Barcelona

Colau mima el Eixample con la lista de la compra de edificios

El Ayuntamiento destinó en 2021 la cifra récord de 108 millones a adquirir patrimonio

BarcelonaEl año 2021 fue excepcional en Barcelona en cuanto a las inversiones municipales, que marcaron un pico de 511 millones, la cifra más alta desde 2014. Y esta partida incluye un récord, los 108,5 millones destinados a adquirir patrimonio: bloques de viviendas, locales comerciales en desuso y edificios de los considerados singulares, como El Molino o el gimnasio social Sant Pau. La distribución territorial de tanta inversión, sin embargo, no es homogénea. El Eixample, el distrito que ya centra buena parte de las transformaciones urbanísticas del gobierno de Ada Colau, se vuelve a llevar la parte más grande del pastel en términos económicos: hasta 43,5 millones en compras, el 40% del total.

El patrimonio adquirido por el Ayuntamiento
Detalle de todas las compras municipales durante 2021
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¿Por qué? Según el regidor de Presupuesto, Jordi Martí, por una combinación de dos factores. El primero, la voluntad de generar vivienda a precio asequible también en el "corazón de la ciudad" y no solo en la periferia. Los cinco bloques de pisos que el Ayuntamiento ha adquirido en el distrito por tanteo y retracto, de hecho, se llevan casi 30 millones (el 68% del total de la inversión en el distrito). Y el segundo factor es "la oportunidad" porque el Ayuntamiento también ha adquirido dos edificios singulares: la sede de la antigua Editorial Gustavo Gili (9,5 millones) y la antigua comisaría de la calle Muntaner (1,9 millones). Y cinco locales para impulsar actividad económica. "Hemos incrementado la bolsa de vivienda en uno de los territorios donde es más difícil construir", celebra Martí, que apunta que en la acumulación de compras en esta parte de la ciudad juegan la combinación de "voluntad y oportunidad".

Y en el capítulo de las oportunidades destaca adquisiciones como la de la Casa Tosquella, que es la única compra municipal en Sarrià-Sant Gervasi. Este distrito se apunta solo los 1,1 millones destinados a esta joya modernista, que ahora se tiene que convertir en una nueva equipación pública para el barrio del Putxet i el Farró. Ni bloques de pisos, ni locales (no se recibieron ofertas para adquirir). Les Corts, que es la segunda zona con menos compra de patrimonio, se lleva 3,3 millones, pero en este caso todos destinados a comprar bajos para la reactivación económica porque aquí el Ayuntamiento encontró la posibilidad de adquirir una sola pieza con 16 locales y valoró que esto permitiría crear sinergias entre las diferentes propuestas. Es el distrito donde se han comprado más locales, incluso por delante de Ciutat Vella (10), que tiene un plan específico.

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El récord no se repetirá

En total, el consistorio adquirió en 2021 55 locales comerciales en el conjunto de la ciudad (21,3 millones),13 edificios singulares (36,7 millones) y 13 bloques de pisos (50,4 millones), que suman de 369 viviendas. Y la previsión es que este ritmo de compra no se mantenga durante este 2022 con la idea, según Martí, de que si un año compras mucho, el siguiente lo que tienes que hacer es adjudicar proyectos para evitar tener edificios cerrados y degradándose. Durante este 2022 se prevé, por ejemplo, dar uso a los 55 locales o anunciar el concurso público para escoger la dirección del nuevo Molino, ahora de titularidad municipal.

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Lo que recogen las cuentas de este año son un total de 55 millones para adquirir patrimonio: 40 para bloques de viviendas y 15 más para locales. Pero el gobierno municipal asegura que, si saliera la opción de hacerse con algún espacio singular, se buscará presupuesto de donde sea. Un escenario que no se ve demasiado factible. "Prácticamente hemos agotado los espacios disponibles", defiende Martí. Lo que no entra en los planes del Ayuntamiento es vender patrimonio.

El abandono del Arnau

En conjunto, durante todo 2021 se habrán adquirido 78 piezas (una incluye cuatro edificios de viviendas). Y el reto ahora es darles uso para que no queden en el estado de abandono en el que se encuentra, por ejemplo, el antiguo Teatre Arnau, en el Paral·lel, comprado por el Ayuntamiento desde 2011 –fue uno de los últimos anuncios del alcalde Jordi Hereu– y que, como denunció el viernes el grupo municipal de Cs, está "completamente abandonado".