ha repetido y ha indicado que en enero se celebrará la asamblea del partido y todos los cargos cesarán. La incógnita que habrá que resolver de manera más inmediata es quién cogerá el acta de concejal que ha dejado libre Guilarte.

Incógnita sobre el relevo

Por lista, quien tendría que entrar en el Ayuntamiento sería Fernando Carrera, al que el PSC fichó y que ahora es asesor del grupo municipal socialista. Carrera podría renunciar al puesto o entrar en el Ayuntamiento como concejal no adscrito y, en la práctica, sumar siempre un voto para el PSC. Una situación que por ahora no ha aclarado. La dirección del grupo ha emitido un comunicado en el que lamenta la marcha de Guilarte y dice que estudia "todos los escenarios posibles" para decidir cómo quedará configurado Ciudadanos en Barcelona.

La crisis en el grupo naranja viene de lejos. A pesar de que el partido concurrió a las elecciones bajo el paraguas de Barcelona pel Canvi, con Manuel Valls al frente, se escindió después de la jugada que permitió a Ada Colau repetir como alcaldesa. Y desde entonces las cosas no han sido plácidas: se quedó primero con tres concejales de los seis que obtuvo la coalición (que pasaron a ser cuatro cuando Corbacho decidió dejar a Valls y sumarse al grupo de Guilarte), pero el año pasado Marilén Barceló anunció su integración en Valents y pasó a ser concejala no adscrita. Con el relevo de Corbacho, que empezó el proceso de jubilación, por Martín quedaban tres concejales en el grupo y no muy bien avenidos. Hoy quedan dos, a la espera de que se confirme quién ocupará la vacante de Guilarte. Ciudadanos, de hecho, ha perdido uno de cada cuatro concejales de los que obtuvo en 2019, según los datos analizados por el ARA.

"No todo se vale en política, no todos los políticos somos iguales. Yo elijo conservar mi dignidad y mi libertad", ha defendido Guilarte en su corta intervención de este lunes. Es la segunda aspirante a la alcaldía ya confirmada que decide retirarse de la carrera electoral después de que Elsa Artadi hiciera público, el mes de mayo, que dejaba la política.

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